lunes, 24 de septiembre de 2007

El IMV quiere desbloquear las VPO de la Judería en octubre (La Opinión)

La promoción prevista en la calle Granada permitirá realojar a los ocho vecinos del barrio y que viven de alquiler. Las obras comenzarán a mitad de 2008
La promoción de ocho viviendas protegidas previstas en la antigua Judería se desbloqueará en octubre, que es cuando el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) prevé recibir el proyecto del arquitecto Iñaki Pérez de la Fuente, que ha tenido que reformarlo para adaptarlo al solar disponible finalmente.El concejal de Vivienda, Diego Maldonado, señaló que una vez que se reciba el proyecto reformado se iniciarán los trámites de solicitud de licencias, préstamo hipotecario para financiar la obra y sacar a concurso estos trabajos. Estas gestiones llevarán unos meses, de modo que las obras comiencen de forma efectiva "a mitad de 2008, con un plazo de ejecución de doce meses y un presupuesto de 600.000 euros".La concreción de este proyecto es el paso esperado por las siete familias y un negocio que vivían en la antigua Judería y que fueron desalojados provisionalmente de sus viviendas hace tres años y medio. Actualmente se encuentran de alquiler, desperdigados por la ciudad y gracias a una ayuda de 300 euros mensuales del Ayuntamiento. El acuerdo era que se mantuvieran así hasta realojarlos en las ocho VPO previstas allí, volviendo al barrio en el que nacieron y donde están imbrincados.Sin embargo, desde abril de 2004 hasta la fecha, el proyecto de reforma de la Judería sólo ha tenido problemas que lo han retrasado. Cuando iba a empezar la demolición de las antiguas viviendas, en abril de 2005, una familia entró en las casas y hubo que esperar más de un año para obtener el permiso judicial que le permitía desalojarla. En la Navidad de 2006 se terminó de limpiar el solar y pocos meses después Urbanismo inició los trabajos para consolidar la torre mudéjar y futura oficina de turismo.Espera. La promoción de VPO se ha tenido que retrasar tras descubrir que el terreno tenía unas medidas diferentes a las previstas y había que adaptar el proyecto de las VPO, algo que está ultimando el arquitecto en estas semanas.Mientras, los vecinos llevan varios años de espera. José Barrionuevo, dueño de `Libritos´, es uno de los más afectados. Su tienda en el adarve de la calle Granada era una referencia en libros infantiles. Eso le ha permitido contar con una clientela fiel que mantiene su negocio, ahora trasladado a la calle Abadía de Santa Ana, bocacalle de Císter. No obstante, reconoce que el negocio se resiente "porque estamos en una zona con menos paso de personas y entra menos gente". Además, el alquiler es mucho más alto y la ayuda municipal apenas les sirve para cubrir una cuarta parte del total."Se supone que íbamos a estar dos años y ya llevamos tres años y medio, sin tener además ninguna fecha", explica Barrionuevo, quien regenta la tienda junto a su mujer e hijos. Esa provisionalidad hace que no puedan decorar la tienda como les gustaría y ahora tienen el temor de qué pasará cuando lleven cinco años alquilados, con la prevista revisión del contrato. El tiempo juega en contra de ellos.Su sueño es volver a la calle Granada, donde han estado más de veinte años, a un local en la nueva promoción de VPO que tendrán con opción a compra.José Barrionuevo mantiene contacto con el resto de vecinos de la Judería, que se sienten muy vinculados a su barrio. "Hay una señora de 80 años que viene todos los días desde Puerta Blanca porque no puede dejar de pasear por su calle Granada", relata.Además, hay otros muchos. Pero el tiempo no pasa en balde, como reconoce el artista Rafael Alvarado, también vecino de la Judería, que espera alquilado en una casa en Pedregalejo. "Muchos se han ido muriendo porque eran personas mayores o la Junta les ha pagado una miseria para echarlos con la excusa del Museo Picasso", afirma Alvarado, quien apunta a la administración autonómica como responsable de la sensación de abandono que tienen: "Éramos 20 familias y teníamos todo pactado con el Ayuntamiento, pero se metió la Junta y a la mayoría les pagó uno o dos millones de pesetas por sus casas. No mostraron ninguna sensibilidad social por estas personas mayores".

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