domingo, 9 de enero de 2011

Antonio Vargas: «El urbanismo no se puede diseñar en función de por dónde vaya la tuneladora del metro (La Opinión)

Una vez aprobado el PGOU los inversores cuentan con mayores garantías y seguridad, se consolidan unas nuevas reglas de juego pero, a juicio del máximo representante de los arquitectos malagueños, no se establece un modelo de ciudad. El planeamiento malagueño regula el crecimiento hasta que se agote el suelo. ¿Qué se hará a partir de entonces? Antonio Vargas apuesta por la rehabilitación de las que ya llama barriadas históricas, y que se construyeron en los años 60 y 70 en la Carretera de Cádiz. Y critica los constantes cambios de opinión de los gobernantes


Antonio Vargas es el decano del Colegio de Arquitectos de Málaga desde el verano de 2009.
Antonio Vargas es el decano del Colegio de Arquitectos de Málaga desde el verano de 2009. Carlos Criado

IGNACIO A. CASTILLO. MÁLAGA
En julio de 2009 los arquitectos malagueños le eligieron decano de su Colegio. Prácticamente desde que accedió al cargo, Antonio Vargas ha instado a Ayuntamiento y Junta de Andalucía para que se pusieran de acuerdo en la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga, ya que a su juicio se trata de una herramienta necesaria para hacer frente a la crisis económica. Ahora que sólo queda que se publique en el BOJA, analiza la ciudad y hacia dónde se dirige. ¿Hay o no hay un modelo? Vargas dice que no.

El 20% de los edificios de Málaga se han construido en la última década ¿Considera que este crecimiento se ha llevado de forma ordenada?
Málaga es una ciudad que siempre ha crecido en aluvión. En los años 60 era pequeña y de buenas a primeras se produjo un gran desarrollo urbanístico de forma paralela a la eclosión turística de la Costa del Sol, dado que Torremolinos entonces formaba parte de la capital. Este crecimiento se produjo de forma exponencial a lo largo de dos décadas y después hubo un parón, hasta el 2000. En la última década, efectivamente, se ha construido el 20% de los edificios de la ciudad actual. El plan de 1975 fue un planeamiento circunstancial; el de 1982 sí que representó un modelo del urbanismo, no sólo para Málaga, sino para todo el país… y los dos últimos no representan ningún modelo de ciudad, se limitan a señalar por dónde puede seguir creciendo la ciudad, hasta que se agoten las posibilidades de crecimiento.

Si como dice se trata de un PGOU que no establece un modelo, ¿por qué ha sido aprobado?
La Junta de Andalucía aprueba o desaprueba un planeamiento en función de la legalidad no en función del modelo urbanístico que represente ese plan. En ese sentido tengo que decir que el actual plan general de ordenación urbana de Málaga no es suficientemente ambicioso porque no plantea un modelo nuevo sino que lo único que hace es encajar una serie de modelos urbanos y de presiones de crecimiento urbanísticas. Y no es una reflexión que hagamos desde el Colegio de Arquitectos, sino que se ha derivado de las universidades andaluzas. A esto tengo que decir que es muy difícil conseguir representar un modelo de ciudad en un plan cuando se tardan siete años en redactarlo. Esto nos tiene que obligar a meditar y ver de qué manera podemos confeccionar nuevos instrumentos para redactar los planeamientos, creando figuras más ágiles para su redacción, pero igualmente garantistas para su desarrollo. Cuando tardas tanto tiempo, terminas resolviendo problemas que ya no existen.

¿Además de la parálisis de la construcción y la inseguridad de los inversores?
Que se añade, lógicamente. El plan de Málaga no es el mejor plan, pero al menos es un PGOU de consenso, aunque quedan pendientes muchas discusiones. Pero considero que ha sido acertado sacar el planeamiento del debate político que se va a generar con las elecciones municipales.

¿Las consecuencias de la crisis de la construcción en la provincia son mayores por culpa del retraso en el PGOU?
La crisis en la construcción hubiera sido la misma con PGOU o sin PGOU. El problema de la crisis es de la estructura económica de los países de Europa. Lo que sí puede tener consecuencias negativas es para salir más eficazmente de la crisis. Si no tenemos PGOU se pueden crear problemas derivados a la financiación y a la falta de liquidez. Ralentizaría sin duda la salida de la crisis. Tengo que destacar aquí el esfuerzo de la Diputación por redactar los planes a tanto pequeños municipios de la provincia, para crear certidumbre y poner en carga suelo disponible para los inversores.

¿Qué aporta entonces el PGOU después de tanto tiempo de debate?
Con el PGOU ya se establecen unas reglas de juego consolidadas. Confío en que dentro de pocos meses esté definitivamente resuelto. Las administraciones, en este caso, van a ser diligentes para dar seguridad a los inversores, porque el desarrollo y su dinamización va a depender y mucho de los empresarios.

Hablando de debates que se eternizan. ¿Qué me dice del hotel proyectado por Moneo en Hoyo Esparteros? El Ayuntamiento incluso se plantea ahora modificar elementos del PEPRI Centro.
En el hotel de Moneo hay algo más importante que el propio hotel, ya que el hotel es sólo la punta del iceberg que destapa la necesidad de modificar el PEPRI Centro. El debate que se ha generado surge por aspectos coyunturales, porque se quiere construir un hotel y no viviendas, porque es un sitio emblemático de cara al río, por la altura, por la firma del arquitecto que lo proyecta, por la inversión… Pero en realidad el problema está en el miedo a revisar el PEPRI.

