lunes, 31 de mayo de 2010

Nuevos barrios de Málaga: Las ciudades dentro de la gran ciudad (La Opinión)

Los barrios de la periferia, como Teatinos o Parque Litoral, roban protagonismo al Centro Histórico


IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA Málaga ha pegado el estirón. El Centro se ha convertido en un minúsculo punto en medio del mapa de la ciudad, porque la mayoría de los malagueños vive en la periferia. Algunos barrios de reciente creación se han convertido en auténticas ciudades dentro de la ciudad. Son las nuevas centralidades, zonas que tienen prácticamente de todo al alcance de la mano. De repente, la ciudad se pierde en el horizonte a lo largo de una inmensa avenida junto al mar; o donde antes estaba la Feria; o donde hasta no hace mucho pastaban vacas, tan tranquilas, y había caña de azúcar.
El «boom» inmobiliario, que existió, sí, antes de la crisis, propició, entre otras cosas, el desarrollo urbanístico de estas zonas. Espectacular. Prácticamente fueron poblándose en aluvión. Dejaban de un lado su aspecto semidesértico e intransitable para llenarse de edificios y nuevas promociones. Y con ellos, comercios, establecimientos de hostelería, bancos... y equipamientos docentes, sanitarios o deportivos, en el mejor de los casos. Aunque faltan. Y ésa es, precisamente, la principal crítica de los vecinos: que las infraestructuras no son suficientes para atender las necesidades de una población tan numerosa... porque se llega tarde para atenderlas.
Antes, un pueblo era un gran pueblo si tenía escuela, iglesia y cuartelillo de la Guardia Civil. De hecho, el maestro, el cura y el sargento eran, junto al alcalde, los poderes fácticos. Cualquier película de Berlanga lo representaba a la perfección. Hoy, la capital tiene barrios más poblados que Coín, que no es pequeño, cabecera de comarca y una de las ciudades más importantes de la provincia.
Ahí está El Romeral, donde, según la asociación de vecinos, están censados unas 30.000 personas. Esta situación acarrea problemas, pero también ventajas, ya que los servicios complementarios llegan uno detrás de otro, allí donde hay demanda. En El Romeral la oferta de ocio ha convertido a esta zona de expansión construida tras el Clínico en una zona alternativa al Centro. ¿Cuál es la contrapartida? Los niveles de ruidos que tienen que soportar los residentes, ya que según denuncia Romualdo Núñez, el presidente de la asociación, «la mayoría de los establecimientos no cumplen la normativa contra la contaminación acústica». Y también la falta de aparcamiento.
¿Recuerdan qué había hace una década en el entorno del Martín Carpena? Hoy, además de las más importantes instalaciones deportivas de la ciudad —palacio de los deportes, estadio de atletismo y centro acuático— hay 9.000 vecinos censados, aunque según Ramón Ríos, portavoz de la asociación de vecinos Parque Litoral, viven 12.000 personas. «Algunos son jóvenes y todavía están empadronados donde viven sus padres», explica. «Por tener, tenemos hasta un Mercadona», presume.
Está claro que las grandes franquicias han puesto sus ojos en estas zonas. Y sin duda, sirven para revalorizar las viviendas... aunque en este momento lo más aconsejable sea esperar a hacer cualquier transacción de este tipo.

Primera piedra
En octubre de 2001, el Ayuntamiento presentaba el proyecto de urbanización de lo que hoy es Parque Litoral pero que siempre fue la Finca del Pato. Se ponía la primera piedra, a la que han seguido otras muchas. Sin embargo, Ramón Ríos lamenta que el Ayuntamiento se desentienda del mantenimiento de la zona y que tengan que ser los vecinos los que, a través de una entidad de conservación, arreglen los desperfectos «en un barrio que disfrutamos todos, muchos que no son residentes» y que acaban con el aparcamiento cada vez que juega el Unicaja.
Muy cerca se encuentra el paseo marítimo de Poniente, otra zona que ha cambiado casi de la noche al día. Allí se encontraban las últimas chabolas que fueron desmanteladas en la capital. De lo que había en 2001 a lo que hay en 2010 sólo quedan las chimeneas (que revelan el fructífero pasado industrial de la Málaga del siglo XIX) y el edificio de la Tabacalera, aunque ahora alberga servicios municipales. Incluso la Diputación trasladó su sede desde la plaza de la Marina hasta la calle Pacífico en abril de 2007. El entorno se ha convertido en centro administrativo, con amplias zonas verdes, como el Parque del Oeste o el nuevo bautizado como Chiquito de la Calzá, con hoteles y numerosos establecimientos de hostelería. Queda pendiente, sin embargo, la ampliación del paseo marítimo, que termina en Sacaba Beach, y su comunicación con Torremolinos, una infraestructura que, en principio, iba a estar en servicio hace tres años.
Teatinos o La Concepción, detrás de las Virreinas, son otros ejemplos de cómo de la nada surgió un barrio densamente poblado. Miguel Millán, presidente de la asociación de vecinos de Teatinos pide más colegios, un instituto y zonas deportivas en Bizcochero Capitán, «de las que nunca más se supo», lamenta. La crisis está provocando estragos y muchas taperías han tenido que echar el cierre. «A las zonas verdes y parques infantiles les doy un diez», dice el portavoz de los 42.000 vecinos que viven en Teatinos.

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