27.06.10 - 01:47 -
IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es | MÁLAGA.
La confluencia de los muelles uno y dos se convertirá en un referente visual de Málaga
El recinto conjugará los usos culturales y comerciales en una plaza pública que actuará como antesala de la ciudad
Desde la vieja entrada de las columnas, frente a la plaza de la Marina, la pérgola marca el camino ondulado entre palmeras a lo largo del muelle dos del puerto. Unos metros más y el caminante llega a la gran plaza que se abre al mar, en la esquina que forman las dársenas, allí donde termina el paseo de los Curas y arranca la avenida Cánovas del Castillo y el paseo de la Farola. Este es el verdadero corazón del proyecto que, tras décadas de discusiones, permitirá integrar las antiguas instalaciones portuarias en la ciudad, y que está llamado a convertirse en un nuevo referente visual para la Málaga del siglo XXI.
La recreación del entorno, que SUR ha conseguido en exclusiva, muestra con detalle el recinto, que se abre a continuación del Palmeral y se distribuye en dos niveles, con una extensión conjunta de unos 17.000 metros cuadrados. A ras del rompeolas se forma un amplio paseo, con jardines y zonas de descanso, estrechamente vinculado a las actividades que se desarrollen en la futura sede cultural (con un volumen de 6.300 metros cuadrados tras la reciente modificación de elementos), prevista justo en la bisectriz: exposiciones al aire libre, conciertos, proyecciones audiovisuales, etc.
En el lateral más cercano al muelle dos se abre la primera de las zonas comerciales del recinto, con un conjunto de tiendas de unos cinco metros de fachada, con estética y rotulación uniforme, que emplearán en su decoración únicamente la madera, el acero y el cristal. Es aquí donde tendrá su sede una de las pocas firmas que ya han hecho pública su apuesta por este espacio, un establecimiento de la cadena Carrefour, dedicado a alimentación de alta gama, 'gourmet' y productos malagueños y andaluces, con dos mil metros cuadrados de superficie. Compartirá ubicación -según las previsiones iniciales de la sociedad que está a cargo de la comercialización, Cushman&Wakefield- con servicios de telefonía, una óptica y una agencia de viajes.
Cubierta ajardinada
El proyecto diseñado por el despacho de arquitectos L35 emplea a su vez las cubiertas de los locales para crear otra plaza abierta, ajardinada, ya en el extremo final del paseo de los Curas, que ofrecerá unas vistas panorámicas de toda la marina y que servirá también de apoyo a las exposiciones de gran formato del futuro centro de arte. A la misma se podrá acceder desde el muelle dos, con un sistema de rampas; desde el paseo de los Curas y mediante un pasillo que discurre por el interior del edificio cultural.
El tercer pilar que hace de la esquina el punto más relevante de la actuación es el aparcamiento subterráneo, que albergará 900 de los 1.050 estacionamientos de que dispondrá el recinto, que ya está en una fase avanzada de ejecución. Tendrá acceso y salida por el paseo de los Curas, que ve reforzado así su papel como eje viario fundamental del Centro, y por la calle Vélez-Málaga. El otro 'parking', en superficie, estará junto a la Farola, con unas 150 plazas.
Zona de ocio
Superado este hito, el camino continúa y se adentra en el muelle uno, entregado por entero al comercio, la gastronomía y el ocio. Aquí se abren la mayoría de los 74 locales disponibles, que ya están a un 65% de ocupación. Se sabe que habrá una entidad bancaria, varias tiendas de moda, calzado y complementos, una perfumería, una peluquería, un joyería, tiendas de bisutería y juguetes, aunque no han trascendido las marcas.
En el caso de los espacios destinados a gastronomía y relax, que están al 100% de ocupación, hasta el momento sólo se conoce un nombre propio, el de Café de París, que se trasladará apenas unos metros (ahora está en La Malagueta). Habrá numerosos bares, restaurantes, pastelerías, heladerías y cafeterías, en una gama que va desde la típica fritura malagueña hasta el asador de Burgos y la cocina internacional. Como en la esquina, los locales responderán a una misma estética y tendrán fachadas idénticas, donde sólo se permitirán letreros retranqueados y con letras cajeadas.
En el paseo que se abre junto a la lámina de agua se ha diseñado un llamativo sistema de pérgolas móviles, capaces de plegarse, desplegarse y rotar, para proteger al viandante del sol o de la lluvia y dar cobijo a las terrazas de los bares y restaurantes.