domingo, 15 de junio de 2008

La hipoteca inaccesible sin aval (La Opinión)

Los bancos y cajas han endurecido las condiciones para conceder préstamos a la hora de adquirir una vivienda. No asumen riesgos y quieren sobregarantías de liquidez. El mercado se desploma
¿Qué pasa con las hipotecas? ¿Qué pasa con los bancos y las cajas, que no dejan de endurecer las condiciones para conceder nuevos créditos aunque los solicitantes tengan un puesto de trabajo fijo y una nómina al final de cada mes? En los últimos meses, coincidiendo con la crisis del ladrillo y la caída en picado de las ventas de pisos, las entidades financieras ponen condiciones, a veces insalvables para muchas familias, para secundar la compra de alguna casa. Este endurecimiento de las condiciones de financiación se ha realizado sobre un doble eje, explica Ángel Yagüe, auditor de la consultoría malagueña Reding Consulting. "Por un lado, el descenso de los valores de tasación que podría evaluarse en un 20% de media (si bien en algunas zonas es más acusado); y por otro, la capacidad de liquidez de la unidad familiar, que debe situar la carga de la cuota hipotecaria en el entorno del 33%", señala.Lógicamente, ahora las cuotas son más abultadas dado el importantísimo incremento del euribor (tipo de interés de referencia), que en la actualidad se encuentra en el 5,4% y las percepciones salariales no han aumentado en igual forma. Vamos, que ha subido todo menos los sueldos. Una hipoteca de 2004 es hoy entre 1.500 y 2.200 euros más cara al año.Ha cambiado la percepción de los bancos sobre los riesgos económicos que pueden asumir. En el ámbito del crédito a los hogares para la compra de un piso, el grado de exigencia de los criterios para conceder financiación aumentó debido a los cambios en las expectativas de las entidades respecto al sector inmobiliario, a la actividad económica en general, y a los efectos relacionados con los costes de financiación, con la disponibilidad de fondos y con la competencia. Y todo ello hace que las entidades financieras quieran sobregarantías a la hora de respaldar cualquier operación de compra-venta de pisos, pero ya no patrimoniales sino de liquidez (ya nadie sabe cual es el precio de los activos inmobiliarios). Así que los bancos optan por la figura del avalista, pieza indispensable, tercera persona que se hace responsable de dar repuesta en caso de impago."En este punto es donde la situación debe ser puesta de manifiesto ya que las entidades de crédito solicitan un aval denominado solidario, es decir, el avalista asume completamente la categoría del deudor, por lo que podría darse el caso de que si se produjera el impago se ejecutara antes al avalista con liquidez que al deudor con patrimonio", señala Yagüe.Tasaciones. Este endurecimiento también ha ocasionado un fenómeno curioso, según este experto. Ha hecho desaparecer el mercado, esto es, aquel que comprara un inmueble en 2006, por ejemplo con una tasación de 300.000 euros y le otorgaran de préstamo 240.000, le quedarían aproximadamente unos 215.000 de principal pendiente de su hipoteca. En estas circunstancias si el valor menor de tasación actual es de 250.000 y el banco le prestara el 80%, la cantidad resultante sería 200.000 euros por lo que no podría ni siquiera cancelarse la hipoteca anterior. Dicho de otra manera el comprador no puede comprar ni el vendedor vender.Hay que tener en cuenta, además, que el Banco de España ya ve con moderada preocupación el crecimiento de la morosidad hipotecaria, que el año pasado se disparó un 33%. Las elevadas tasas de crecimiento del crédito han desembocado en un incremento de este índice. De ahí que los bancos exijan mayores garantías.Si a eso se le añade el profundo encarecimiento de todos los demás productos básicos de la cesta de la compra: alimentos, luz, agua, combustible... (el IPC ha subido siete décimas más en mayo) y el cada vez más acusado aumento del paro (con una tasa de desempleo que se acerca peligrosamente a los registros más altos desde el año 2000, con una previsión del 13% de parados al final del segundo trimestre de 2008), el horizontes que se abre es "desolador", dice Yagüe. "Verdaderamente este es el año de la digestión de la deuda asumida por los españoles. Esperemos que haya sal de frutas para todos", resume de forma gráfica.Competencia. Esta situación, sin embargo, no impide que las entidades financieras hayan comenzado una lucha por quitarse ´hipotecados´ unas a otras, para evitar el desplome del nivel de préstamos concedidos. Por eso resulta paradójico que ofrezcan condiciones atractivas a quien sí puede hacer frente al pago de las cuotas. Entre los nuevos productos que están registrando más auge se encuentran las hipotecas especiales para la subrogación.

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