martes, 15 de julio de 2008

Recaudan fondos para la nueva ermita del Señor de la Verónica. Antequera (SUR)



Vecinos, empresas y el Ayuntamiento aportan capital para la construcción del inmueble presupuestado en un millón

La nueva ermita del Señor de la Verónica sigue en proyecto a espera de que alguien le dé un impulso definitivo, aunque mientras se siguen recogiendo fondos para su construcción, presupuestada en un millón de euros según el proyecto básico realizado por el arquitecto Marcos Sánchez.El responsable de la ermita, Manuel Molina, explicó que por lo pronto el Ayuntamiento ha puesto los terrenos, ubicados detrás del actual inmueble, y se ha comprometido a sufragar la cimentación, mientras que otras empresas financiarán las puertas, el alumbrado y el saneamiento. Además, los vecinos con sus donaciones han comprado las losas de la nueva construcción, valoradas en 12 euros cada una. Por otra parte, aún está a disposición de los ciudadanos la cuenta número 197 en la sucursal de Unicaja de Parquesol para aquellos vecinos que quieran hacer donativos, ya que aún no se ha recolectado todo el dinero.


Colaboraciones


Además de todas estas colaboraciones desinteresadas, también lo ha sido la del arquitecto, quien se ha ofrecido también a redactar el proyecto de ejecución y a llevar la dirección de obra. Otros profesionales que colaborarán de forma altruista en la construcción del inmueble son el arquitecto Juan Sánchez, el gabinete de ingeniería G&D y el técnico en Prevención de Riesgos Laborales Javier Carrión. La construcción de la nueva ermita se planteó para solucionar la ubicación del actual inmueble, muy cercano a una rotonda. Tendrá 1.500 metros cuadrados y capacidad para 200 personas. En palabras del arquitecto, está proyectada en planta de cruz latina, con una nave central y dos laterales, cúpula en el crucero y bóveda en la nave central; sin embargo, es contemporánea en el uso de volúmenes blancos, limpios y rotundos.La ubicación del Cristo de La Verónica en una capilla tras el altar mayor permite que este sea visible desde las naves mientras se desarrolla el culto en el interior de la ermita y que con un simple mecanismo pueda ser girado y visto desde el exterior a través de un gran ventanal cuando la ermita esté cerrada. Además, bajo la capilla habrá un columbario para urnas.

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