jueves, 20 de agosto de 2009

Las mejoras en las rondas de Málaga entran en su recta final. (SUR)

La remodelación de los enlaces de Alameda y Barriguilla está prácticamente completada.
Arranca la ampliación de los viaductos en la zona este para que puedan soportar tres carriles.


A las costuras de la ciudad ya no les queda mucho más dobladillo que sacar. Las dos grandes obras para mejorar los accesos tanto por el oeste como por el este han entrado en su recta final o se encuentran muy avanzadas. Así ocurre en la remodelación de enlaces de Alameda y Barriguilla, que está prácticamente concluida; y en la ampliación a tres carriles del tramo que falta de la Ronda Este, una iniciativa que ya ha superado el ecuador y que debe culminar en otoño del próximo año.
Esa es la buena noticia. La mala es que, a partir de ahora, será muy difícil que se puedan ensanchar las infraestructuras que ya existen, y la fluidez en la circulación estará únicamente sujetas a dos principios: la construcción de nuevas carreteras -como ya está ocurriendo a buen ritmo en la zona occidental, pero no en la oriental- o a la propia reducción del movimiento de vehículos, algo que también se ha constatado por primera vez tras años de aumentos continuados.
El eje de Alameda y Barriguilla es el punto más crítico de la Ronda Oeste, pues allí confluyen los desplazamientos entre la capital y la Costa y los que se dirigen a polos de gran atracción, como la Universidad, la Ciudad de la Justicia o, estos días, el real de la feria. Las reformas emprendidas por el Ministerio de Fomento, y que han permitido dotar a la autovía de un complejo sistema de enlaces para darle salida directa en todas las direcciones posibles, están a punto de concluir.
Se han acometido una treintena de microactuaciones, entre las que destacan los saltos de la ronda con nuevos viales para conectar la autovía del Guadalhorce (A-357) y la zona de Cortijo Alto con la plaza de Manuel Azaña (Comisaría Provincial). Los trabajos, con un coste de 28,7 millones de euros, han permitido aumentar la capacidad de los ramales y la eliminación de los llamados «tramos de trenzado», en los que se mezclan vehículos que pretenden incorporarse a la autovía y otros que quieren abandonarla, lo que generaba no pocos problemas de circulación.
Además, destacan los ramales directos que canalizan la circulación de salida del Centro hacia las nuevas zonas de expansión del noroeste, desde la Comisaría Provincial, por encima de la ronda, hasta las inmediaciones del Hipercor y de la Ciudad de la Justicia.
Propuestas ciudadanas
Los últimos en estar operativos son los dos nuevos ramales de entrada a Málaga desde la A-357, y que dan servicio a la Universidad, el Parque Tecnológico, el Centro de Transporte de Mercancías, varios polígonos y las zonas residenciales del Guadalhorce. Se ha construido una salida hacia los dos sentidos de la Ronda Oeste, y los vehículos en dirección Barcelona discurren por un paso inferior. Con estos se palia, de una parte, el histórico embotellamiento de entrada al centro y, de otra, el antiguo bucle, con varias salidas en apenas unos metros, que ocasionaba numerosas molestias a los conductores.
El proyecto ha atendido incluso a las reivindicaciones de los conductores. En la salida desde la Comisaría hacia la ronda en sentido Torremolinos, frente al Palacio de Ferias, se formaba un grueso cuello de botella, ya que de cuatro carriles se pasaba a solo uno a la hora de acceder a la propia autovía. La presión ciudadana ha mejorado el trazado, con dos viales de incorporación y un sistema de vallas en la Ronda Oeste para dejar espacio y facilitar la entrada.
En el sentido opuesto, un ramal de cuatro carriles permite ir a la avenida de Ortega y Gasset, hacia Manuel Azaña y a la A-357, en sentido Campanillas. Aunque no ha acabado con las retenciones, sí es cierto que las ha paliado, y la prueba más patente es lo que está ocurriendo estos días de feria, en los que los accesos al real han ganado en fluidez. La Ronda Oeste tiene una intensidad media diaria (IMD) de 115.000 vehículos.
En el otro extremo de la ciudad, los trabajos para prolongar el tercer carril en ambos sentidos en más de tres kilómetros de la Ronda Este han alcanzado ya el ecuador. Comenzaron en verano del año pasado, con un plazo previsto de 26 meses, por lo que el recorrido completo quedará completado en otoño del próximo año.
Ya se ha ampliado la calzada en los tramos que discurren sobre el terreno y, a partir de septiembre, el proyecto se enfrentará a la fase crítica, con la ampliación de los tableros de los viaductos sobre los arroyos Toquero, Mayorazgo y Jaboneros. Así como a la redistribución de carriles para ganar capacidad en el túnel de Cerrado de Calderón.
Un carril más
La zona afectada por los trabajos parte del kilómetro 243,5 (el cruce con la antigua carretera de Los Montes) hasta el 246,6, en la zona de Pinares de San Antón. Cabe recordar que entre el túnel de San José y la zona de Olletas ya existen tres carriles por sentido, un proyecto que se acometió durante la pasada legislatura.
Nuevamente, la presión de los usuarios permitió corregir deficiencias en la calzada durante la primera fase de los trabajos, en la que la disposición de las bandas sonoras y las líneas del antiguo trazado causaban inseguridad a los conductores. Además, buena parte de las actividades se llevan a cabo de noche, para paliar la incidencia sobre el tráfico. Por este punto circulan cada día una media de 65.000 turismos.
Tan pronto como se pongan plenamente en servicio ambas actuaciones se cerrará la posibilidad de hacer nuevos ensanches viarios en el entorno de la capital. En la zona oeste la solución ya está muy avanzada, gracias a la segunda ronda. No ocurre lo mismo en el extremo este, donde, al actual ritmo de crecimiento poblacional en municipios como Rincón de la Victoria, en breve será necesaria también una nueva circunvalación sobre la que aún no se ha dado ningún paso en firme.

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