Las asociaciones del entorno del soterramiento destacan la importancia de estos trabajos para evitar inundaciones y recuperar la zona.
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA Los vecinos de los barrios situados a cada lado de la vía del tren soterrada recibieron la noticia de la cesión de los terreno para construir el prometido bulevar entre el alivio y la satisfacción. Tras un año de atraso que era difícil de entender, se abrió el miércoles paso la esperanza de iniciar en breve el proceso para eliminar la brecha que ha separado la parte oeste de Málaga durante más de un siglo.
Adolfo Cervantes, presidente de la asociación de vecinos de Dos Hermanas, subrayó que ya era hora de que se desbloqueara un problema que ha tenido frenada esta inversión durante un año y se mostró muy crítico con Adif por pedir dinero a cambio de ocupar los terrenos cuando el proyecto «va a ir a cargo del Ayuntamiento y el Gobierno no va a poner ni un euro».
El presidente de los vecinos de Dos Hermanas manifestó la urgencia de esta obra para su barrio, «que está más bajo y eso provoca las inundaciones que hemos padecido».
No obstante, Luis Carlos Velasco mostró sus reticencias a que se desvíe una gran cantidad de tráfico en la nueva vía «y nos metan los coches a las puertas de nuestras casas», explicó el presidente de la barriada El Duende, situada junto al polígono San Rafael. «Espero que la semipeatonalización de la Carretera de Cádiz no suponga trasladar el problema», manifestó Velasco.
El PP y el PSOE también se sumaron ayer a los mensajes de satisfacción. Los primeros destacaron la voluntad de consenso del alcalde, mientras los segundos iniciarán una campaña para difundir el acuerdo.
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