martes, 19 de junio de 2007

Los jardines por fin hacen compañía a Pedro Salinas (La Opinión)

El Ayuntamiento está ajardinando la avenida de Pedro Salinas y la calle Galeno, en Carlinda y Florisol, acabando con las penurias de los vecinos. Alfonso Vázquez
Hasta hace dos meses, la avenida de Pedro Salinas era un desplante al poeta que cantó al amor de una forma tan sutil ("Yo no miro adonde miras, yo te estoy viendo mirar"). Los jardines de esta avenida eran una visión futurista de un mundo postnuclear, en el que bancos pasados `a cuchilla´ y llenos de inscripciones, convivían con un césped raquítico, casi una tundra de cagadas de perros. "¿Ve usted normal cómo está el parque?", parece que le dijeron al alcalde cuando visitó esta extensión decrépita de chinos y césped subdesarrollado. Pero todo termina en la vida. Esta zona verde, que todavía no forma parte de la gestión municipal, está siendo `resucitada´ desde hace dos meses por el Ayuntamiento. Desde entonces, la `tundra cagona´ está siendo sustituida por una zona verde mucho más esperanzadora, en la que los niños se han ido con viento fresco y llegan nuevas especies: eritrinas, palmeras washingtonias, setos, pacíficos de varias tonalidades y bauhinias (este último árbol alegrará el mes de abril). Lo mismo ocurre en la vecina calle Galeno.El presupuesto es de 569.000 euros y las obras estarán finalizadas en un mes. Aunque de momento son los vecinos de la urbanización los que, en teoría, pagan el mantenimiento, la intención municipal podría ser hacerse cargo de los jardines en breve. En cualquier caso, la situación anterior era insostenible, sobre todo porque los jardines están muy cerca de un colegio y también del nuevo centro de salud de Carlinda. Enhorabuena a los vecinos de Florisol y Carlinda y también a Pedro Salinas, homenajeado al fin en un entorno propenso a la poesía. Esa cuestaY siguiendo en la zona, la calle Principal, en la Granja de Suárez, no es una calle sino una declaración de principios. Todo el que se enfrenta a esta pronunciada cuesta suele decir mentalmente: "Yo esto lo subo como me llamo...", aunque sólo los vecinos de toda la vida la completan sin bombonas de oxígeno. Las aceras cuentan con losas adherentes o `con agarraderas´, si bien los días de lluvia, muchos desearían que instalaran un teleférico. El autor de estas líneas coronó esta semana la calle Principal después de varias horas de esfuerzo. Lo único lógico de esta `pendiente pirenáica´ es la calle que uno se encuentra en cuanto llega arriba: calle Puerto del León.No hay que rememorar puerto alguno, la calle Principal ya es, de por sí, un puerto de primera. Hagan la prueba. Humareda tóxicaLa calle Virgen de Begoña, en Carranque, es un reducto de paz al que difícilmente acceden los folloneros coches-discoteca, no así algunos símbolos `alucinógenos´, siempre en boga. En esta placita con naranjos y parque infantil apareció en su día la pintada poco evocadora de un `canuto´ gigante.