miércoles, 13 de febrero de 2008

El Gobierno andaluz en pleno decidirá qué campos de golf podrán incluir viviendas (SUR)


Los proyectos de casi 20.000 casas quedan en el aire en la provincia con el nuevo decreto de la Junta. La normativa prevé que todas las instalaciones utilicen agua reciclada para el riego en el plazo de dos años

DECRETO DEL GOLF
Campos de interés turístico
Longitud: Para el recorrido de 18 hoyos -el mínimo permitido- será de al menos 6.000 metros.
Superficie: Los campos tendrán un mínimo de 70 hectáreas y 30 más por cada 9 hoyos adicionales.
Distancias: La mínima entre el eje de cada calle y la más próxima será, al menos, de 60 metros. La mínima entre el eje de cada calle así como desde todas las partes del green, incluidos, en su caso, los de práctica, hasta la primera edificación será de 90 metros -excluidos la casa club y las instalaciones de mantenimiento.
Vegetación: Un coeficiente del veinte por ciento de la superficie se destinará a la plantación de especies arbóreas o arbustivas autóctonas de bajo consumo hídrico.
Lagos: Estarán conectados con el sistema de riego con una capacidad de almacenamiento de agua no inferior a cien mil metros cúbicos.
Certificaciones: Obligación de tener, dentro de los tres primeros años desde la apertura del campo, la certificación de calidad ISO 9.000 y la ISO14.000.

La Junta de Andalucía permitirá seguir construyendo urbanizaciones junto a los campos de golf, aunque endurece el criterio para permitir promociones que, en cualquier caso, deberán ser de una alta calidad. Los promotores sólo tendrán dos caminos a partir del mes que viene, cuando se publique en el BOJA el Decreto Regulador de las Condiciones de Implantación y Funcionamiento de Campos de Golf en Andalucía, que ayer aprobó el Consejo de Gobierno: O realizan su proyecto en un terreno calificado como suelo urbanizable en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio, o apuestan por un campo de interés turístico, lo que supone una mayor inversión dadas sus prestaciones.Esta segunda opción es la que permite levantar casas junto a los terrenos de juego, aunque la parcela no sea urbanizable. Eso sí, sólo se podrán ejecutar con autorización expresa del Consejo de Gobierno de la Junta y siempre que cumplan con los parámetros indicados en el Plan de Ordenación del Territorio (POT) subregional que le afecte.«Se acabó eso de construir un campo de golf en medio de la nada y levantar mil o mil quinientas viviendas a su alrededor», resumió ayer el consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías.La normativa afectará de lleno a Málaga. En la provincia hay ya 46 clubes, tras la apertura en 2006 de los de Cerrado del Águila (en Mijas Costa) y Finca El Cortesín (en Casares). Esta cifra supone la mitad de todos los existentes en Andalucía. Además, existen otros 20 recorridos en proyecto, la mayoría en el interior (Antequera y Ronda) y en la costa axárquica. Según su diseño actual, todos ellos incluirían viviendas, y sumarían alrededor de 20.000 nuevas casas, que ahora quedan en el aire.
En suspenso
No obstante, Málaga copa menos del 30% de los proyectos previstos en toda Andalucía (unos 70). La mayoría lleva al menos dos años de tramitación y estará sujeta a la decisión del Consejo de Gobierno, al estar ubicados en suelos no urbanizables. La razón es evidente: según apunta Ángel de la Riva, presidente de la Federación Andaluza de Golf, con sede en Málaga, promover tal extensión de terreno en zonas urbanizables sería excesivamente caro.Este experto reconoce que el 90% de las nuevas instalaciones está a espera del visto bueno de la Junta. «Tras el decreto muchos se retirarán y otros tratarán de llegar a un consenso para seguir adelante», explica.Aunque desde 1997 la provincia ha visto cómo aumentaba el número de clubes en un 70%, De la Riva considera que aún hay espacio para más campos, sobre todo en el interior y en la costa oriental. Otra de las dudas que quedaban por resolver, la referente a la utilización de agua potable para regar los campos, también quedó solventada ayer: «No se podrá utilizar agua reservada para el consumo humano», apostilló Zarrías.El decreto establece un periodo de dos años para que los campos de golf existentes se adapten a las exigencias referidas al uso del agua. A este respecto, De la Riva recuerda que casi la mitad -19 instalaciones- ya se abastecen de líquido procedente de depuradoras con sistema de terciario (alcanzan la capacidad de reutilizar las aguas fecales), en su mayoría en el término municipal de Marbella: «Queremos regar con aguas recicladas, pero algunas son malísimas. Lo haremos cuando las depuradoras den un servicio correcto». A su juicio, en la actualidad el resto procede de pozos, muchos de ellos salobres y de mala calidad para el consumo humano.También deberán garantizar su uso turístico, por lo que la mayor parte de los derechos de juego no estarán sujetos a la condición de ser socio de un club. Andalucía se convierte así en la primera comunidad autónoma de España en regular esta actividad. La norma está dirigida a impulsar el desarrollo sostenible de estas infraestructuras deportivas y crear un segmento turístico de excelencia. La nueva norma ha recibido aportaciones de casi 40 entidades y organizaciones durante su periodo de audiencia pública.Unos 28.000 jugadores están federados en Málaga. Además, el turismo de golf atrae cada año en Andalucía a unos 360.000 turistas, de los que 250.000 son extranjeros, especialmente del Reino Unido y Alemania. Sus niveles de estacionalidad son muy bajos y el tipo de alojamiento que demandan es de hoteles de cuatro y cinco estrellas. Andalucía es la primera comunidad autónoma en número de instalaciones, con unos ingresos anuales de 512 millones de euros y 4.400 empleos directos.

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