viernes, 17 de septiembre de 2010

Pasión por la automoción (Málaga Hoy)

4, 5 euros es el precio por el que los malagueños podrán visitar, a partir de hoy, al Museo Automovilístico de Málaga

ANA PRIETO | ACTUALIZADO 17.09.2010 - 07:05

El Deslumbramiento, una excelente escultura de metal y faros, simulando las formas de un automóvil de grandes ruedas y bajas suspensiones, custodia al Museo Automovilístico de Málaga, que abre hoy sus puertas al público, simbolizando la fascinación que el coche de lujo ejerce sobre la sociedad. El edificio de la antigua Tabacalera abraza con esta inauguración a la cultura, vestida, en esta ocasión, de velocidad, elegancia e historia; cuyas reformas han supuesto la inversión de siete millones de euros. El museo ofrece un paseo a pie por la Belle Epoque, los dichosos años 20, el Art Decó, la Dolce Vita, coches populares, de combate, tradición inglesa y el tunning. Desde máquinas de ensueño a la mayor excentricidad.
La muestra más antigua es de 1898, el Winner Usa, una elegante carroza de caballos a la que dieron volante y motor. Los coches clásicos se engalanan con pinturas recargadas, propias de la bella época e incómodas sillas traseras, a las que los ingleses denominaban silla de la suegra. Entre los coches populares, destaca el Fuldamobile, de 1955, conocido como el huevo; o el Velorex, de 1960, un microcoche de tres ruedas, peculiar por su carrocería de lona.
Los coches se caracterizan por su fondo histórico, cada máquina posee su propia biografía. El Mercedes de 1937, conocido como el Símbolo del poder, fue el elegido por la mano derecha de Hitler el día de su boda. También la Casa Blanca tenía su predilecto, un Packard limusina, con bar incluido, que hace las delicias de los visitantes. Para las estrellas de cine, nada mejor que un Rolls Royce decorado con cristales de Swarovsky, que brillan con luz propia, obligado en las mejores mansiones de Berverly Hills.
También los animales inspiraron a los diseñadores de la época con un Kaiser Damin de 1959, conocido como Nariz de tiburón, por tener el capó de esta forma. Un diseño minimalista, con puertas deslizantes y el interior rojo en contraste con el blanco de la carrocería. También el Renault de 1932, un modelo de caza de diseño surrealista, inspirado en Salvador Dalí, emula a los animales con sus faros delanteros introducidos en grandes cuernos.
El museo, además, está ambientado con cuadros, colecciones de sombreros y maletas de la época y piezas exclusivas, como una pequeña gasolinera de principios del siglo XX o una serie de llantas de los años 30, de gran variedad cromática, en contraste con la homogeneidad de hoy. Se pretende convertir a este museo en un reclamo para el público extranjero, abierto a exposiciones temporales de nuevos coleccionistas. La colección, propiedad de Joao Magalhaes, posee un valor incalculable, que podrá disfrutarse por 4,5 euros para los malagueños y 6 para los extranjeros.

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