La propuesta partió de una arquitecta americana que pasa las vacaciones en este núcleo de la Axarquía Una decena de estudiantes de la Universidad de Florida proponen mejoras en el pueblo
01.05.2012 -
Las carambolas de la globalización pueden hacer que, entre todos los pueblos del Planeta, una arquitecta colombiana afincada en Miami haya decidido construir una casa y pasar sus vacaciones en Totalán; y, de paso, atraer hasta este municipio axárquico a los estudiantes de arquitectura de la Universidad Internacional de Florida (FIU), institución académica con la que colabora.
Y así fue. Armados con blogs, lápices y cámaras de fotos, un grupo de jóvenes estadounidenses recorrieron durante una semana las escarpadas calles de la localidad, para observar con vista de futuros arquitectos y tomar notas que les permitan recordar, de vuelta a casa (a unos 7.000 kilómetros de distancia) los detalles que les permitirán desarrollar sus propuestas. La facultad de Planeación Urbana y Paisajismo, escogió, de entre las miles de propuestas posibles, una población que por su historia, su topografía y su estado natural fuera propicia para que algunos estudiantes se integraran en la comunidad, vivieran una semana en el lugar y luego, en grupos, presentaran iniciativas arquitectónicas de mejora, basadas en la experiencia del lugar y las necesidades que ponen de relieve los ciudadanos y las autoridades locales.
En la elección de Totalán tuvo un peso específico la propuesta de la urbanista Margarita Blanco, colombiana afincada en Miami, que, por una parte, colabora con la universidad; y, por otra, es propietaria, junto con su marido, Enrique Gaviria, de la Casa Blanco, uno de los referentes arquitectónicos del municipio y epicentro de encuentros y actividades culturales en los periodos que la familia pasa en Málaga. «Estoy vinculada a la universidad como asesora y se me ocurrió que podríamos ayudar a Totalán, y por ende a otros pueblos blancos, haciendo un estudio de sus espacios públicos. Así surgió la idea», comenta Blanco.
Los proyectos académicos, realizados por estudiantes de distintos cursos, son arriesgados, muchas veces utópicos, pero todos tienen en común un intento por destacar los valores ecológicos de la localidad, bien preservados por el limitado impacto del desarrollo residencial de este núcleo, que en la actualidad tiene unos 800 habitantes. En cambio, se planteaba el reto de superar el escollo de la orografía, con fuertes rampas, y para ello los universitarios dibujan carriles bici, paseos llenos de arbolado, jardines abancalados y escalinatas que tratan de amortiguar la pendiente. En otros casos, los jóvenes urbanistas ven la posibilidad de instalar pasarelas de bajo impacto ambiental, paralelas a la carretera o integradas en la colina que el río ha esculpido a lo largo de milenios.
Movilidad sostenible
En cualquier caso, todos proponen soluciones a problemas específicos, muchos de ellos reivindicados por los habitantes del municipio, con el referente de la peatonalización, la movilidad sostenible y los cambios que ello implica respecto al transporte público y la protección de las cañadas para los animales.
Los mejores trabajos quedaron expuestos en la galería de la universidad, previamente seleccionados por un jurado integrado por profesores, arquitectos y profesionales del paisajismo. «La galería es amplia y con muchos proyectos, todos muy buenos, pero llama la atención la cantidad de iniciativas sobre Totalán. Parece que todos los trabajos de los que visitaron nuestro pueblo fueron seleccionados para estar entre los mejores», asegura Enrique Gaviria.
Ahora, el objetivo es llevar al pueblo, para su próxima semana cultural, las propuestas más destacadas «para que la comunidad las conozca, visualicen ideas de personas totalmente ajenas al entorno y a partir de esa experiencia valoren lo que tienen», añade. «Y, por qué no: puede servir para que el ayuntamiento apoye las recomendaciones de estos trabajos y gestione las ayudas necesarias para que se hagan realidad», apostilla.
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