domingo, 30 de octubre de 2011

Un estudio constata la inestabilidad de las casas de la aldea de El Chorro (SUR)


El informe geológico vincula el uso industrial del embalse a los corrimientos de tierra que amenazan a una docena de viviendas
30.10.2011 - 
J. J. BUIZA
 
ÁLORA.

Un estudio constata la inestabilidad de las casas de la aldea de El Chorro
Vecinos de El Chorro muestran el considerable grosor de una grieta en una de las casas afectadas. :: J. J. B.
Las continuas oscilaciones del nivel del agua en el embalse del Tajo de la Encantada están detrás de los corrimientos de tierra que desde hace un tiempo han llenado de grietas las viviendas de El Chorro, la aldea de Álora levantada hace casi un siglo precisamente para alojar a los trabajadores que construyeron el pantano. Esa es una de las principales conclusiones de un estudio geológico al que ha tenido acceso este periódico y que ha sido redactado por una empresa especializada por encargo del Ayuntamiento.
Las conclusiones del informe vienen a respaldar así las afirmaciones de los vecinos, que han venido achacando el problema a la explotación del salto de agua por parte de la central hidroeléctrica que Endesa gestiona en la zona. Concretamente, en el documento se señala que esa «utilización industrial» del embalse es el origen de la «inestabilidad» en las construcciones de El Chorro.
El mismo estudio indica que no se puede hablar de un «riesgo de colapso» de las casas pero sí de un «deterioro progresivo» de las estructuras de las viviendas, lo cual «impide una reparación efectiva de estas mientras no se actúe sobre la estabilidad global de la ladera». «Estos movimientos medidos en el estiaje entre los meses de agosto-septiembre del corriente año pueden verse incrementados en la zona trasera, viviendas, tras un período de fuertes precipitaciones», añade el documento, visado por el Colegio Oficial de Geólogos de Andalucía el pasado 7 de octubre.
Techos apuntalados
Hay que reseñar que, pese a que en la aldea existen más de medio centenar de construcciones, la mayoría de ellas muy antiguas, las casas que presentan grietas más graves son aproximadamente una docena, lo que ha obligado a sus inquilinos a apuntalar los techos para prevenir desplomes. En verano, la asociación de vecinos de la barriada denunció a este periódico que la situación se había agravado especialmente desde hacía unos dos años, y expresó además su temor de que el problema fuera a más cuando llegaran las lluvias del otoño, un riesgo que también señalan los autores del informe, que consta de 43 folios.
A principios de agosto, el Ayuntamiento ordenó oficialmente el desalojo de tres viviendas donde el peligro de derrumbe era muy serio. En este tiempo, los vecinos han mantenido reuniones con representantes de la Delegación de Medio Ambiente y la Agencia Andaluza del Agua, que se comprometieron a hablar con Endesa para encontrar una solución. De hecho, la asociación pretende presentar una demanda contra la compañía eléctrica, para lo cual estaban a la espera de las conclusiones del estudio geotécnico ya redactado.
En él, se recomiendan además dos medidas estabilizadoras: rebajar el nivel de agua en la zona de las viviendas mediante la apertura de un pozo abierto dotado de drenes radiales y construir una pantalla de pilotes con anclajes de unos 50 metros de longitud para dar estabilidad a la ladera. Se estima que la primera obra costaría alrededor de 8.000 euros, mientras que la segunda se valora en unos 131.700. El informe añade que el pozo, una opción más económica y de rápida ejecución, serviría para compensar el efecto de las precipitaciones estacionales, si bien la estabilidad global de la aldea sólo se conseguirá con elementos estructurales como la mencionada pantalla.

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