viernes, 7 de enero de 2011

MALAGA. El Teatro Romano de Málaga pertenece a Roma. (LAOPINION)




POLEMICA. No podemos empezar el año de la forma más absurda, con una pugna administrativa.


ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA Alfonso X El Sabio dejó escrito en sus Siete Partidas que los mares y sus riberas eran propiedad de todas las personas de la Tierra. Lástima que el monarca no indagara en la propiedad de los teatros romanos, objeto de asombrosa pugna estos días entre el Ayuntamiento y la Junta.
No se crean que a ninguno de los dos contendientes les importa un pimiento el Teatro Romano de Málaga o las Termas de Caracalla. El motivo central es mucho más mundano: se acercan las elecciones y hay que ahondar en la profunda brecha que para desgracia de los administrados, separa a estas dos administraciones, que en ocasiones parecen dirigidas, con callada tenacidad, por Harpo Marx.

Volver a azuzar el fantasma de la hidra sevillana, de eso se trata y bien que lo está consiguiendo nuestro alcalde en estos momentos de grave crisis en los que lo último que Málaga necesita es una discusión bizantina.

La imagen de profundo subdesarrollo político que proyecta este rifirrafe bien merecía que el gobierno central rescatara la gestión del Teatro Romano para evitar disputas de cartón piedra.
Si las cosas se ponen más casposas aún, devolvamos el Teatro Romano de Málaga a los herederos del imperio que lo hizo posible y atengámonos a las consecuencias: Nos guste o no, el heredero de la inmortal Roma es ese Jesús Gil milanés llamado Silvio Berlusconi.

El ilustre cavaliere, gran amante de la cultura, seguro que proyectaría para el milenario espacio escénico grandes planes, y quién sabe si no le tendría reservado algún plató de Tele5 en el que sus contertulios pudieran poner, cómo no, el grito en el cielo.

En cualquier caso, el concluir que el Teatro Romano es del Ayuntamiento de Málaga porque en los años 40 el Consistorio cedió esos terrenos al Estado para la Casa de la Cultura, felizmente demolida, es de una altura intelectual preocupante, incluso si se trata de un problema ficticio a cinco meses de las elecciones.
El Teatro Romano no pertenece a la Junta, pertenece al Gobierno central desde los tiempos, por cierto, de José María Aznar (del Gobierno central son la gran mayoría de los teatros romanos de España), así que no sería mucho pedir que en estas piedras milenarias recién restauradas se volvieran a escuchar las comedias de Plauto y no vodeviles vacíos y aburridos.

La próxima vez que uno de los dos bandos quiera meter cizaña en lugar de trabajar, mejor será que se busque excusas más creíbles. Hay veces en que incluso Berlusconi parece una alternativa sólida para los problemas de Málaga. Empezamos bien el año.

Sin leche ni habas
No todo son penas, el año se despidió con el arrivederci a una idea lunática que por su naturaleza era de germinación fácil en Málaga. La Autoridad Portuaria ha cerrado las puertas al colmado de lujo que se iba a perpetrar en el Puerto. Los jamones cinco jotas, el yogur griego, el aceite de oliva virgen extra y las habitas se marchan por donde han venido. Es el turno de algo más serio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario