EBASTIÁN SÁNCHEZ MÁLAGA | ACTUALIZADO 08.05.2013 - 01:00
No hay puerto seguro en plena tempestad, ni calendario verdadero en el ojo de la crisis económica. El camino de vacío y abandono del Palacio Miramar, edificio señero de la arquitectura de Málaga capital, se alarga en el tiempo, sin previsión cierta para que abandone esta travesía. El inmueble cumple ahora cinco años en manos del Grupo Santos, firma hotelera que lo adquirió en subasta a la Junta de Andalucía, a cuyo patrimonio había pertenecido con anterioridad. En una puja con otras cuatro sociedades empresariales, esta empresa madrileña compró el Miramar tras desembolsar 21,5 millones de euros en la obligación de devolverle el esplendor que tuvo a mediados del siglo pasado, cuando acogió el hotel Príncipe de Asturias.