domingo, 20 de abril de 2008

«Hay que abrir un periodo de reflexión para hallar la solución» (SUR)


El diseñador de la T-4 de Madrid-Barajas reconoce que en Marbella se hicieron «auténticas barbaridades» con las licencias y dice que no vale «legalizarlo todo»

Su trabajo es ecléctico y pragmático. De muchos de los edificios más emblemáticos de Madrid cuelga el sello de Antonio Lamela (Madrid, 1926): las torres Colón o el estadio Santiago Bernabeu. Pero sin duda su nombre se asocia directamente con la ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas, la T-4, la última gran obra que diseñó este prestigioso doctor arquitecto, creador también de algunos de los hoteles más señeros de la Costa del Sol. Estos días se pasó por Marbella, «mi segunda residencia», para pronunciar una magistral conferencia con motivo de la inauguración del I Congreso Marbella Tecnológica. Destinatario de uno de los premios más reconocidos de la arquitectura, Rey Jaime I, Lamela, autor también de un libro que hizo escuela, 'Geoísmo y Cosmoísmo', se ofreció gentilmente a repasar el estado del urbanismo en la ciudad.
¿Qué radiografía haría del estado del urbanismo en Marbella?
Bueno, en Marbella se han hecho auténticas barbaridades. Aquí se dieron todos estos años licencias de obra incluso en puntos geográficos que no eran de la competencia del Ayuntamiento. Y lo que es peor: todo esto sin que ninguna autoridad superior decidiera actuar para cortar de raíz el problema. La planificación brilló por su ausencia.
¿Cuál es ahora la solución?
Todo en la vida tiene remedio si se actúa con paciencia, tiempo y medios. También el urbanismo desaforado. Yo antes que nada me permitiría convocar un tiempo de reflexión, de pausa, para detenerme y pensar. Digo esto en primera persona, pero me refiero a las autoridades competentes como el propio Ayuntamiento. Hallar la solución correcta no es fácil, claro. Hay un problema de fondo y tremendo que tiene que ver con lo que se ha hecho ilegalmente, que ha sido mucho. Ahora bien, no se puede, como se escucha por ahí, legalizar todo lo que se hizo mal porque la primera consecuencia sería el derrumbamiento del estado de derecho. Hay que reflexionar y no es nada fácil. No podemos perder de vista el problema, al que hay que enfrentarse de cara.
¿Perdió mucho Marbella con toda esta crisis desde el punto de vista arquitectónico, del diseño urbanístico en la ciudad?
Marbella y España. Mucha gente de fuera no sitúa a Marbella dentro del mapa español; desconoce si está en el sur o en el norte. Lo que sí saben es que allí, es España, por el caso de Marbella, se actuó mal.
El ciudadano se detiene a contemplar la arquitectura y sus obras, pero ¿hacia dónde mira este arte?
Es verdad que desde que nacemos hasta que morimos estamos sometidos a la arquitectura. Incluso cuando estamos en el campo somos capaces de advertir la presencia de un edifico que asoma tímidamente por el horizonte. Todo es arquitectura. Vale, pero tampoco estoy de acuerdo con algunos de sus profesionales cuando sobrevaloran su importancia. Para nada. La arquitectura tiene que ir enfocada a hacer una ciudad más amable y un urbanismo también más adaptado a las necesidades del ser humano. Todo en la vida está relacionado y de lo que se trata, también por parte de la arquitectura, es de hacer una sociedad más permeable al conocimiento.
También en la arquitectura surge la contradicción. Una sociedad más amable y sin embargo un grupo terrorista como ETA atenta y provoca el pánico y hasta la muerte en una de sus grandes obras, el edificio de la T-4 de Madrid-Barajas.
Así es. Siempre tuve la sensación de que ETA atentaría allí porque lo que este grupo terrorista busca es publicidad por encima de todo. No me acerqué al lugar hasta pasados unos días por recomendación. Tengo que decir que la T-4, ejemplo de la arquitectura flexible, resistió perfectamente la acción, no así el aparcamiento, estructura rígida.

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