domingo, 17 de enero de 2010

MALAGA. Atarazanas se descubre. (MALAGAHOY)

Sólo queda poco más de un mes para que se terminen la instalación de los puestos y los últimos retoques de la rehabilitación · El torreón árabe ya ha sido descubierto al público.

RAQUEL GARRIDO.

Dos años ha habido que esperar para vislumbrar el resultado de la compleja rehabilitación que ha sufrido el mercado de Atarazanas de la capital, uno de los edificios más emblemáticos que está a punto de abrir de nuevo sus puertas a la ciudad. Esta semana se ha dado el primer paso con la eliminación de la lona que durante las obras ha ocultado su interior. El torreón de origen mudéjar, declarado Bien Interés Cultural (BIC), luce en todo su esplendor después de un radiante lavado de cara que está prácticamente terminado. Sólo quedan unos pequeños retoques, según explicó a este periódico el arquitecto José González Gallegos, uno de los artífices de la restauración, que terminará en unos cuantos días.

El Ministerio de Fomento, encargado de la obra en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, no ha querido esperar más tiempo para que los malagueños puedan disfrutar de la reforma que se ha llevado a cabo en el zoco histórico. La lona que cubría la fachada principal del mercado fue retirada y podía comprobarse cómo avanzan unas obras que comenzaron hace ahora justo dos años y que debían haber estado listas en junio del año pasado.

Algunos cambios en el diseño original y el hallazgo de ruinas arqueológicas en su interior han sido la causa de este retraso que hará que el zoco no pueda abrir sus puertas hasta dentro de dos meses. Y eso en el mejor de los casos, ya que el arquitecto no cree que la instalación de los puestos concluya hasta dentro de un mes o un mes y medio. Es lo único que queda para finalizar la obra que ha costado casi 7 millones de euros. Hasta que no se coloquen los puntos de venta tampoco se podrán acabar los últimos remates de la pavimentación que está fabricada de un material especial para evitar que se acumule suciedad. Mientras tanto, se aprovechará también para hacer realidad una de las mejoras introducidas a última hora en el proyecto y que, según González Gallegos, consiste en instalar un compactador de basura subterráneo en la calle Plaza Arriola para evitar la imagen de cubos rebosantes de desperdicios. Ya queda poco para ver el resultado final y que los comerciantes vuelvan a su lugar original.

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