domingo, 2 de diciembre de 2007

La iniciativa privada aventaja a la pública en la recuperación del Centro Histórico (SUR)

El Ayuntamiento concede cada mes permisos de obra para medio centenar de viviendas en el casco antiguo Los proyectos de la Administración para los enclaves más degradados acumulan varios años de retraso

PROYECTOS PENDIENTES

Actuaciones de las administraciones públicas aún no finalizadas:
Rehabilitación del mercado de Atarazanas: Aunque parece que empezará el próximo mes de enero, acumula ocho años de retraso.
Triángulo cultural de la calle Alcazabilla: Siguen pendientes la reforma de la calle, la conversión de la Aduana en museo y las obras de la biblioteca estatal en San Agustín.
Entorno de las calles Nosquera, Muro de las Catalinas y Pozos Dulces: Hace cuatro años, el Ayuntamiento diseñó un plan para recuperar esta zona que sigue parado.
Equipamientos: No se ha concretado, entre otros, el plan de la Junta para ubicar la facultad de Bellas Artes en el instituto Gaona y trasladar éste a su vez junto a la avenida de la Rosaleda.
VPO: Aún no se ha iniciado obra alguna para las 600 viviendas públicas programadas por la Junta.

Que el Centro Histórico de la capital atraviesa por un periodo de renovación y revitalización es algo que muy pocos discuten, pero en ese proceso de cambio se diferencian cada vez más dos ritmos de actuación: el de los promotores privados y el de las administraciones públicas. El número de licencias de obra que se conceden cada mes en el casco antiguo y el hecho de que prácticamente en todas sus calles exista algún proyecto particular para rehabilitar un edificio o crear uno de nueva construcción sostienen, entre otros factores, el hecho de que la iniciativa privada aventaje a la pública en la recuperación del corazón de Málaga. El Ayuntamiento concede mensualmente permisos para medio centenar de viviendas en alguna de sus calles, lo que demuestra que, pese a la situación de desaceleración por la que atraviesa el mercado inmobiliario, el Centro constituye todavía un punto de atracción para los promotores.

Lugar para vivir

Así lo corroboran desde Infemar, una de las empresas con proyectos en el casco antiguo. «Pese a sus incomodidades, vuelve a ser un lugar para vivir y en eso ha tenido una gran importancia, además de la labor municipal, la de la iniciativa privada, porque es la que realmente apuesta por el desarrollo urbanístico de la zona», comenta Manuel García Recio, uno de los responsables de Infemar.No obstante, los inversores se quejan de la lentitud que les imponen los trámites burocráticos a la hora de desarrollar una actuación en el Centro. «Es verdad que la iniciativa privada está tomando las riendas en esta zona, pero hay demasiados condicionantes que entorpecen su trabajo, como el asunto de las catas arqueológicas», señala Antonio Trujillo, de la constructora Picasso, que critica que los permisos arqueológicos pueden demorar una obra durante un año, con los costes que ello conlleva.En el otro lado de la balanza se encuentran las intervenciones anunciadas y planificadas por diferentes administraciones públicas y que, debido a su lenta tramitación, no avanzan al mismo nivel de las privadas. La rehabilitación del mercado de Atarazanas, la puesta en valor del entorno cultural de la calle Alcazabilla y el sector de la antigua judería, la renovación del pavimento y peatonalización de diversas calles, la construcción de viviendas de protección pública para atraer población joven tanto por parte de la Junta de Andalucía como por el Ayuntamiento y los planes para dotar al Centro de nuevos equipamientos educativos, sociales y culturales son algunas de las propuestas que, aunque han avanzado ya en sus trámites correspondientes, no han llegado a materializarse y puede que, en algunos casos, tarden todavía varios años más en hacerlo.

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