viernes, 4 de septiembre de 2009

Málaga acumula el curioso censo de cuatro cines vacíos (La Opinión)

Los viejos cines de la ciudad, abandonados y olvidados, ofrecen una lamentable imagen decadente en el Centro


MIGUEL FERRARY Albéniz, Andalucía, Astoria y Victoria son nombres que, para los que ya tenemos una edad, evocan historias de superhéroes, batallas espaciales, mujeres al borde de un ataque de nervios, joyas del cine albanés o de psicópatas asesinas muy básicas.
El currículum cinematográfico de muchos malagueños comenzó en estas salas. Quizá sería algo así: "Me formé en el Andalucía, maduré en el Astoria y Victoria, y me fue especializando en el Albéniz. En la actualidad busco nuevos horizontes para desarrollar mi afición al cine".
Y es que ya queda poco de los antiguos cines de Málaga. Incluso de los nuevos, como era ese América Multicines, que en su momento era lo más avanzado y toda una novedad con sus múltiples salas. La presión urbanística, los cambios de costumbres y la llegada de los grandes centros comerciales firmaron la defunción de las salas tradicionales, de las que sólo quedan, en el mejor de los casos, los nombres en algunos libros de historia local y en el recuerdo de varias generaciones de malagueños.
En el peor de los casos, lo que quedan de esos cines son grandes edificios abandonados, que se degradan rápidamente y ofrecen una imagen de decadencia del Centro Histórico bastante preocupante.
Por distintos motivos, pero lo cierto es que se han convertido en cadáveres abandonados en medio de la calle. El Astoria y Victoria, siempre juntos en el paquete, a falta de un proyecto urbanístico para convertirlos en viviendas. El cine Andalucía parece que lleva ya más tiempo cerrado que el que estuvo en funcionamiento. Y lo que le queda en ese limbo judicial en el que parece descansar eternamente.
El caso del Albéniz es distinto. Lo reciente de su cierre hace albergar ciertas esperanzas de que se pueda reutilizar por parte del Ayuntamiento. Hacen falta salas diferentes, con películas fuera de los circuitos comerciales y para dar salida a la producción de directores malagueños, sobre todo en cortos. El Albéniz puede ser una buena alternativa. Hace unos días IU ya apuntaba en esta dirección, aunque no hace otra cosa que recoger las inquietudes de muchos malagueños.
¿Dejará la crisis que se recupere este antiguo cine y se mantenga con las pantallas lustrosas? Mientras esperamos la respuesta nos queda la opción de mirar con paciencia al Echegaray y esperar a que se vuelva a abrir.

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