Se trata de un autobús que circula sobre una doble plataforma reservada con una frecuencia de cinco minutos
26.02.11 - 01:42 -
«El modelo de movilidad urbana en Málaga está agotado». Con estas palabras pronunciadas ayer por el concejal de Movilidad, Juan Ramón Casero, puede resumirse la filosofía del Plan de Movilidad que ha elaborado el equipo de gobierno local durante los últimos tres años y que ayer recibió su primera aprobación administrativa con el visto bueno a su avance por parte de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento. El objetivo final de este trabajo es que los niveles de tráfico no sigan aumentando durante los próximos 15 años, lo que en la práctica implica una reducción de la circulación que puede rondar el 24% de media en las calles malagueñas.
El plan contempla una serie de propuestas de infraestructuras y reordenación de la jerarquía viaria de la ciudad entre las que destaca la puesta en funcionamiento de un moderno sistema de transporte que ya se aplica en otras ciudades del mundo y que lleva por nombre Bus Rapid Transit (BRT). Se trata de un autobús articulado de dos o tres piezas, que es capaz de transportar a 180 pasajeros y que circula por una doble plataforma reservada, con frecuencias de paso de entre tres y cinco minutos. Sus niveles de servicio son muy similares a los de un tranvía, pero cuesta cuatro o cinco veces menos que éste, y diez veces menos que el metro. Además, el periodo de realización es muy inferior al del metropolitano en superficie o soterrado, ya que puede diseñarse y ejecutarse en unos cinco años.
El Plan de Movilidad contempla una red de BRT que discurre por el eje litoral oriental de la ciudad, donde parece más clara su aplicación, y sigue hacia el oeste, donde se extiende por aquellas zonas que se encuentran más distantes del ámbito de influencia de las líneas de metro que ya están en obras. La idea de la empresa Contorno, que ha realizado el plan por un importe de 150.000 euros -de los que la Junta de Andalucía ha sufragado el 20%-, es hacer posible un desplazamiento rápido y cómodo desde el Este de Málaga hasta los polígonos.
Comparación
Un tranvía común es capaz de transportar unos 35.000 pasajeros a la hora, y el BRT puede alcanzar los 27.000 pasajeros por hora. Es decir, que el nivel de eficacia de ambos sistemas no difiere en demasía, teniendo en cuenta que el coste del tranvía es mucho mayor. Además, el BRT, que en algunas de sus modalidades incorpora vehículos eléctricos que incluso no requieren de una atención permanente del conductor para su funcionamiento al rodar por un sistema óptico que no precisa de railes ni nada parecido, ofrece la ventaja de que puede sacarse de su plataforma reservada y circular por las calles normales en casos de obras o incidencias en el tráfico.
Otra de las premisas del plan pasa por la creación de aparcamientos y puntos de intercambio de transporte en el extrarradio de la ciudad, en lo que supone una política a la inversa de la realizada hasta ahora por el Consistorio, que se ha centrado en construir estacionamientos de rotación en el Centro, con lo que ello supone de atracción de vehículos privados. No obstante, el concejal de Movilidad, Juan Ramón Casero, reconoció que el éxito de todas estas medidas pasan por la aplicación de una política tarifaria común que haga realmente atractivo a los malagueños -sobre todo a los que residen en la corona metropolitana- dejar el coche en casa para desplazarse a su lugar de trabajo o de ocio. «Habrá que hacer un estudio económico sobre los costes de inversión y la aplicación de una tarifa única para todos los elementos que comprende este plan, de tal forma que, con un solo precio, un ciudadano pueda dejar su vehículo en un aparcamiento disuasorio para tomar un autobús, un metro o el BRT», apuntó Casero, quien añadió que otra de las cuestiones a potenciar para que el plan funcione es que ofrezca tiempos de desplazamiento menores a los del vehículo privado. De igual modo, se seguirán tomando medidas por parte del Ayuntamiento para restringir el tráfico privado en determinados ámbitos del corazón de la ciudad.
«Esto supone un cambio de escenario total respecto a lo actual, que costará trabajo, pero estamos convencidos de que es la mejor manera de hacer de Málaga una ciudad más amable, segura y transitable», dijo.