¿Qué hay que revisar?
Habría que replantearse la altura reguladora, modificar el catálogo de edificios protegidos, incrementar las medidas de protección del patrimonio histórico y artístico para que algunos inmuebles no entren en ruina. Si los planes generales de ordenación urbana se revisan cada ocho años, no creo que sea necesario esperar 20 para revisar un plan más local como es el PEPRI.

¿Está a favor de que se construya el hotel entonces?
El Colegio está a favor de que se haga buena arquitectura. Si el hotel es de Moneo estamos encantados, si es de otro arquitecto, maravilloso. Pero la revisión del PEPRI no debe estar pensada para solucionar el problema del hotel.

¿Y qué me dice de la plaza de la Merced? Las obras empiezan en breve. ¿No ha echado de menos quizás que el Ayuntamiento convocara un concurso público para que los arquitectos malagueños pudieran aportar sus ideas?
En todas las ciudades, y Málaga no es una excepción, hay una tendencia a desarrollar los proyectos desde los servicios técnicos de la propia institución. Es legal y es lícito. Pero como Colegio debemos defender que se convoquen concursos abiertos y transparentes para hacer ciudad. Con esto no quiero decir, en absoluto, que los arquitectos municipales sean malos, todo lo contrario, sino que me gustaría una mayor participación del colectivo a través de estos concursos. A lo mejor sería hasta más rentable económicamente para el Ayuntamiento.

¿Ni siquiera les consultan?
Nunca. Nuestros pronunciamientos son siempre a toro pasado. A lo mejor encontrar una fórmula mixta no estaría mal. Quizás deberíamos entonar el mea culpa y reconocer que como Colegio hemos perdido años en fomentar un debate más intenso y constructivo con el Ayuntamiento sobre las actuaciones urbanas.

¿Está de acuerdo con el proyecto que finalmente se va a desarrollar en la plaza de la Merced?
Al menos parece que se va a respetar el modelo urbano del siglo XIX, como plaza de salón, con sus distintas alturas. Pero al principio no estaba claro. Es la única plaza que ha mantenido casi inalterable su fisonomía y querían pasarle la guadaña. Que me lo expliquen. Que me expliquen cómo por un lado se quiere respetar hasta los colores históricos de las fachadas de los edificios y por otro lado querían cambiar la plaza de la Merced y hacerla irreconocible.

¿Tiene la sensación, como muchos vecinos y comerciantes, de que el Ayuntamiento sólo cree que el Centro es la calle Larios?
Es normal que una ciudad que hace una apuesta por convertirse en capital cultural y en referente del turismo de cruceros empiece rehabilitando la puerta de entrada. Larios es una feria todos los días y como dice un amigo mío argentino, hasta los pobres parecen menos feos. Pero esto no significa que se dejen de la mano de Dios otras zonas próximas. Ésa debe ser la apuesta, sin duda.

¿Lo mismo podrían decir los vecinos de otras zonas de Málaga, que se siente agraviados con respecto al Centro?
El distrito Carretera de Cádiz, por ejemplo. No tiene límites. Es más grande que ciudades como Jaén o Córdoba. Y también necesita de una transformación urbana y del parque inmobiliario. Intervenir aquí es hasta más difícil que en el Centro, porque aquí no existe ese impulso del turismo. A nadie se le ocurriría hacer una turné por la barriada de Dos Hermanas, por ejemplo.

¿Los barrios históricos han dejado de ser ya la Trinidad o El Perchel?
Ahora son la Luz o la Paz o Las Delicias. Hay que seguir apostando por los arrabales y estas actuaciones no pueden ser como gotas de agua en el desierto, puesto que son el escaparate de la ciudad. Pero es fundamental también empezar a pensar en intervenir en estos barrios que surgen en los 60 y 70, porque hablar de extrarradio es un concepto equivocado. Uno no sabe bien si sigue en Málaga o en Torremolinos, por el oeste; o en Málaga o el Rincón de la Victoria, por el este. Esas casas de la Carretera de Cádiz tienen malas calidades y energéticamente son deficientes, aunque eran buenas para la época. Esos barrios necesitan de una intervención y para ello hay que aunar a todas las administraciones. Además, cuesta menos rehabilitar un edificio así que tirarlo.

¿Entenderían los malagueños que se destinara dinero público a una rehabilitación que no incluye patrimonio histórico?
Entre los arquitectos los tenemos todos muy asumido y sabemos diferenciar lo que es la rehabilitación de la Alcazaba, por ejemplo, de otros inmuebles que forman parte del patrimonio civil. Las administraciones, probablemente, también lo tienen asumido. El problema, efectivamente, puede estar en la población, pero se resolvería estructurando unos mecanismos que sirvieran para incentivar a los propietarios para que fueran ellos mismos quienes arreglaran sus pisos.

¿Peatonalizaría la Alameda?
Sería interesante, pero lo que no tiene lógica es presentar un plan de movilidad justo después de que se haya aprobado el PGOU. No se puede pensar cosas distintas para hacer a medida de que vaya avanzando la tuneladora. Así no se diseña el urbanismo. Peatonalizar la Alameda, sin duda, la haría más agradable para el peatón y para el comercio, pero no se puede plantear este proyecto de forma aislada. Hay que hacerlo de manera global. Peatonalizar el Centro Histórico ha sido una decisión acertada, aunque tienes sus inconvenientes que todavía hay que paliar. Era inevitable y además necesario. Hace sólo quince o veinte años, bajar al Centro daba miedo. Ahora hay mayor seguridad, al menos relativa. Y es porque las calles están vivas. Los centros no pueden asumir la entrada del vehículo privado. La respuesta está en el transporte público, que en Málaga tiene que estar pensado con un alcance superior al del propio término municipal.

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