domingo, 20 de noviembre de 2011

Diseñado para la burguesía (Málaga Hoy)


El exclusivo barrio de El Limonar, hogar de las grandes fortunas y dirigentes de la ciudad, surgió por iniciativa del ingeniero José María de Sancha, que promovió hermosas villas residenciales con jardines
RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 20.11.2011 - 01:00
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El nacimiento del Limonar como barrio residencial se produjo en las últimas décadas del siglo XIX coincidiendo con el proceso de expansión que se produjo hacia el litoral oriental de la ciudad, donde se asentaron a partir de entonces los nuevos espacios residenciales de la burguesía, con un uso extensivo del suelo mediante la construcción de hotelitos rodeados de amplios jardines a lo largo de la avenida de Príes, el Paseo de Sancha y el valle del Limonar hasta el Arroyo de la Caleta.

Este barrio fue una iniciativa del ingeniero José María de Sancha, quien en 1885 creó la sociedad Sancha, Junguito y Compañía, que adquirió por 80.000 pesetas unos 100.000 metros cuadrados de terreno de las fincas El Limonar y San Agustín. Casi de forma inmediata vendió todas las parcelas a 3 y 4 pesetas el metro cuadrado y el nuevo barrio se convirtió desde el primer momento en el lugar favorito de la alta burguesía para la construcción de sus hoteles ajardinados.

El historiador Víctor Heredia aseguró que el Ayuntamiento no controló la urbanización inicial del sector, aunque hacia 1900 ya había recibido algunas calles. En ese año el municipio preparó unos planos de atirantado del barrio con el objeto de recaudar las tarifas correspondientes a las nuevas construcciones. Inmediatamente se acometieron algunas obras de equipamiento, como la instalación del alumbrado por gas y el adoquinado de la calzada.

A ambos lados del paseo sobresalían las villas residenciales rodeadas de jardines, por entonces con vegetación todavía no muy crecida, que estaban delimitados por verjas de hierro que permitían contemplar el interior de estas propiedades. La presencia de farolas y de alineaciones de plátanos orientales que se aprecian en la foto demuestran el esfuerzo municipal por dotar a la zona de ciertos servicios. También al otro lado del arroyo de La Caleta se produjo casi al mismo tiempo una ampliación del barrio con el paseo de Miramar, que ascendía en paralelo al del Limonar, cuya urbanización fue llevada a cabo por Juan Bolín a partir de 1903.

Poco a poco se fue completando la urbanización del barrio, con la instalación del Asilo de las Carmelitas (antecedente del actual Colegio Madre Asunción), de la parroquia de San Miguel de Miramar y del cuartelillo de la Guardia Civil. Mientras, en la parte que lindaba con la playa, La Caleta, surgieron más hotelitos rodeados de jardines (como el Parque de San Antonio, que inicialmente se llamó de Buenos Aires al ser propiedad de un argentino) y otros tantos hoteles pioneros del turismo, como el Hernán Cortés, luego reformado como Hotel Caleta Palace y que hoy en día es sede de la Subdelegación del Gobierno.

Muchas de esas villas eran alquiladas por familias de localidades del interior y de las provincias de Córdoba, Jaén y Granada como lugar de veraneo. El mismo poeta granadino Federico García Lorca pasaba temporadas en el Hotel Caleta. Pero durante la Guerra Civil varias villas de la zona fueron asaltadas e incendiadas, como el propio Parque San Antonio, que pertenecía al contratista Antonio Baena Gómez.

La presión urbanística sobre esta zona ha provocado que muchos chalets y villas hayan sido sustituidas por edificaciones de mayor tamaño, pero no ha perdido su carácter residencial caracterizado por la abundancia de espacios ajardinados y de vegetación.

NUDO DE COMUNICACIÓN. El Paseo del Limonar, al confluir con la carretera de Málaga a Vélez y Almería (por entonces calle Málaga y hoy avenida del Pintor Sorolla), tenía en su parte baja una parada de carruajes de alquiler, es decir, coches de caballos que servían para el transporte público y que son los antecedentes más inmediatos de los actuales taxis. Era mucha la importancia de la comunicación entre el nuevo barrio residencial y el centro, que además estaba reforzada por la línea de tranvía. El nivel socioeconómico de los vecinos del Limonar, tanto de los residentes habituales como de aquellos que utilizaban las villas solo durante determinadas épocas del año, hacía muy atractiva la explotación de este medio de transporte.

Comienza la cuenta atrás para el nuevo puerto de Málaga (La Opinión)



Queda apenas una semana para la apertura de la zona comercial y de ocio del Muelle Uno






Comienza la cuenta atrás para el nuevo puerto de Málaga

Comienza la cuenta atrás para el nuevo puerto de Málaga Carlos Criado

MIGUEL FERRARY. MÁLAGAGrandes carteles en el Muelle Uno informan a los trabajadores y personas que paseen por el puerto de la cuenta atrás para la apertura de la nueva zona comercial y de ocio. La actividad es incesante en todo el muelle. Locales donde se trabaja a puerta cerrada, otros muestran sus entrañas, escaleras, plantaciones, pintura, remates... Cualquier observador tendría dudas sobre la fecha de apertura al público, prevista para el 29 de noviembre. Parece que no dará tiempo, aunque el gerente del Muelle Uno, Patricio Gutiérrez del Álamo, asegura que la obra está más avanzada de lo que parece: «He estado en muchos centros comerciales que, cuando lo ves parece que no va a dar tiempo para acabar, pero siempre se cumple el plazo. Estaremos listos para el 29 de noviembre, eso es seguro». En realidad, la obra se terminará para un día antes, ya que el 28 de noviembre está previsto un pequeño acto institucional para inaugurar el Muelle Uno, que abrirá sus puertas al público el 29 de noviembre por la mañana.
Las esquinas de este entorno son las que concentran una mayor actividad. En ellas están los aparcamientos subterráneos que, con un total cercano a las mil plazas, darán servicio al recinto. Junto al muelle 2, se trabaja a marchas forzadas para habilitar la entrada peatonal desde la calle Vélez Málaga, recuperando el antiguo paso del tren que conectaba Málaga y la Axarquía, la conocida como La Cochinita. Junto a ellos, el gran local comercial de 2.000 metros cuadrados que hay en la esquina y el espacio cultural –de 6.000 metros cuadrados– que se cederá al Ayuntamiento ofrecen una imagen de actividad para avanzar en su construcción, fundamental para el futuro del recinto comercial y como puerta de entrada desde la plaza de Torrijos y el palmeral del muelle 2, con los que enlazan.
Desde la calle Vélez Málaga hasta La Farola se habilitará la mayor parte de los 14.000 metros cuadrados de uso comercial y de restauración del Muelle Uno. Están divididos en tres zonas. La primera, en dirección a La Farola, estarán los comercios dedicados a complementos y servicios. Le seguirá la zona de moda, con la antigua capilla del puerto protagonizando la plaza central del recinto, y continuará la restauración, que remata el Muelle Uno.


Paseo marítimo
Una de las características del proyecto es que se habilita un paseo entre el cantil del muelle y los locales comerciales. Este espacio estará marcado por una hilera de altas palmeras, que sobresalen por encima de la altura de los locales, y una línea de pérgolas que imitan las velas de un barco.
Una de las peculiaridades de esta pérgola es que tienen un dispositivo que mide la velocidad del viento, enrollando automáticamente las telas que dan sombra para evitar problemas. Además, irán provistas de un sistema de humidificadores para refrescar el ambiente en verano.
El suelo utilizado para este paseo proviene de los adoquines históricos del puerto de Málaga, que han vuelto a reutilizarse. Para facilitar el paseo y evitar las irregularidades propias de este material, el pavimento será tratado de forma que se ofrezca un piso uniforme.
Un detalle curioso del proyecto es que habrá tres puntos de información histórica sobre sendos hitos de este muelle: la calle Vélez Málaga y su vinculación ferroviaria, la antigua capilla y La Farola. En ellos se explicará su origen y evolución.


Locales
Gutiérrez del Álamo señaló que todos los locales ya están trabajando en habilitar sus espacios en el interior. En este sentido, apuntó que hay muchos que están prácticamente terminados a falta de algunos remates o de la pintura. A lo largo de la semana se irá instalando el mobiliario y se irá colocando la mercancía. La perfumería Primor es la que tiene más avanzados los trabajos, con idea de reservar esta semana para colocar sus productos. Otros, como El Café de París, reservan su interior tras unos paneles que esconden el avance de sus trabajos, pero siempre con la mirada puesta en el 29 de noviembre.


