El Ayuntamiento baraja diversas fórmulas para procurar paliar el incremento del impuesto, que no será igual en toda la ciudad
Vista aérea de la zona de la prolongación de la Alameda, donde se concentran un gran número de viviendas. :: SALVADOR SALAS
Puede decirse que el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del año que viene en Málaga será una auténtica lotería. Habrá a quien le suba considerablemente, quien se quede prácticamente con el mismo recibo que ha abonado este año e incluso a quien le baje, pero la amenaza general es de un incremento notorio para una gran parte de la población por dos circunstancias: la imposibilidad de sortear otro año más -ya van cuatro- la revisión de los valores catastrales de la ciudad que debería haberse empezado a aplicar en 2009 y la subida del 4% que el Gobierno central estipuló para este impuesto con cargo a la mitad de las viviendas de mayor valor catastral (en el caso de la capital las que superan los 72.000 euros). Esa subida marcada por el Ejecutivo de Rajoy debería haberse aplicado ya este año, pero el equipo de gobierno consiguió evitarla con el argumento de que las ordenanzas fiscales ya estaban aprobadas. Para 2013 no se podrá eludir.
El escenario no puede pintar peor como han reconocido ya varios responsables del equipo de gobierno. Se estima que la entrada en vigor de los nuevos valores catastrales supondrá que, de media, se incrementen en un 70% para 2013 respecto a los que hasta ahora se han barajado, que aún son los de 2008 al aplicarse una bonificación que el Ayuntamiento ya ha agotado del todo. En realidad, la actualización del Catastro -también llamado 'catastrazo'- supone de media una duplicación de los valores totales para Málaga. Sin embargo, esa actualización de las cantidades se hace de forma progresiva, incrementándola en un 10% aproximadamente cada año. 2013 ya es el año quinto en esa progresión que todavía no se ha notado en el cobro del IBI.
¿Qué margen hay para evitar que se dispare? La maniobra pasa por una reducción del tipo impositivo del impuesto -que es lo que se aplica al valor catastral- que ahora está en el 0,69% y podría bajar hasta el 0,4%.
Difícil equilibrio
Pero eso no garantiza el equilibrio. Y es que bajar el tipo impositivo para toda la ciudad podría suponer que viviendas que ya tienen un alto valor catastral, y que apenas notarán la actualización de 2009 porque han sido construidas en los últimos años, vean cómo la cuota del IBI se les reduce. En cambio, aquellas con una mayor antigüedad tendrán un nuevo valor catastral más alto que, por mucho que se aminore el tipo, les hará tener que hacer frente a una cuota mucho más elevada que hasta ahora.
El tipo impositivo del IBI para las viviendas y para los solares tiene que ser el mismo para toda la ciudad, por lo que los cálculos para paliar los desequilibrios territoriales que se generarán se antojan muy difíciles. Solo puede establecerse un tipo impositivo distinto para el 10% de los contribuyentes en el resto de usos, como comerciales, oficinas, institucionales, espectáculos e industriales.
¿Y la subida de Rajoy? Es inevitable para la mitad de las casas con mayor valor catastral, que podrían tener un doble aumento: el del 'catastrazo' y éste del 4%. El panorama no pinta nada halagüeño para los bolsillos de los malagueños, justo en el peor momento de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario