viernes, 13 de junio de 2008

La huelga paraliza las obras y baja las ventas del comercio (La Opinión)

Ocho de cada diez construcciones están bloqueadas por la falta de hormigón. El metro no se libra de la crisis y frena los trabajos. Los ganaderos se ven obligados a desperdiciar 300.000 litros de leche al día. El ochenta por ciento de las tiendas pierden mercancía
A pesar de los intentos por buscar una solución, la huelga de transportistas ya ha tenido efectos irrevocables en la provincia de Málaga. Los retrasos y la falta de abastecimiento de materiales de los últimos cuatro días han generado pérdidas en el armazón del tejido económico. Casi todos los sectores productivos, a excepción del turismo y la hostelería, se han visto afectados. Los más estragados, acaso la ganadería y la construcción, que padece la interrupción del ochenta por ciento de sus obras.Violeta Aragón, gerente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, asevera que los paros han puesto el freno en ocho de cada diez construcciones, incluidas algunas de las más relevantes como la línea del metro. En los tajos de la capital, la actividad empieza a venderse cara. Únicamente los que cuentan con grandes espacios para acopiar ingentes cantidades de hormigón, caso del Aeropuerto, han podido seguir picando piedra. En el resto cunde la preocupación y en algunas empresas irrumpe el fantasma de los despidos, inevitables durante estos días.El director de la Oficina del Metro, Enrique Urkijo, reconoce que las obras de la línea 2 están casi paralizadas y mantienen su pulso a costa del material almacenado. La preparación de muros-pantalla y de la bóveda se ha suspendido y los trabajos se limitan a tareas menores como la colocación de ferralla. "El sector, como todo el mundo sabe, no atraviesa su mejor momento y en estas circunstancias la huelga está haciendo mucho daño", confiesa Aragón. El comercio tampoco saldrá indemne de la crisis de las carreteras. Según informó ayer Enrique Gil, presidente de la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma), las pérdidas abarcan ya al ochenta por ciento de los vendedores, que tratan de reponerse a la carencia de mercancía. Los que peor lo tienen son los responsables de tiendas de alimentación o floristerías, que sólo reciben un diez por ciento de sus pedidos. En el subsector de los recambios de automóvil y la ferretería, la situación también adquiere tintes alarmantes. Su flujo de entradas se ha restringido al sesenta por ciento de las piezas. Una proporción que está en la media de la merma general de suministro en el comercio, que únicamente opera con el cuarenta por ciento de los bienes que maneja habitualmente.El sector textil, más protegido por la naturaleza de su género, muestra una cara relativamente más amable, aunque funciona con la mitad de su mercancía y ha tenido que prescindir de encargos y pedidos a fabricantes. Aún así, el panorama más descorazonador se sitúa en el campo, donde los productores hacen todo tipo de cábalas para remendar la adversidad. Juan Antonio García, secretario provincial de COAG, se hace eco de las penurias que afrontan los productores lácteos, que ya han tenido que deshacerse de parte de su producción. Los cálculos del sindicato apuntan al despilfarro de más de 250.000 litros de leche al día, lo que ha generado pérdidas de 180.000 euros por jornada. En los puntos de producción, los trabajadores no dan abasto y el número de litros sobrepasa la capacidad de refrigeración. El problema, dice José Gámez, responsable de UPA Málaga, es el carácter perecedero del artículo y sus servidumbres de facturación, que obligan a ordeñar diariamente a las vacas para no dañarles las ubres.Ni siquiera la oferta de protección policial alivia la perspectiva de los ganaderos, que aseguran que no encuentran camioneros dispuestos a viajar al norte, destino predilecto de la producción de la provincia. "Si esto dura mucho tiempo el sector se va a pique", dice García. En Vélez Málaga, una empresa de productos ecológicos, Furnet, repartió 8.000 kilos de fruta ante la imposibilidad de comercializarla.Los mercados municipales, objeto de todo tipo de miradas, todavía resisten sin grandes sobresaltos. Juan Manuel Bravo, presidente del colectivo que los agrupa, indica que la huelga sólo ha rebajado los anaqueles de frutas poco comunes y pescado fresco. Carlos Sánchez, jefe de mercados de Mercamálaga, añade a la rebaja las hortalizas y ambos coinciden en que los almacenes están sirviendo para salvar los muebles y el presupuesto. "El problema es que esto siga hasta cuando se acabe lo que tenemos en stock", señala Sánchez.Tras cuatro días de incertidumbre y dificultades de abastecimiento, las gasolineras encontraron ayer algo de resuello. La promesa del Ministerio del Interior, que prometió garantizar el suministro con protección policial, empezó a dar sus frutos y el suministro quedó prácticamente restablecido.Incluso algunos transportistas de la Costa del Sol comenzaron a sopesar la opción de deponer su actitud. En concreto, la Asociación Comarcal de Empresarios de Transporte y Maquinaria Auxiliar de Obras Públicas estudia abandonar la huelga por su descontento con los últimos acontecimientos.Por su parte, la Federación Andaluza del Taxi ha convocado hoy un paro en la región. Una medida que no será secundada por la asociación mayoritaria en Málaga, Aumat, que se muestra disconforme con la "forma" de la protesta. La huelga se ablanda en todos los sectores, los daños persisten.

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