La orden de las madres dominicas pide unos cinco millones de euros por la venta del edificio, enclavado junto a la calle Carretería
La iglesia se encuentra cerrada por las obras para segregarla del antiguo convento. :: ÁLVARO CABRERA
Uno de los edificios actualmente sin uso más grandes del Centro Histórico de la ciudad es el antiguo convento de las madres dominicas, ubicado en la calle Andrés Pérez, una estrecha vía peatonal que conecta Carretería con la plaza de los Mártires. Hace cinco años que las monjas abandonaron este cenobio por falta de vocaciones y desde entonces le están buscando comprador. El momento económico no es el mejor. Sin embargo, según ha podido confirmar este periódico, existe un inversor que recientemente se ha puesto en contacto con la orden, cuyas responsables a nivel regional se encuentran en Córdoba, con la intención de adquirir el inmueble para convertirlo en un hotel.
La negociación entre las dominicas y el posible comprador no se han cerrado aún, según las fuentes consultadas. Unas conversaciones que coinciden con la obra que desde principios del pasado mes de mayo realizan las monjas en la iglesia con que contaba el convento para separarla físicamente de éste.
Esta segregación permite a las religiosas avanzar en una posible operación de compraventa con inversores interesados en el inmueble, ya que la intención de las dominicas es ceder el templo al Obispado de Málaga. En él tiene su sede la Cofradía de Viñeros, que provisionalmente ha trasladado a sus imágenes a la cercana parroquia de los Santos Mártires con motivo de las obras de separación. A tenor de las conversaciones con los responsables de la diócesis, la hermandad confía en poder permanecer en la iglesia pese a que el destino de lo que fue convento siga por unos derroteros distintos.
El cenobio ocupa una parcela de 1.692 metros cuadrados y posee 4.176 metros cuadrados construidos. Cuenta con protección arquitectónica integral por parte del Ayuntamiento, lo que obliga a su posible comprador a conservarlo «íntegramente por su carácter singular y monumental, y por razones histórico-artísticas, con el fin de preservar todas sus características arquitectónicas», según señala la normativa urbanística.
El convento está calificado como equipamiento pero la opción de convertirlo en un hotel podría ser permitida porque la misma normativa apunta que los edificios de protección integral pueden albergar usos diferentes a los existentes «siempre que estos sean autorizados en razón de su idoneidad y compatibilidad con los objetivos de mantenimiento y protección». A priori, la conversión de las antiguas celdas y salas de las monjas en habitaciones y estancias de hotel podría encajar.
Realojo
Como publicó este periódico (ver SUR 15/6/2008), las religiosas pusieron un precio inicial de venta del edificio de unos seis millones de euros. Sin embargo, según las fuentes, actualmente lo han rebajado a unos cinco millones. No obstante, también quieren que el futuro propietario se haga cargo de realojar a la sacristana y portera y a un sacerdote dominico que todavía hace uso de una parte del edificio habilitada como vivienda.
El antiguo convento de las dominicas, para el que otros inversiones e incluso el propio Ayuntamiento de la ciudad también llegaron a barajar un proyecto de residencia de mayores, fue construido a finales del siglo XVIII sobre los terrenos de unas casas que las monjas recibieron como donación en 1759. Se ha conocido popularmente como el Convento de las Catalinas, dada su proximidad con la calle Muro de las Catalinas. El edificio, que es bastante amplio, está distribuido en torno a cuatro patios.
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