domingo, 24 de febrero de 2008

«Necesitaría que los días duraran más de 24 horas», Manuel Guirado (La Opinión)

Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga
Hay noches que sólo duerme tres horas. Unas veces, por el intenso trabajo que desarrolla en el Ayuntamiento y otras, también es verdad, porque la niña pequeña no le deja descansar. Manuel Díaz, tras su paso como director de los distritos de La Cruz del Humilladero y la Carretera de Cádiz, se convirtió en la sorpresa de las listas del PP en las últimas elecciones y, tras ellas, en el inesperado concejal de Urbanismo.
-Imaginemos que es taxista. ¿Sabría llevarme a la calle Eolo?
-Claro que sí. Está en El Romeral, detrás del Clínico. Es la calle que une Navarro Ledesma con la rotonda del hospital.
-¿Para ser concejal de Urbanismo hay que saberse el callejero?
-Más bien al revés. Ser concejal de Urbanismo hace que sea necesario tener un conocimiento global de la ciudad y aprenderse el nombre de las calles y dónde están. Es verdad que cuando deje de ser edil podría convertirme en taxista (risas). Y aprendes de todo, porque en la Gerencia atendemos a todo el mundo: desde los grandes promotores hasta la pequeña vecina que acude con un problema particular.
-¿Le ha cambiado mucho la vida?
-La verdad es que sí. Cuando era director de distrito, decía que era imposible trabajar más en el día. Pues me equivocaba. Lo que hacemos es quitar horas de sueño y de estar con la familia. Pero como suele decirse "sarna con gusto, no pica". Y a mi me encanta mi trabajo. El alcalde me encomendó esta tarea y yo, lo mínimo que puedo hacer, es dedicarle todo el tiempo del mundo y hacerlo lo mejor posible, para que la ciudad siga en esta progresión. Lo que me gustaría es que el día tuviera más de 24 horas, para hacer más cosas.
-¿Ha dejado ya de ser la gran sorpresa?
-Me considero un trabajador y lo llevo por bandera. En su momento, mi nombramiento pudo provocar una sorpresa, pero creo que estoy demostrando que la edad no está en el DNI, sino en el sentido de la responsabilidad en el trabajo que uno hace.
-¿Qué le ilusiona más, poder resolver los problemas de la gente o tener influencia en las decisiones que afectan a los grandes proyectos de la ciudad?
-Es una gran responsabilidad poder decidir en los grandes proyectos de la ciudad, porque benefician a una gran cantidad de personas. Pero al final, lo que queda son las relaciones humanas. Yo, que procedo de los distritos, logro empatizar con la gente, con sus problemas cotidianos. Aquí estamos de paso. Tengo muy claro que esto es temporal y dentro de un tiempo, los ciudadanos ya no sabrán que yo era concejal de Urbanismo. Lo importante es trabajar por aumentar la calidad de vida de los malagueños, que vean que su voto ha sido útil. Me emociona y reconforta que cualquier ciudadano anónimo me de las gracias por alguna gestión realizada.
-¿Cuál es el gran proyecto que le despierta un mayor interés, ya no sólo como concejal, sino como vecino de Málaga?
-A nivel de infraestructuras, lo que más destacaría es el bulevar sobre el soterramiento de las vías del tren, sobre todo por la trascendencia histórica que tendrá eliminar esta cicatriz, que permitirá la comunicación de los dos distritos más importantes de Málaga. Pero también me quedo con el complejo de piscinas del Martín Carpena, ya que he sido jugador de waterpolo. O con el Auditorio, o la rehabilitación del Echegaray, o el Museo Thyssen, a nivel cultural...
-¿Se puede tener la ciudad en la cabeza?
-La verdad es que sí. Estudiando mucho. Estudio más ahora que cuando hacía la carrera.
-¿Qué se puede aprender del alcalde, otra persona que tiene la ciudad en la cabeza?
-No tiendo a idolatrar a nadie. Todos somos seres humanos y todos nos reímos con las mismas cosas y lloramos con lo mismo. No tengo ningún actor, cantante o deportista a quien admire. Pero por el alcalde siento devoción. Es un espejo al que siempre me gusta mirarme: una persona ejemplar en el trabajo, en la honestidad, en la atención, en la dedicación... El hombre sabio es aquel que cuando ve algo bueno en el prójimo lo copia, y cuando ve algo malo lo corrige en sí mismo. Pues lo que veo en el alcalde bueno trato de llevarlo a mi vida particular.
-¿Para ser concejal de Urbanismo hay que ser...?
-Honrado, honesto y trabajador. Es fundamental. Pero también hay que saber escuchar y ser una persona atenta, de perfil tranquilo.
-¿Qué siente un concejal de Urbanismo cuando ve los desmanes realizados en otros ayuntamientos, precisamente en este mismo área de gobierno? ¿Es fácil ser corrupto si no se es honesto?
-La valentía, como a los soldados, hay que presuponerla. No se me pasa por la cabeza que pueda pasar algo así en Málaga. Nosotros cobramos nuestro sueldo por el trabajo que hacemos y quien no esté de acuerdo, que se vaya. Cumplimos la máxima legalidad. En la vida y en la política hay que ser honrados, pero en Urbanismo además, hay que parecerlo.

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