domingo, 28 de julio de 2013

El Ayuntamiento dividirá en 8 parcelas los suelos de Repsol para facilitar su venta (La Opinión)

La parcelación planifica los viales de acceso y la distribución de los aparcamientos públicos que debe tener cada bloque de viviendas

27.07.2013 | 05:00
La nueva parcelación del suelo de Repsol mantiene las cuatro grandes torres aunque con algunos cambios de situación.
La nueva parcelación del suelo de Repsol mantiene las cuatro grandes torres aunque con algunos cambios de situación. 
Las dificultades para impulsar el desarrollo urbanístico de los suelos de Repsol, una parcela de más de 170.000 metros cuadrados donde se proyecta un gran parque y cuatro rascacielos singulares, ha llevado al Ayuntamiento, propietario del 60% del suelo, tras negociarlo con la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (el banco malo) propietario del otro 40%, a poner un estudio de detalle en los terrenos de Repsol en el que se proyectan los viarios del suelo y, lo más importante, se divide la zona edificable en ocho parcelas, siguiendo las pautas establecidas por el PGOU.


La decisión de dividir la gran parcela en ocho partes tiene como objetivo, tal como precisó ayer el portavoz del gobierno municipal, Mario Cortés, «facilitar y agilizar su desarrollo», dado que ya no obliga a un inversor o a un grupo inversor a adquirir toda la parcela, sino una octava parte de la misma.

Con esta decisión, que ahora se pone en marcha en su tramitación administrativa, la parcelación no sólo permitirá que el Ayuntamiento tenga a su nombre registradas las parcelas que le corresponden en equivalencia a la parte de propiedad que ostenta, sino que facilitará la labor de búsqueda de posibles compradores en estos momentos en los que es más difícil encontrar un solo promotor interesado en desarrollar la totalidad del mismo.

Todas las parcelas tienen repartidas proporcionalmente las cargas urbanísticas a las que habrán de hacer frente, los aprovechamientos y los beneficios urbanísticos.

El nuevo estudio de detalle realiza también la distribución de los viales de acceso a la zona y a cada parcela y la distribución de los aparcamientos públicos con que deben de contar tanto los bloques de viviendas libres como los protegidos.

Desarrollo residencial

Con esta reparcelación se mantiene la misma proporcionalidad prevista en el PGOU, tanto para las zonas verdes como para los equipamientos (80.000 metros cuadrados de parque y 28.000 metros cuadrados de equipamientos, y que conjuntamente superan el 60% del suelo), y la misma proporcionalidad de vivienda protegida y vivienda libre.

El desarrollo de los terrenos de Repsol contempla una superficie de 177.548 metros cuadrados y establece 930 viviendas de renta libre y 400 de VPO y un gran parque de 80.000 metros cuadrados de zonas verdes.

Lo más característico de la zona serán los cuatro grandes rascacielos previstos; cada uno contempla alturas distintas: el más pequeño de 105 metros, con 29 plantas; el segundo de 112 metros y 31 plantas; el tercero de 119 metros y 33 plantas) y el más alto de 126 metros y 35 plantas). Por su parte, las viviendas protegidas se distribuyen en otros cuatro edificios que no superarán las 14 plantas de altura cada uno.
Los equipamientos se situarán en la zona norte del bulevar que se está construyendo sobre el soterramiento de las vías del AVE. El gran parque de 80.000 metros está previsto al sur de la zona comercial.
La zona comercial se integrará en los zócalos de los bloques de viviendas protegidas.

El banco malo tiene el 40% de Repsol

Los suelos de Repsol son ahora propiedad del Ayuntamiento en un 60% y del llamado banco malo (la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) que se ha quedado con el 40% que pertenecía a NovaCaixaGalicia (NCG) a través de su filial inmobiliaria Torres del Boulevar. En mayo del año pasado, el Ayuntamiento acordó con NCG una modificación sustancial del convenio urbanístico de manera que los 82,3 millones que la entidad bancaria debía abonar al Ayuntamiento los pagase en suelo, de manera que el Ayuntamiento se convirtió en dueño de las dos terceras partes del total. Poco después, en agosto, el banco malo recien creado se hizo cargo de los activos tóxicos de NCG, entre ello los suelos de Repsol. La misión ahora del banco malo es enajenar lo antes posible dichos suelos.

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