Los jóvenes proponen en sus Proyectos Fin de Carrera alternativas para el antiguo edificio del Cine Astoria, en la Plaza de la Merced
M.H. | ACTUALIZADO 23.07.2012 - 19:47
Siguiendo el camino emprendido por Ana García Puyol el pasado año, 4 estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Málaga finalizaron sus estudios el pasado jueves 19 de Julio.
Alejandro García Ramos, Jaime Munné Fuentes, Patricia Plaza García y Carmen Díaz Sánchez presentaron sus Proyectos Fin de Carrera obteniendo una valoración positiva por parte de la Comisión Evaluadora.
Los ejercicios desarrollados proponen “Espacios Culturales para el aprendizaje y la investigación”, centrándose en ciertos casos en el aprendizaje de Arquitectura. El enclave elegido es el antiguo edificio de los Cines Astoria, en la Plaza de la Merced.
Entre las preocupaciones de estos jóvenes arquitectos destacan su interés por desarrollar acciones cooperativas entre la Escuela de Arquitectura y la ciudad, así como la posibilidad de dar cabida a otras formas de hacer arquitectura ajenas a las establecidas. Alejandro García afirma al respecto: “la arquitectura debe entenderse como un proceso editable en el que los distintos modos de vida tengan cabida, y donde el usuario pase de ser consumidor a ser participante en la aventura de la consecución de su propio habitar”.
Alejandro García Ramos, Jaime Munné Fuentes, Patricia Plaza García y Carmen Díaz Sánchez presentaron sus Proyectos Fin de Carrera obteniendo una valoración positiva por parte de la Comisión Evaluadora.
Los ejercicios desarrollados proponen “Espacios Culturales para el aprendizaje y la investigación”, centrándose en ciertos casos en el aprendizaje de Arquitectura. El enclave elegido es el antiguo edificio de los Cines Astoria, en la Plaza de la Merced.
Entre las preocupaciones de estos jóvenes arquitectos destacan su interés por desarrollar acciones cooperativas entre la Escuela de Arquitectura y la ciudad, así como la posibilidad de dar cabida a otras formas de hacer arquitectura ajenas a las establecidas. Alejandro García afirma al respecto: “la arquitectura debe entenderse como un proceso editable en el que los distintos modos de vida tengan cabida, y donde el usuario pase de ser consumidor a ser participante en la aventura de la consecución de su propio habitar”.
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