domingo, 20 de julio de 2008

Los otros 'ladrillazos' (SUR)


Una treintena de empresas de la construcción han presentado suspensión de pagos en Málaga en el primer semestre del año. Los expertos advierten de que lo peor está por venir y esperan una «avalancha» de casos tras el verano

LAS AFECTADAS
Empresas cuyo nombre ha trascendido tras acogerse a la ley:
Jale: Tenía actuaciones en los municipios del litoral y también en localidades como Alhaurín de la Torre.
Cogilco: La promotora ha dejado colgada una promoción en Torremolinos y proyectos en Benalmádena.
Seop: Dejó un total de siete promociones paralizadas.
Prodicasa Construcciones: Almogía y la franja litoral.
Valsan: La capital y el litoral. Martinsa: Tenía previstas 2.500 viviendas en Manilva y proyectos comerciales en Antequera.

El sonoro desplome protagonizado esta semana por Martinsa-Fadesa -buque insignia de las inmobiliarias españolas- le ha puesto cara a un realidad que en los últimos meses se propaga como la pólvora en muchos lugares del país como consecuencia de la crisis económica internacional: la de las empresas vinculadas al mundo del ladrillo que presentan suspensión de pagos y se acogen a la ley concursal para hacer frente a sus deudas.Málaga no es ajena a esta situación. Según los datos recopilados por este periódico de distintas fuentes, alrededor de una treintena de empresas relacionadas con el ladrillo han presentado un concurso voluntario de acreedores en la provincia durante el primer semestre del año. Ello supone casi la mitad de las suspensiones de pagos y quiebras que se han presentado ante el juzgado de lo Mercantil durante este periodo. Un fenómeno que ya se ha bautizado como el 'ladrillazo'. Jale, Seop, Cogilco, Valsan, Prodicasa Construcciones, la delegación malagueña de la agencia inmobiliaria Viva States, además de la mencionada Martinsa -con importantes intereses en la provincia-, son algunos de los nombres que han trascendido de esta lista negra. Empresas medianas y pequeñas que se han visto obligadas a echar el cierre ante la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones y la falta de liquidez en esta época de vacas flacas. «Es imposible dar una cifra, pero los que estamos trabajando todos los días en el sector sabemos que esta situación se está produciendo», señaló Ignacio Díaz, secretario del Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública (Ceacop). Esta misma semana, dicha patronal del sector reconoció durante su asamblea anual, celebrada en Málaga, que en Andalucía se producen cada mes entre diez y quince suspensiones de pago. «Mientras más limiten las entidades financieras la concesión de dinero, tanto a los empresarios como a los compradores, la situación se agravará más», subrayó Díaz.
Efecto dominó
Este fenómeno está generando un efecto dominó. La mayoría de estas firmas se dedican a la construcción de viviendas por diversos puntos de la provincia, fundamentalmente en los municipios de la franja litoral, por lo que los primeros afectados están siendo los compradores que ven como las promociones no se concluyen o se retrasan. Una situación que les lleva a tener que esperar las decisiones que tomen los administradores concursales (quienes se hacen cargo o vigilan la gestión de la empresa). No hay cifras oficiales, pero las estimaciones, apuntan a que son cientos los afectados. Asimismo, se están quedando en la estacada aquellas otras empresas que fueron subcontratadas por las que han quebrado. Y, por último, los trabajadores que están perdiendo sus empleo. Las cifras de las estadísticas oficiales son claras: en un año (de junio de 2007 al mismo mes de 2008) el volumen de desempleados de la construcción registrados en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) en Málaga ha crecido en 8.726 personas.A ello se unen las empresas que en los últimos años, al calor del 'boom' del ladrillo, vinieron a Málaga para participar en el reparto de la tarta inmobiliaria y que ahora se están marchando o aquellas que están vendiendo parte de su patrimonio para tener liquidez. Una de ellas es Evemarina que hace unos meses puso a la venta un hotel en construcción en Casares para paliar la falta de liquidez.
El antecedente del 93
Un escenario que constata Juan Moreno, secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), quien apuntó que algunas empresas, «que aprendieron de la crisis de los noventa», están poniendo en práctica actuaciones como la de dejar de ganar parte de sus beneficios e incentivar la compra para hacer caja y tener liquidez. «Ahora es un buen momento para comprar por dos motivos. El primero es que las viviendas no van a bajar de precio como algunos creen. El segundo es que cuando pase este bache los precios volverán a subir», dijo. Pero la cosa no queda ahí porque a juicio de los expertos, lo peor está por venir. Las fuentes consultadas coinciden en señalar que tras el verano «se espera una avalancha» de casos de empresas que se acogerán a la ley concursal. Los despachos profesionales especializados en estos asuntos «están colapsados», según apuntaron.La Ley Concursal prevé que a ésta se puedan acoger de dos maneras: una voluntariamente por los propietarios, en cuyo caso éstos pueden seguir gestionando la firma pero con la vigilancia de un administrador; y cuando no es voluntaria, sino que a instancias de un acreedor se nombra uno y varios administradores de la empresa. Sobre la situación en la que quedan los compradores de una vivienda, la organización de consumidores Facua recordó estos días que la ley ampara a los adquirientes. Así, tienen derecho a que si finalmente las casas no son entregadas, pueden reclamar la devolución de la totalidad del dinero entregado a cuente más el interés legal del dinero. Además, pueden ponerse en contacto con la administración concursal de las empresas afectadas para que les oriente sobre lo que va a ocurrir.

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