Dos promotores tendrán que pagar multas por destrozos en unos hornos hallados en unas obras en la capital
19.04.2010 -
E. P.
MÁLAGA.
La Audiencia Provincial de Málaga ha confirmado la condena impuesta por un juzgado de lo Penal a dos representantes de una empresa promotora por los daños causados con las obras de un edificio de viviendas de la capital malagueña en el patrimonio histórico, en concreto en un complejo alfarero de la época islámica.
La resolución, a la que tuvo acceso Europa Press, desestima el recurso de apelación interpuesto por los acusados y ratifica la sentencia en la que se condenaba a uno de ellos a una multa de 3.600 euros, al otro, de 2.700 euros; y a ambos al pago a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía de una indemnización de 12.000 euros por un delito de daños imprudentes.
La sentencia del juzgado de lo Penal de la capital consideró probado que la empresa representada por los acusados ejecutaba obras en la calle Dos Aceras de Málaga y en las excavaciones se encontraron restos arqueológicos, en concreto unos hornos alfareros, ya que la construcción estaba sobre dicho complejo, perteneciente al 'Arrabal de Funtanella'.
Esto llevó a una intervención arqueológica de urgencia, encargada a especialistas desde agosto de 2007, señala la resolución, en la que se apunta que, no obstante, en diciembre de ese año, aprovechando días no laborables «y con objeto de acelerar los trabajos», por parte de los acusados «se ordenó que continuasen las excavaciones sin control arqueológico alguno» en una parte.
Cerámicas en bolsas
De esta forma, seguía la sentencia , se causaron daños en el citado yacimiento, «limitándose a extraer restos de cerámicas y guardándolos en bolsas sin control alguno», con lo que «quedó dañada la estratigrafía y se perdieron posibilidades de investigación respecto a las cerámicas y demás elementos».
Ahora, el Tribunal de apelación comparte los indicios que fueron valorados por el juzgador y concluye que quedó descartado el expolio y que las operaciones realizadas «sólo favorecían a la empresa constructora».
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