La situación de la firma crea dudas sobre un plan del que el Ayuntamiento no habla.
Urbanismo. Repsol, Martiricos, La Térmica… el rosario de convenios urbanísticos que el Ayuntamiento de Málaga ha alcanzado para diseminar enormes bloques de viviendas por diferentes puntos de la ciudad ha hecho pasar desapercibido otro proyecto de gran envergadura que, de llevarse a cabo, cambiará la línea del litoral oeste de la ciudad. Se trata de las tres torres residenciales de 27 plantas que la promotora Reyal Urbis planea en primera línea de la playa de San Andrés, en el poniente malagueño. Un proyecto en vilo a tenor de los 3.000 millones de deuda corporativa que arrastra Reyal Urbis, una empresa cuyo 80% está a merced de los bancos. Como ocurre con otros asuntos, la corporación dirigida por Francisco de la Torre se niega a facilitar información a EL OBSERVADOR / http://www.revistaelobservador.com/ sobre la viabilidad y plazos que maneja para esta gigantesca promoción de 77.500 metros cuadrados. EL 18 de mayo de 2006 el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, dio luz verde al Plan Parcial de Ordenación del sector ‘Torre del Río’ por el que se dejaba vía libre a la promotora Reyal Urbis para levantar tres edificios de 27 plantas en la zona oeste del litoral de la ciudad. Unos rascacielos que se edificarían sobre una parcela situada frente a la playa de San Andrés, aledaña precisamente a los terrenos de la antigua Térmica (donde otro convenio del alcalde con Endesa impulsará la construcción de otras 773 viviendas y un hotel).PARA justificar este desarrollo urbanístico diseñado por el arquitecto Carlos Ferrater la corporación municipal del PP en Málaga utiliza machaconamente el neologismo “nuevas centralidades”. Un razonamiento parecido se ofrece en la propuesta de ordenación, en la que se arguye que el “Paseo Marítimo de Poniente adolece de cierta monotonía que hace aconsejable usos diferenciados que hagan reconocibles los lugares”.SIN embargo, la propia evolución del mercado inmobiliario nacional puede torcer el futuro de esta “nueva centralidad”. Como vienen recogiendo recientemente diversos medios de comunicación, la promotora Reyal Urbis está en lista de compañías susceptibles de quedar entrampadas con la crisis y se la sitúa en la primera línea de candidatas en seguir la estela de Martinsa-Fadesa. SU deuda corporativa es de 3.000 millones y el 80% de la empresa está en manos de la banca. Reyal Urbis tiene préstamos con 41 entidades financieras entre las que destacan Banesto y Santander (cuyos responsables ya han anunciado que no la van a dejar caer) junto a otras como Barclays, Royal Bank of Scotland o incluso el Instituto de Crédito Oficial (ICO). El estancamiento de ventas que sufre la empresa en proyectos emblemáticos como el de ‘Ciudad Valdeluz’, junto a la estación del AVE en Guadalajara, que se ha convertido en otros de los pueblos-fantasma de la geografía española, no ayudan a reflotar su imagen.
SOBRE el futuro de las torres de Reyal Urbis Málaga se sabe poco. De momento y pese a la petición realizada por esta revista, el Ayuntamiento de Málaga se niega a ofrecer detalles sobre estas construcciones, los plazos de comienzo y finalización de las obras o el dinero que se va a ingresar en las arcas municipales por permitir tan elevada edificabilidad. Una política de silencio oficial similar a la que se ha encontrado en la compañía, cuyos servicios de prensa se remiten a que el proyecto “ya ha sido presentado en varias ediciones del Salón Inmobiliario de la Compañía”.