Expertos propusieron en 2006 que Sierra Bermeja fuera declarada como parque nacional.
En ningún otro punto del planeta se puede encontrar un entorno de características naturales tan especiales y en una superficie tan amplia. Lo que hace única a Sierra Bermeja es un tipo de roca llamada peridotita, surgida por los distintos estiramientos que ha sufrido la corteza terrestre a lo largo de la historia y que ha conformado un hábitat único con numerosas especies vegetales que no existen en otro lugar. Todos esos valores ecológicos tan singulares y que han perdurado durante miles de años se ven ahora amenazados por los pasos firmes que continúa dando el ladrillo en la Costa del Sol.
La particularidad de este espacio fue lo que motivó a un grupo de científicos, expertos y ecologistas a proponer hace cuatro años al Ministerio de Medio Ambiente, que entonces dirigía la ministra Cristina Narbona, que declarara esta zona parque nacional antes de que el desarrollo urbanístico desmedido tan generalizado en esta parte de la provincia terminara por acelerar su degradación.
Pero la falta de respuesta del Gobierno y el nulo apoyo a la iniciativa que hasta ahora ha demostrado la Junta de Andalucía casi lo están consiguiendo, aseguró a este periódico Andrés Vicente Pérez, profesor de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga y uno de los impulsores de la propuesta.
De los 200 kilómetros cuadrados de superficie que se pretende proteger, hay una gran parte que se está viendo rodeada por viviendas de lujo y campos de golf que hacen las delicias de los turistas extranjeros que visitan la Costa, pero que según el experto están siendo "auténticos atropellos urbanísticos". El ejemplo más "flagrante", en su opinión, de la degradación que sufre la masa de peridotitas de Sierra Bermeja es Benahavís.
Allí, la expansión urbanística de los últimos años está poniendo en peligro la supervivencia de numerosos endemismos, es decir que no existen en ningún otro sitio porque se han ido adaptando con el tiempo a la cantidad de materiales pesados que tienen las peridotitas como níquel y plomo y eso le han hecho únicas.
Hay muchas zonas ya urbanizadas, aunque donde ahora se centran las miradas de los expertos que quieren proteger esta sierra es en el entorno del arroyo Benavola, en el paraje de las Apretaderas, donde se está construyendo un campo de golf. El alcalde de Benahavís, el popular José Antonio Mena, ni siquiera conocía la singularidad de la masa rocosa sobre la que se asienta su municipio ni tan siquiera que parte de su superficie estaba propuesta para ser declarada parque nacional. Pero se defendió asegurando que el pueblo es el que tiene "el menor volumen de edificabilidad de toda España" y que todo lo que se ha hecho hasta ahora forma parte del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que aprobó en 1993 el anterior equipo de gobierno del PSOE "con el beneplácito de la Junta de Andalucía".
Sea como fuere, el profesor de Geografía Física de la Universidad de Granada, José Zotano, que también suscribe la iniciativa para proteger esta zona, señaló que es "una auténtica barbaridad" lo que se está haciendo con un "espacio único que tenemos la suerte de albergar".
Lo único que ha salvado hasta ahora a la mayor masa peridotítica de España, y probablemente la mayor del mundo, de su destrucción total es el efecto de "rechazo" que las peridotitas vienen ejerciendo sobre los usos humanos por sus especiales características naturales, lo que le ha valido el título de "auténtico desierto poblacional".
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