La odisea que vienen sufriendo los vecinos y comerciantes de la calle Cuarteles parece llegar a su fin. Tras numerosos retrasos en la reurbanización de esta vía, la Gerencia de Urbanismo acaba de marcar la ruta a seguir para culminar a principios de septiembre lo que en su origen, allá por el año 2009, no era más que una intervención de apenas medio año y que, con el devenir de los acontecimientos, se ha convertido en una actuación titánica.
El nuevo responsable del departamento, Diego Maldonado, firmó el pasado miércoles si no el primero sí uno de los primeros decretos como concejal de Ordenación del Territorio y Vivienda y que consiste en la adjudicación provisional del último tramo de esta reurbanización a la empresa Promociones Argüelles 10, la tercera firma a la que el Ayuntamiento ha puesto al frente de la fase final del proyecto. El documento oficial, al que tuvo acceso este periódico, marca diez semanas para el desarrollo de los trabajos que restan, con un coste de casi 200.000 euros. El último compromiso municipal, que data de finales de abril, contemplaba el reinicio de los trabajos a principios del mes de mayo y la culminación de todas las actuaciones a finales de junio, extremo que no se va a cumplir. Gustavo Candamil, responsable de un restaurante situado en la zona, se mostró cauto con los nuevos plazos y con el último paso dado por el Consistorio, aunque confió en que se cumplan. "Este verano la pupa ya nos la han hecho", dijo, en clara alusión al perjuicio que el estado actual de la vía, con la acera norte levantada, va a suponer en los comercios. En cualquier caso, la mirada de Gustavo, como la del resto de vecinos de la calle Cuarteles se dirige ya a finales de verano o principios de septiembre. En los últimos meses son varias las firmas que han estado vinculados con una iniciativa financiada con los planes Zapatero impulsados en 2008 y 2009 y que, tras no pocos errores en las previsiones de Urbanismo, tuvo que ser partido en dos etapas para poder cubrir su coste. La última de las fases fue contratada a Imaga, constructora que tras entrar en concurso de acreedores se vio incapacitada para continuar con las actuaciones. El 31 de marzo pasado Urbanismo requirió a una unión de empresas integrada por Telco-Copcisa la posibilidad de continuar con la obra no ejecutadas, a lo que ésta renunció "al entender que para la rápida puesta en marcha de las mismas, los procesos burocráticos necesarios para la constitución de la UTE dificultarían su inicio inmediato". Así consta en el documento oficial, en el que se detalla que tras esta negativa se pidió a Promociones Argüelles que tomase el relevo, decisión que recibió alegaciones por parte de Imaga, finalmente no atendidas.
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