miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sando consigue refinanciar su deuda y obtiene una quita de 361 millones (SUR)


Tras el acuerdo firmado con 14 bancos, la constructora tiene hasta 2017 para devolver su pasivo, que queda cifrado en 705 millones

En las circunstancias actuales, conseguir que un banco acceda a refinanciar una deuda ya puede considerarse un logro. Pero cuando enfrente no hay una entidad financiera sino 14, el reto se acerca a la categoría de heroico. En este propósito ha estado enfrascada Sando durante los últimos meses. La supervivencia de la mayor constructora malagueña dependía de la refinanciación de los 1.066 millones de euros que debía a la banca. Anteayer, las 14 entidades firmaron el acuerdo que no solo otorga a Grupo Sando un nuevo plazo de cinco años para saldar su deuda, sino que reduce su cuantía en 361,7 millones de euros.
Según la información facilitada ayer por la empresa, la reestructuración financiera acordada con su sindicato bancario (así se denomina la unión temporal de varios bancos para acometer una operación, en este caso la refinanciación de una deuda) contempla una quita de un tercio de su deuda, que queda situada en 704,7 millones. Ese dinero 'perdonado' se corresponde íntegramente con activos inmobiliarios (en su mayoría están localizados en España) que a cambio de ello han ido a parar a manos de las entidades bancarias.
Además, el acuerdo aporta a Sando un periodo de carencia de capital de cinco años, durante los cuales solo tendrá que pagar los intereses de los préstamos. Eso implica que al vencimiento de la refinanciación, en 2017, la compañía tendrá que devolver todo el capital de golpe. Por ello, fuentes de la constructora malagueña entienden que la operación «dota al grupo de empresas de la estabilidad financiera necesaria para su viabilidad durante los próximos años, de acuerdo con su plan de negocio, orientado a la construcción de obra civil dentro y fuera del país».
Dinero en la caja
Una de las prioridades que se ha marcado la compañía en esta compleja operación de reestructuración financiera es proteger su joya de la corona, es decir, su área de construcción, frente a los riesgos inmobiliarios, para que éstos no acaben por arrastrarla en su caída. Por eso el acuerdo proporciona líneas de financiación de circulante a dicha división por más de 220 millones de euros. De esta forma, se garantiza que la matriz de la compañía tenga dinero en la caja para afrontar su actividad durante los próximos años.
Además, parte del pasivo se ha convertido en deuda de carácter participativo «para reforzar la solvencia a largo plazo» de la empresa, según sus portavoces. La deuda participativa tiene entre sus singularidades la de que la retribución del capital se liga con la evolución de la actividad de la compañía que recibe el préstamo. Además, se trata de deuda subordinada, es decir, que el prestamista participativo se sitúa después de los acreedores comunes a la hora de cobrar en un hipotético proceso concursal.
La reestructuración financiera de Sando se ha suscrito con un grupo que empezó estando formado por 21 entidades bancarias, y que como consecuencia del proceso de concentración sufrido por el sector financiero, ha acabado siendo de 14. Según fuentes consultadas por SUR, las fusiones de bancos y cajas han supuesto una dificultad añadida en la renegociación de la deuda. En las conversaciones, que han durado varios meses, se ha contado con el asesoramiento de Deloitte, Clifford Chance y Cuatrecasas.
De esta manera, la principal constructora malagueña y una de las mayores empresas de la provincia consigue salvar un obstáculo que está siendo común para numerosas compañías: el vencimiento de sus deudas, que ya fueron refinanciadas por primera vez hace dos o tres años (en el caso de Sando, en 2009) pensando que a estas alturas la crisis estaría superada. No ha sido así, y por ello estas sociedades se encuentran ahora en la tesitura de tener que renegociar su deuda en plena crisis financiera. Algunas, como Construcciones Vera o Novasoft, han tenido incluso que declararse en preconcurso mientras negocian con los bancos. No ha sido el caso de Sando, que ha conseguido alcanzar un acuerdo con sus bancos sin llegar a una situación tan crítica.

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