lunes, 8 de octubre de 2007

«Espero que Sando entre antes de fin de año en Rumanía y Hungría» (La Opinión)

El grupo, que prevé 1.100 millones de euros como cifra de negocio, niega una crisis en la vivienda y habla de "reajuste". "La incertidumbre del suelo ha contribuido a frenar el sector más que los escándalos"
Con motivo del Salón Inmobiliario del Mediterráneo (SIMed) de Málaga, todo el sector ha hablado estos días de las crecientes dificultades para la promoción y venta de viviendas. El Grupo Sando, sin embargo, asegura no estar encontrando especiales problemas para desarrollar y construir en su cartera de suelo, que tiene potencial para 20.000 viviendas en España y 5.700 en Polonia. "No tenemos inversiones paralizadas; el 95% de nuestros proyectos los tenemos ya resueltos", afirma Luis Sánchez Manzano. El grupo malagueño traspasó hace tiempo las fronteras locales y trabaja ya en España y Europa. Lo último, la llegada a México para optar a las concesiones de infraestructuras del Gobierno.
-¿Cómo valora la desaceleración del sector inmobiliario?
El hecho de que busquen mercados en el Este, ¿responde a la necesidad de buscar negocio fuera ante un parón que se veía venir en España?
-Esa estrategia de Sando obedece a la necesidad de asegurar nuestro crecimiento y nuestro futuro, sin estar vinculado a un mercado. Sabemos que todos los mercados tienen ciclos con altas y bajas. Hay etapas de bonanza y otras, como la actual, de reajustes, ya que no quiero usar la palabra crisis, que no veo adecuada. Realmente el mercado no se ha parado: sigue habiendo necesidad de viviendas en este país. Pero si tenemos una actividad diversificada y estamos posicionados en diversos mercados podemos afrontar mucho mejor estos periodos de reajuste. Los baches de la economía afectan muy directamete al sector inmobiliario, pero pasarán, como ha sucedido históricamente. Duran meses o años, pero siempre hay demanda.
-¿Es buen momento para comprar una vivienda?
-Todo depende de las necesidades de cada uno. La gente se casa, las familias crecen y todos tendemos a mejorar nuestra vivienda. Esa demanda va a existir siempre. ¿Es buen momento? Tanto como hace cuatro o cinco años. Que los tipos de interés suban medio punto más o menos no puede considerarse tampoco significativo, ya que las hipotecas se compensan alargando los plazos para que las mensualidades sean aceptables para las familias. Hay que recordar que hace diez o quince años los tipos de interés estaban en dos dígitos.
-¿Es factible un escenario de bajada de precios de la vivienda?
-Yo no lo creo posible. Siempre habrá oportunidades en el mercado, pero no se puede esperar que el precio de la vivienda baje. Me refiero a la vivienda libre y de nueva construcción, porque es cierto que ahora hay políticas de vivienda protegida a precios más asequibles.
-¿Qué tal les va en Polonia?
-Hace dos años que fuimos, y la apuesta está yendo bien, ya que es un mercado con mucha necesidad de vivienda y una oferta que no es suficiente para cubrir la demanda. Tenemos una cartera de suelo para 10 años, con 5.700 viviendas en previsión, y la primera promoción se está vendiendo bien. Hemos constituido una constructora -Sando Budownictwo- para abrirnos también a obra civil
-¿Entrarán en otros países?
-El reto es que, una vez consolidados en Polonia, podamos entrar en Rumania y Hungría, en uno primero y otro después. Estamos continuamente estudiando inversiones, y espero que podamos hacerlo de aquí a final de año.
-Han comprado la inmobiliaria Agofer por 220 millones de euros para ganar dimensión, ¿descarta eso futuras operaciones?
-Por supuesto que no. El negocio tiene que seguir creciendo, aunque será con sentido común y no para crecer por crecer. Siempre digo que el objetivo es hacer una gran empresa y no una empresa grande. Estamos abiertos a otras operaciones.
-¿Sólo en el mercado nacional?-Hoy por hoy en el nacional.
-Tras comprar Agofer estarán entre las primeras del sector...
-Estamos entre las 15 primeras inmobiliarias del país atendiendo a la cifra de negocio de este segmento.
-Volviendo al parón de la construcción, ¿afectará al empleo? En Málaga el sector emplea entre 90.000 y 100.000 personas.
-Sin duda, eso afectará al empleo. Ya se esta notando, todavía hay muchas obras en curso, pero es evidente que las viviendas que se han iniciado este año son muchas menos que las de otros años.
-Venimos de meses muy convulsos en Marbella con la `operación Malaya´. ¿Eso ha influido a parar las ventas y la edificación?
-Hay diversos factores que han contribuido a la desaceleración del sector. Está la repercusión de los escándalos de Marbella, aunque hay que recordar que en otros lugares de España también se ha producido otros casos. Todo eso ha tenido repercusión dentro y fuera del país. Pero le recuerdo que a nivel urbanístico hay muchos PGOU paralizados y mucha incertidumbre con los suelos, y la inversión se ha retraido. Hasta que no cuadren los PGOU con el reto de normas no hay nada que hacer. Creo que eso influye más que los escándalos.
-¿Por qué?
-Lo peor para la economía y las inversiones es la incertidumbre. En el momento en que hay casos de inseguridad los inversores se retiran o se van a otros mercados. Esa falta de confianza hay que recuperarla. Hay que hacer una campaña de imagen, pero no poniendo anuncios, sino con hechos, aclarando dónde se puede construir y dónde no, de qué manera y sabiendo a qué atenerse .
-¿Y los precios?, ¿no cree que eso nos resta competitividad respecto a otros destinos turísticos?
-Tenemos que defender nuestra tierra, con un territorio, un clima y una estabilidad general que no tienen otros destinos de segunda residencia como Túnez o Marruecos. Todo eso va en el precio, pero hay que recordar que es el mercado el que regula, y cuando el mercado se satura de un tipo de producto a un precio determinado se produce una respuesta. Ahora mismo la tendencia son viviendas más pequeñas y dotadas de servicios, y ya no solo se compite con el sitio: el cliente es más exigente y pide buena ubicación, prestaciones en la vivienda y diseño. El mundo ahora es más competitivo.

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