lunes, 16 de agosto de 2010

MALAGA. El alcalde quiere peatonalizar la Marina, pero descarta el intercambiador. (LAOPINION)

Quiere aprovechar la obra de construcción del metro para estudiar cómo soterrar la circulación

El Ayuntamiento estudia peatonalizar la plaza de la Marina.
El Ayuntamiento estudia peatonalizar la plaza de la Marina. J.A.

MIGUEL FERRARY. MÁLAGA La construcción del metro se está convirtiendo en la mejor excusa para repensar y rediseñar la ciudad. A la Carretera de Cádiz y calle La Unión, el Ayuntamiento de Málaga quiere sumar la plaza de la Marina. El alcalde, Francisco de la Torre, apuesta por peatonalizar este espacio aprovechando la obra del suburbano.


«Tenemos el proyecto de ese tramo del metro para analizarlo y vamos a ver si por un poco más de coste añadimos la peatonalización de la plaza de la Marina», apuntó el regidor malagueño, quien destacó la importancia de conseguir un paso directo entre el Centro y el Puerto sin interrupción de tráfico.
De la Torre reconoció que hay que pensar muy bien el proyecto: «Es una obra que tiene su dificultad, porque la bocana del túnel para desviar el tráfico no es estéticamente muy correcta y provoca mucho ruido. Eso hay que resolverlo». Este túnel permitiría llevar el tráfico bajo la superficie, pasando por el aparcamiento.


Este es un proyecto largamente deseado por el Consistorio, que ya lo intentó hace unos cinco años y se encontró con la negativa de la Junta y del Ministerio de Fomento, ya que en ese momento se vinculó a la construcción de un gran intercambiador de transporte y fue rechazado. En esta ocasión, De la Torre descarta esta infraestructura y apuesta por construirla bajo la Explanada de Renfe, donde cuenta con el apoyo de la administración autonómica.
De hecho, el documento consensuado con la Junta del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) contempla la calificación de la actual estación de autobuses como suelo para oficinas. Esto supondría eliminar la actual estación, que se trasladaría al futuro intercambiador subterráneo frente a la estación de Renfe. Liberado el suelo, se podrían desarrollar proyectos de oficinas con el sector privado que permitan obtener unas plusvalías «que financien al menos una parte del intercambiador».


Esta infraestructura permitiría conectar la estación de Renfe, el metro, los autobuses interurbanos y se podrían llevar las cabeceras de los autobuses de la EMT, que ahora están concentradas en la Alameda. Eso liberaría el espacio suficiente de la Alameda para acometer la peatonalización de una parte de esta vía, continuando la actuación de la plaza de la Marina. El enlace con el metro en unos pocos metros, además, aseguraría la conexión entre estos medios de transporte público.

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