Cadena italiana de ropa interior
El Muelle Uno ha sido el lugar elegido por la cadena italiana de ropa interior Yamamay para instalar su primera tienda en Málaga. Mañana empezarán a instalar las estanterías y el mobiliario, con idea de ir colocando la mercancía a lo largo de la semana. Fiorella Prisco, responsable de la tienda, explicó que la elección del puerto viene motivada «porque desde el principio hemos visto que es un proyecto de éxito que se lleva de manera estupenda, con mucha personalidad». «Nunca he visto un proyecto como éste, que es como una continuación del centro de la ciudad, que encaja perfectamente y está a un paso de la terminal de cruceros», insistió. Yamamay, que lleva 3 años implantada en España, vende ropa interior y complementos.


Una cervecería junto a La Farola
La Sureña es una cadena de cervecerías que desembarca por primera vez en Málaga, aunque lleva muchos años implantada en Madrid, Sevilla, Valencia y Mérida. Francisco Luque, dueño de la cadena, explica que la apuesta por el Muelle Uno viene motivada por tres razones: «Conocemos a Cushman desde hace muchos años –que comercializa los locales–, sabemos la vida que tiene Málaga y queremos atraer a los turistas de cruceros». «La situación es fantástica y sólo deseamos que al final puedan abrir los comercios todos los días del año», insistió Luque, quien recalcó que su establecimiento ofrece una oferta adecuada para la crisis «con un equilibrio de calidad y precio, con cinco botellines a 3 euros y raciones a 6 euros». m. f. Málaga

El Paseo de la Farola estrenará jardines y miradores al puerto (La Opinión)


La reforma de esta vía está muy avanzada y ya se aprecia el nuevo diseño de los paseos sobre los locales del muelle







MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El Paseo de la Farola está cambiando su cara después de dos meses de obras intensas para su remodelación, que obligó a cortar el tráfico por su vía principal. Nuevos recorridos para los peatones, zonas verdes, plantas aromáticas, palmeras, flores, miradores y un arriate para salvar el desnivel del nuevo paseo, más alto que el anterior, forman el grueso de la actuación que se está terminando en este espacio.
Desde que el pasado 19 de septiembre se cerrara el paseo al tráfico rodado, los trabajos de reforma se han intensificado. Queda poco más de una semana para la inauguración del Muelle Uno y el paseo presenta una imagen casi terminada.
La principal novedad de este espacio es que se le han dotado de cuatro miradores para aprovechar las vistas al puerto y el Parque. Estas terrazas se desplazan sobre el muelle, acercándose al mar. Su diseño es diferente al resto del paseo, ya que se ha diferenciado con un suelo de listones de madera y una valla acristalada, que no entorpezca las vistas.
El gerente del Muelle Uno, Patricio Gutiérrez del Álamo, explicó que el nuevo diseño de esta vía se ha planteado con cuatro recorridos diferentes. Así, desde La Malagueta hasta el límite del muelle se distinguen: una vía peatonal rápida –pegada a los edificios–, los viales de tráfico, otra zona peatonal lenta para animar al paseo y zonas de parada y estancia, como los miradores y las pérgolas con bancos.
Estas pérgolas ya están instaladas y están pensadas para facilitar a los peatones que puedan sentarse en bancos que podrán ser de varias plazas o de una, orientados hacia las vistas al puerto.
Resaltan en el Paseo de la Farola cuatro grandes casetones de hormigón que dan cabida a las máquinas de aire acondicionado que dan servicio a los locales del muelle. Gutiérrez del Álamo recalcó que estos casetones irán recubiertos de bouganvillas para disimular su presencia y que se plantarán en estos días.
El gerente del Muelle Uno destacó que se ha tenido un especial cuidado en el sistema de aire acondicionado, que asegura que no tiene ni emisiones contaminantes ni produce ruido. Además, tiene un reducido consumo de energía.
Los tres accesos previstos desde el Paseo de la Farola hasta el muelle estarán destacados con unas pérgolas y con una iluminación especial nocturna para invitar a la entrada. También se verán con los casetones de los ascensores, que serán acristalados para reducir su impacto visual.