La promotora malagueña afronta una deuda de 150 millones de euros repartida entre unos 400 reclamantes
Su legado, construido a base de cemento y ladrillos, está repartido por toda la Costa del Sol, así como en otros lugares más lejanos como Madrid, Ávila, Segovia o Sevilla. Lo forman urbanizaciones que, en muchos casos, llevan su apellido: Olas de Procusán, Laderas de Procusán, Colinas de Procusán... Promociones Cuevas Sánchez fue una de las protagonistas del boom inmobiliario que vivió Málaga durante la pasada década. Esta empresa familiar llegó a estar en cuarto lugar del ranking inmobiliario malagueño y se mantuvo durante muchos años entre las veinte compañías con mayor facturación de la provincia, merced a cifras que superaban los 160 millones de euros. Ahora figura en otra lista menos honrosa pero bastante concurrida: la de promotoras en concurso de acreedores.
El pasado día 3 de abril, el juzgado de lo mercantil número 2 de Málaga dictó el auto de liquidación de Procusán. Se abre así un proceso dirigido a valorar sus activos y repartirlos entre sus acreedores, y que supone la disolución de la compañía, fundada en 1996.
Según confirman fuentes de la administración concursal, la promotora solicitó el concurso voluntario de acreedores el 15 de diciembre del año pasado, acuciada por una deuda que asciende a 150 millones de euros y se reparte entre unos 400 acreedores. Pese a este elevado número de reclamantes, el grueso del pasivo está en manos de once entidades financieras. En un principio, los responsables de Procusán presentaron una propuesta de viabilidad, pero finalmente la imposibilidad de refinanciar la deuda no ha permitido más opciones que la liquidación de la sociedad.
El activo de Procusán, formado por suelo y unas 250 viviendas en 'stock', está valorado también en unos 150 millones de euros. A día de hoy la plantilla de la promotora, en su día muy numerosa (llegó a los trescientos trabajadores), es solo de once personas.
Orígenes
Promociones Cuevas Sánchez lleva el nombre de Juan Cuevas, un empresario ligado desde los años 60 al sector de la construcción. En 1982 fundó, junto con dos socios, lo que fue el germen de la actual empresa promotora-constructora, que nació formalmente en 1996. En seguida, Procusán apostó por la diversificación tanto geográfica como de producto dentro del sector inmobiliario. Se aventuró en la zona centro de la Península, promoviendo viviendas en Madrid, Segovia o Ávila; pero también en otras provincias andaluzas como Sevilla y Cádiz. No obstante, donde más viviendas ha construido ha sido en el litoral malagueño, desde Fuengirola hasta Algarrobo Costa, tanto de primera como de segunda residencia.
A lo largo de su historia, la empresa ha promovido alrededor de ocho mil viviendas. Pero el 'pinchazo' de la burbuja inmobiliaria frenó en seco su expansión, provocando que ya en 2008 sufriera unas pérdidas de 30 millones de euros. A partir de entonces, la compañía se dedicó a terminar las promociones que había comenzado, quedándose con una reserva de suelo para construir cinco mil viviendas. Según fuentes de la administración concursal, la imposibilidad de refinanciar estos terrenos y la paralización de la demanda de vivienda han sido los dos factores que han provocado el fin de uno de los gigantes del sector inmobiliario malagueño.
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