Urbanismo ha derribado en los últimos días una de las dos fachadas que se conservaban por el riesgo de ruina
De la casa solo queda en pie el número 9 de la calle. :: Álvaro Cabrera
La llegada de fondos europeos para sacar a flote el proyecto de recuperación de lo que queda de la casa natal de Cánovas del Castillo, en la calle Nuño Gómez, junto a Carretería, no ha sido más que un espejismo en el dramático devenir de esta actuación durante los últimos años. Hace un año que el equipo de gobierno municipal anunciaba que emplearía 1,3 millones de euros del dinero que llega de Europa para retomar esta actuación, al menos en lo referente a una primera fase. Sin embargo, la cruda realidad de las cuentas municipales han llevado al Ayuntamiento a aparcarla 'sine die'.
El concejal de Cultura, Damián Caneda, explicó que las ayudas de Bruselas no financiaban la totalidad del coste de las obras y que luego quedaba por abordar la segunda parte: el mantenimiento de un centro de interpretación de la figura del insigne político del siglo XIX. «No disponemos de un millón de euros al año para soportar los costes de un equipamiento de estas características, así que el tema está parado por ahora a la espera de tiempos mejores», reconoció Caneda, quien no supo precisar cuándo será el momento en el que podrá retomarse la iniciativa. «Lo que está claro es que el año que viene no se iniciará porque no hay dinero», dijo. No obstante, los fondos europeos no se han perdido ya que, según fuentes consultadas, se han empleado en obras de mejora de las calles de este ámbito del Centro Histórico.
Deterioro
Entretanto, el deterioro de la zona sigue. El concejal del PSOE Manuel Hurtado denunció ayer que, en los últimos días, ha sido derribada una de las tres fachadas de lo que está considerado como casa natal de Cánovas que permanecían en pie. En concreto, se trata del número 13 de la calle Nuño Gómez, que conformaba la casa como tal junto con el número 11, que fue demolido hace ocho años. Al igual que entonces, la Gerencia Municipal de Urbanismo ha tomado esta decisión porque lo que quedaba del edificio presentaba un riesgo inminente de desprendimiento. Según fuentes consultadas, el edificio derribado, del que solo quedaba la primera crujía, carecía de valor arquitectónico alguno, ya que fue reconstruido en el siglo pasado.
De este modo, en estos momentos solo queda en pie el número 9 de la calle, que sí cuenta con protección arquitectónica y posee pinturas murales en la fachada. De él se conserva únicamente la primera crujía, es decir, las partes de la edificación más próximas al exterior. Urbanismo les ha colocado un soporte para intentar mantenerlas. Hurtado criticó la situación de la zona y alertó de que el número 9 correrá la misma suerte del 13 si no se acomete de una vez la obra para poner en valor la casa.
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