domingo, 8 de julio de 2007

La hipoteca inversa: recurso para completar la pensión (La Opinión)

Jubilados reciben una cuota mensual hasta que mueren y el banco se queda con la casa si los hijos no saldan la deuda
Los bancos se han dado cuenta de que tienen que flexibilizar sus préstamos y diseñar nuevos productos hipotecarios si quieren abarcar el nuevo mercado que surge por los cambios sociales y económicos. Quieren seguir dando créditos porque, en definitiva, es su negocio. El incremento del precio de la vivienda y de los tipos de interés, los nuevos núcleos familiares y fenómenos como la inmigración han provocado esta reacción. Hay ofertas para todos los gustos y todos los perfiles, incluidos los mayores, cuya pensión apenas les permite llegar a fin de mes.La hipoteca inversa está pensada para jubilados, como consecuencia del incremento de la esperanza de vida. El objetivo es hacerse con un mercado yacente ya que el 92% de los más de 7,5 millones de españoles mayores de 65 años posee una vivienda en propiedad.Calidad de vida. Las pensiones de la Seguridad Social no suelen dar para pagarse una residencia privada y las plazas públicas no pueden absorber la demanda social. Frente a ello, estas hipotecas permiten obtener una renta complementaria sobre el valor de la vivienda, que pueden permitir a los mayores aumentar su calidad de vida, viviendo en su propia casa, y sin tener que asumir tantos sacrificios.El delegado de Ausbanc en Málaga, Alfredo Martínez, señala que este sistema es similar a la renta vitalicia. "Mi pensión no da para mucho y tengo un valor patrimonial que no puedo vender, puesto que tengo que vivir en mi casa. La solución es suscribir una hipoteca inversa, por la que el banco me paga unas cuotas mensuales que completan mi pensión y cuando muera, la entidad financiera se queda con la casa", explica Martínez.La vivienda puede pasar a manos de los herederos si estos saldan la deuda contraída con el banco. Normalmente, se lleva a cabo una previsión de lo que puede llegar a vivir el suscriptor de la hipoteca. Si el mayor vive más de lo pactado, puede seguir percibiendo su renta pero ya con cargo al seguro de rentas vitalicias que se contrata al tiempo que la hipoteca inversa. Hipoteca compartida. En el otro extremo se encuentra la hipoteca compartida, dirigida a la compra de vivienda, especialmente, entre jóvenes sin relación consanguínea alguna. La iniciativa puede ser una alternativa al alquiler si se tiene en cuenta que, según el Observatorio Joven de la Vivienda en España del Consejo de la Juventud, los jóvenes destinan el 55,2% de su salario a la compra de una vivienda de precio libre.Este tipo de préstamos puede alcanzar el 100% del precio de tasación de la vivienda y un plazo de amortización de 40 años. Las entidades financieras incluyen cláusulas para evitar posibles desavenencias entre los compradores, mediante pactos para regular el derecho de venta, con opciones de compra preferente.Además, en caso de que alguno no pague su parte, la entidad no irá contra la vivienda sino contra el moroso, intentando renegociar la deuda. En último caso, el resto de compañeros puede hacerse cargo de la parte impagada o verse obligado a vender el piso para saldar la deuda.Alfredo Martínez duda de que este producto hipotecario pueda llegar a ser atractivo, precisamente por los conflictos que pueden surgir entre las personas que compartan el crédito.

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