domingo, 7 de noviembre de 2010

Arquitectura con sello malagueño. (MALAGAHOY)

Sara Martín Cámara, con el Teatro de Ginebra; HCP Arquitectos, con obras en Bahrein y Brasil; Asenjo, en Nigeria, y Seguí son algunas de las firmas con hueco en el extranjero.

SEBASTIÁN SÁNCHEZ / MÁLAGA | ACTUALIZADO 07.11.2010


La ciudad del paraíso que un día describió con sus versos Vicente Aleixandre se extiende más allá de sus fronteras no solo con la magia del arte de Picasso, la simpatía de Antonio Banderas y el atronador gañido de Carlos Álvarez, entre otros. La ciudad del paraíso que tan sabiamente dibujó con palabras Aleixandre se muestra ya en el exterior con el sabio talento de sus arquitectos. Las obras de Javier Higueras y Alejandro Pérez, de José Seguí, de Ángel Asenjo, de Sara Martín Cámara son ya referencia en territorios antaño impensables, y muestra de ello son los diseños que de sus manos han nacido para hacerse realidad en países como Bahrein, Arabia Saudí, Brasil, Marruecos y Suiza, entre otros muchos horizontes ya descubiertos.

El ejemplo de todos estos profesionales abre la senda para que otros muchos, que acosados por la carestía de proyectos que asuela la provincia y el país, atisben como una alternativa factible el mirar más allá del escenario provincial y nacional. Si antaño el arduo movimiento de la maquinaria residencial y de las propias administraciones públicas dejaba en segundo plano la opción de dar el paso, ahora se antoja indispensable el ensanchar las aspiraciones.

Muestra de ello dan varios arquitectos consultados por este periódico, muchos ya conocedores de la experiencia y otros que apuntan como válida esa senda. "Es muy interesante la opción de irse fuera, más aún teniendo en cuenta el nivel de prestigio que ha adquirido en los últimos años la arquitectura española", señala Carlos Hernández Pezzi, que hasta hace unos meses era el responsable nacional de los arquitectos españoles.

Hernández Pezzi es uno de los que ya trabaja en el exterior. "Trabajo en un concurso en Tánger, en un complejo hotelero y me han ofrecido actuar también en Bahrein y Qatar", explica, al tiempo que subraya cómo el actual escenario de globalización elimina trabas a la hora de participar en un concurso de carácter internacional. "Todo se hace en un mundo abierto y a través de medios electrónicos ya puedes optar mandando la documentación por correo", dice a modo de ejemplo. "La gente joven no tiene miedo a la globalización y ésa es una ventaja de un poder incalculable", sentencia.

Un paradigma de lo antes señalado es Sara Martín Cámara. Hija de dos reputados arquitectos malagueños, Rafael Martín Delgado e Isabel Cámara (responsables, entre otras obras, del Museo Picasso de Málaga), acumula ya seis años con estudio propio asentado en París. Tras una primera experiencia en Rotterdam (Holanda), dio el salto a la capital francesa, en la que, junto a Laurent Gravier, puso en funcionamiento el estudio Fres Architectes.

Su nombre saltó a la escena pública hace apenas unos meses, cuando obtuvo el primer premio en el concurso internacional de ideas para diseñar el nuevo teatro de Ginebra, una iniciativa en la que, como ella misma señala, concurrieron profesionales de la talla de Jean Noveul. Y muestra de ello es el comentario de Agustín Benedicto, arquitecto corresponsable del diseño del Auditorio de la Música, en Málaga (otro concurso internacional): "Casi no se le da importancia pero ganar un concurso como ése no lo puede hacer todo el mundo".

Sara lo tiene claro y no sólo valora la calidad de los arquitectos malagueños, sino que además aconseja dar el salto y derrumbar fronteras. "Una de las cosas que he visto cuando he salido al extranjero es que la formación que hay en España, si se compara con otras universidades europeas, es muy buena", comenta a este periódico, en una conversación telefónica en la que subraya que la labor de los profesionales de la provincia "está bien vista".

"Salir fuera es una oportunidad única para aprender y contrastar lo que hemos aprendido con otras formas de trabajar, ya sea con crisis o sin ella", añade, al tiempo que sentencia: "Es algo indispensable para luego trabajar fuera o volver a Málaga".

Más dilatada es la experiencia foránea del estudio HCP, integrado por Javier Higueras y Alejandro Pérez. Esta firma, con su sede central en Málaga, dispone ya de delegaciones en Brasil y otros países. Su caso es probablemente el más conocido en Málaga, puesto que son muchos los proyectos en los que intervienen, desde un master plan para la construcción de 1.300 viviendas en Brasil, pasando por otra iniciativa en Guayaquil (Ecuador) y otra actuación residencial e Bahrein.

"Tomamos la decisión de salir fuera hace seis o siete años, cuando la situación era de bonanza", explica Alejandro Pérez, para el que la globalización hace que todo sea mucho más fácil. "Es buen momento para trabajar donde sea". En relación a la marca Málaga, este profesional lo tiene claro: "Se aprecia mucho; la arquitectura europea y la española en particular". "En el reino de Bahrein, por ejemplo, el reglaje de los arquitectos no es similar al de España, fijan una precualificación para los estudios que te da derecho a trabajar en proyectos de más o menos rango, y nosotros tenemos la máxima cualificación".

Otro de los que hace año dio el salto es José Seguí, que sigue la senda que iniciara en 2001, cuando se hizo con el concurso internacional de Tánger City Centre. A juicio de este conocido urbanista, la situación actual obliga a "reinventar" el papel de los arquitectos. "Más que una típica crisis económica es un profundo cambio del modelo económico que nos va a obligar a los arquitectos a reinventar nuestro papel en la sociedad y en la oferta profesional", señala. Una idea en la que agrega: "Las cosas nunca volverán a ser como antes y nuestros modelos de trabajo deberán ajustarse y transformarse a la nueva situación si no deseas desaparecer del mercado"

El último ejemplo de externalización de la firma Málaga es el de Ángel Asenjo, quien estos días se encuentra en Nigeria para cerrar un acuerdo que le permitirá diseñar una nueva universidad en Port-Harcourt.


1 comentario:

  1. Interesante artículo aunque me inspira justamente lo contrario de la intención del mismo.
    Es obvio que ante la insuficiencia de actividad próxima, cada cual debe de reinventar su negocio y tomar las decisiones empresariales que estime necesarias para sobrevivir.
    Creo que Pepe (Seguí) está muy acertado cuando nos avecina que su vocación, aunque siendo la misma, deberá de ofrecerla al mercado y a la sociedad en general de manera distinta a como lo venía haciéndolo, incluso buscando otros motivos que le inspiren en mayor grado y por tanto, comparto con él (así me le confesó hace dos años), que los "estudios de arquitectura", como todavía hoy los entendemos, desaparecerán durante el presente lustro.
    Sin embargo, con esa misma vocación personal, en mi caso, y a la vez que mi sector huye del territorio que le ha dado lo que ahora enseña fuera de él, yo estoy emprendiendo (nunca mejor dicho), con mucho ánimo y esfuerzo, el retorno al territorio del que nunca debí salir.
    Espero que mi apuesta por Málaga no me falle en este momento.

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