martes, 11 de junio de 2013

El alcalde cierra la puerta a vender La Rosaleda al Málaga por motivos legales (Málaga Hoy)

Los técnicos lo rechazan por ser un equipamiento El regidor cree que el club quiere "hipotecar" el estadio Cifra en 1,6 millones lo que adeuda a las instituciones
SEBASTIÁN SÁNCHEZ MÁLAGA | ACTUALIZADO 11.06.2013 - 01:00
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Interior del estadio de La Rosaleda.

El camino trazado por los responsables del Málaga Club de Fútbol para tratar de reflotar un barco seriamente dañado por la actual situación económica se topa con obstáculos de consideración. La opción de hacerse con la propiedad del estadio de La Rosaleda, cuestión puesta sobre la mesa hace un par de años con la llegada del jeque Abdullah Al-Thani a la entidad de Martiricos y que mantiene viva la institución deportiva, se enturbia. El alcalde, Francisco de la Torre, fue ayer contundente sobre este asunto al afirmar que "legalmente" las administraciones públicas propietarias "no pueden vender un equipamiento". 

"Hay una dificultad casi insalvable, ya que siendo equipamiento no puede ser transferido", comentó el regidor. Ello supone, a todas luces, una novedad considerable respecto al escenario que se vivió hace algo más de dos años, cuando desde el club de Martiricos se hizo un primer intento para adquirir estas instalaciones. En aquel momento el regidor del PP en ningún momento aludió a la imposibilidad de tramitar esta operación. 

Lo que parece claro, de acuerdo con el testimonio del alcalde, es que la posible compra del campo es objeto de deseo por parte de los dueños del Málaga. Cabe recordar que no es la primera ocasión en la que esto ocurre, ya que a principios de 2011 se conoció la oferta que hizo Al-Thani a las tres instituciones que ostentan la propiedad del estadio: la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación. A ellas hizo llegar un borrador de convenio por el que pretendía hacerse con este complejo previo desembolso de poco más de 3 millones de euros, cifra rechazada de plano, toda vez que la recuperación del estadio (ante la imposibilidad del club de pagar una deuda con el Banco Popular) y su rehabilitación supuso un desembolso superior a los 36 millones de euros de las arcas de las tres entidades. 

Preguntado por este asunto, el regidor dijo que no se trata tanto de "valoración como de un tema conceptual". "Este fin de semana he profundizado y me encuentro informes verbales que me indican la dificultad casi insalvable de que siendo equipamiento puede ser transferido; la ley no nos permite vender un equipamiento", afirmó. Un mensaje que ganó en contundencia en las declaraciones que hizo en la tarde de ayer en varias emisoras de radio: "Lo técnicos me insisten en que La Rosaleda no puede ser vendida; la venta la ley no la permite, sobre todo porque el Málaga la quiere para hipotecarla". A lo que sí se mostró dispuesto fue a buscar soluciones que permitan al club "lograr la estabilidad o que plantee obras de ampliación de La Rosaleda si es el camino que quiere". 

El peso que el club da a la propiedad del estadio fue expresada por el vicepresidente de la entidad, Moayad Shatat, el pasado viernes, cuando emitió un escrito oficial denunciando la nula colaboración prestada por las instituciones públicas al club. "Para seguir creciendo es fundamental contar con el apoyo necesario de las administraciones, de manera que el club pueda disponer de un estadio en propiedad, algo que ya se ha planteado formalmente y está en manos de las tres instituciones propietarias", expresó en el documento. 

Mensaje al que ese mismo día y de forma consensuada, contestaron las tres administraciones implicadas: "El estadio de La Rosaleda es patrimonio público de todos los malagueños y andaluces; es un equipamiento que no se puede enajenar sin tener en cuenta los requisitos que para ello marca la ley y cuyo precio lo fijaría una comisión técnica atendiendo los parámetros que dictamina la legislación vigente". 

Si la posible compra de La Rosaleda está sobre la mesa, también lo está la deuda que en este momento mantiene el club de Martiricos con estas mismas instituciones en concepto de arrendamiento del estadio. Una cuestión que será objeto de discusión en una reunión técnica prevista para hoy. Sobre ello, el alcalde cifró el débito en alrededor de 1,6 millones de euros, correspondientes a los nueve años, a 180.000 euros cada uno, transcurridos desde que se firmase un convenio con los anteriores responsables del Málaga para disponer del alquiler del estadio. 

Dato que contrasta con la información que la entidad de Martiricos, que recordó la pasada semana que el estadio le supone un coste por temporada superior a los 700.000 euros en virtud del canon anual en metálico, la contraprestación publicitaria y las entradas (150 abonos y 3 palcos VIP de 15 butacas para todos los partidos que se celebran en La Rosaleda). 

A pesar de la cuantía, De la Torre fue claro respecto a la disposición del Ayuntamiento de hallar alternativas al abono en metálico de este dinero y aclaró que en ningún caso las instituciones públicas se han planteado acudir a la vía del embargo. "Hace casi dos semanas se fijó una reunión para mañana (por hoy) con el ánimo de aclarar las cantidades que según el convenio se adeudan y buscar fórmulas que supongan una compensación", expuso. ¿Pero cuáles serían esas compensaciones? "Hay fórmulas previstas, legales y que sean equilibradas entre lo que se le debe a la ciudad y lo que el club entrega a la ciudad; se puede buscar el uso de la imagen del club como reforzamiento de la imagen turística de la ciudad", expuso el regidor, que valoró el "salto hacia adelante" que ha dado la imagen de la urbe "gracias al fútbol".

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