domingo, 28 de julio de 2013

El auge de las casas de baños de Málaga en el XIX (La Opinión)

El desarrollo comercial de la ciudad permitió que abrieran nuevas casas de baños en la capital, algunas incluso con una plaza de toros

28.07.2013 | 11:22
Templete en el jardín de la casa de Baños de Álvarez, visitados por la reina Isabel II.
Templete en el jardín de la casa de Baños de Álvarez, visitados por la reina Isabel II.
Las casas se baños de agua dulce situadas en el interior de la ciudad experimentaron un auge desde el punto de vista comercial en el siglo XIX, su utilidad era puramente higiénica, aunque al mismo tiempo sirvieran de lugar de reunión. No hay que olvidar que en las casas particulares de entonces no había cuarto de aseos e incluso, en la mayoría de ellas, ni agua corriente, y se abastecían de las fuentes o de pozos particulares.

A principios de dicha centuria no existía en nuestra ciudad más que los baños del huerto del Marqués del Vado, situado en la calle Casapalma, en lo que ocupa hoy la calle Méndez Núñez y el antiguo bar La Reja; detrás, en la calle Gloria, se encontraba el convento de las monjas dominicas El Ángel. Al parecer, al principio eran algo deficientes, aunque muy conocidos. En 1850 son ya citados por Madoz, haciendo éste referencia a unas reformas; así, en 1861 eran conocidos vulgarmente por «Baños Ortiz»; también se les solía llamar «El Huertecillo».
Eran muy concurridos por su céntrico emplazamiento. Sus tinas eran de mármol blanco. Permanecía abierto todo el año. Tenía un patio plantado de verduras; también había una parra cargada de racimos que se encaramaba por las paredes hasta la cima de los blanqueados muros.
El patio separaba la galería de los baños de la alberca de mujeres, la cual era larga y estrecha y estaba cubierta por la tupida parra. La moda obligaba a reunirse de dos a cuatro de la tarde formando tertulia, durante todo el mes de junio, primera quincena de julio y ultima de septiembre, en aquel lugar que tenía un poco de todo. Mezcla de salón, galería, jardín y de huerto. Esta tertulia ayudaba a matar el tiempo a la espera del baño, que se hacía interminable por la escasez de éstos y la abundancia de bañistas.
Estos baños fueron demolidos, aproximadamente, en el año 1893, para abrir la prolongación de la calle Méndez Núñez, desde la Plaza Uncibay a la calle de la Gloria –actual Juan de Padilla–, atravesando la calle gran parte de su solar.
Baños de Álvarez o Baños Las Delicias
El convento de San Francisco fue desamortizado, y en 1836 cedido al gobierno, que lo sacó a pública subasta. Fue adjudicado en 1837 al único postor, Antonio María Álvarez, en 70.000 reales. (En parte de este solar inauguró Álvarez, en agosto de 1840, una plaza de toros). En1844 fueron inaugurados los Baños de Álvarez bajo la dirección del arquitecto José Trigueros. Años después, se le arrendaron a Manuel Cerbán y éste le cambió el nombre por el de Baños Las Delicias.
Ocupaban una gran porción de terreno de la huerta que perteneció al convento de San Francisco. El local era muy espacioso. Estaba compuesto de un salón de descanso a la entrada, de forma cuadrada, con acceso a una huerta. En el centro del salón había un templete formado con ocho columnas de mármol blanco, y en el interior de éste un recipiente de mármol rojo con un saltador, cuya taza parece que sirvió de tornavoz al púlpito que existió en el convento.
Las tinas de los cuartos de baños eran de mármol blanco. El agua era dulce, pero también tenían un departamento destinado a baños medicinales, artificiales, al estilo de los naturales de Carratraca, Archena, Lanjarón y Alhama de Granada.
Los conciertos y bailes del Liceo de Málaga –que estaba situado en la plaza de San Francisco– los veían los visitantes de los baños por las ventanas que daban al salón. El 16 de octubre de 1862 fueron visitados por la reina Isabel II, a su paso por Málaga.
Con la inundación de 1907, el edificio, huerta y jardín quedaron arrasados, no teniendo noticias de que se utilizaran sus dependencias con posterioridad a esta catástrofe.
En el mismo emplazamiento de las casas de baños fue inaugurado el 30 de mayo de 1929 el cine de verano Las Delicias, el cual fue clausurado en el año 1943. Desde entonces y hasta hoy está en funcionamiento el garaje Las Delicias; todavía quedan en él restos del antiguo balneario (el templete de mármol a su entrada).
Baños Nuestra Señora de Belén
Uno de los baños árabes que hubo en la ciudad estaba emplazado en el barrio del Perchel, en la calle Agustín Parejo, nº 3 ó 5. La existencia de un aljibe de grandes dimensiones en el patio del que después fuera corralón apoya esta teoría. Según la tradición oral del barrio, en el siglo XVI aparece una imagen de la Virgen tallada en madera que, hasta finales del siglo XIX, estuvo colocada en el rellano de la escalera. Esto supone la cristianización muy evidente de un lugar islámico.
En el exterior de la casa, junto a la puerta de entrada, había también otra imagen en azulejos cubierta por una hornacina. Hacia 1567, año en que tuvo lugar la reforma del Carmelo por Santa Teresa, se fundó en Málaga un convento de carmelitas reformados y según Guillén Robles, puede deducirse que este edificio de Agustín Parejo fue el primer emplazamiento en nuestra ciudad de la orden carmelita. Después, a principios del siglo XIX pasó a ser una posada.
Consultada la guía de 1861 de Benito Vila, vemos establecidos en el citado edificio los entonces denominados Baños de Pernia. Daban como inicio de dichos baños el año 1850. Madoz los cita con el nombre de «Baños de la Fábrica de Cerveza». Tenían tinas de mármol, y su agua era dulce. Se hallaban abiertos desde primero de junio a finales de septiembre. En 1897 se le cambió el nombre por el de Baños de Nuestra Señora de Belén. En los inicios del siglo XX se convirtieron en corralón, casa de vecinos de peculiares características.
En la Gerencia de Urbanismo un equipo de profesionales realizó un inventario que describía así el inmueble: «?la fachada era sumamente estrecha y de escasa visibilidad debido en parte a la estrechez que tenía la calle Agustín Parejo, y carecía de elementos decorativos. El acceso a la casa era un gran portón que conducía al patio mediante el zaguán; sobre éste tres balcones. Desde el zaguán se pasaba a la planta baja que debió ser pórtico del claustro del convento».
En 1985 la citada casa y todos los alrededores de esta parte del barrio del Perchel fueron expropiados por el Ayuntamiento; años más tarde las casas se demolieron para adaptarlas a la remodelación urbanística.

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