domingo, 20 de abril de 2008

La terminal que transformará el aeropuerto encara su recta final (SUR)


La nueva zona de embarque y los accesos al edificio estarán terminados a finales de este año, mientras que la segunda pista avanza a buen ritmo

EL PLAN MÁLAGA
Estado de cada fase de los trabajos de ampliación del aeropuerto:
Nueva terminal: Estará concluida a finales de este año. La cubierta comenzará a instalarse antes de verano. En los subterráneos albergará una estación de autobuses, que está muy avanzada, al igual que la nueva sala de embarque.
Acceso viario: La próxima semana terminará la excavación del túnel para acceder a la terminal.S
egunda pista: Concluirá a finales de 2009. Se trabaja en la adecuación de la zona Norte.
Cercanías: El tren discurrirá bajo la segunda pista y el río Guadalhorce. El túnel comenzará a excavarse en septiembre.
Central eléctrica: Ya está construida. Permitirá aportar 66.000 voltios, el triple que la anterior.
EL trasiego de camiones, de usuarios, turistas, taxis y trabajadores es frenético en el único acceso existente a la actual terminal. Es jueves y los responsables del Plan Málaga, que gestiona la ampliación del aeropuerto, ya están acostumbrados a que ese día se dispare la entrada y salida de viajeros en el recinto. «Tenemos un aeropuerto dentro de una obra, no una obra en el aeropuerto», bromea el director del Plan Málaga, Ramón de Bustos. Pero no por mucho tiempo. La futura terminal ya ha entrado en la cuenta atrás y concluirá a finales de este año, para entrar en servicio a mediados del siguiente.Visto desde la terraza de la terminal actual, los fustes de las inmensas columnas se elevan en medio de un amasijo de piezas de hierro y hormigón que sólo parecen tener orden bajo el ojo experto de los ingenieros.Ramón de Bustos, director del Plan Málaga, muestra una foto de satélite. Se toman cada tres meses y permiten seguir la evolución de los trabajos desde el cielo. La nueva terminal y la segunda pista ya se dibujan con claridad. Al Norte, la Hiperronda se abre paso en el Valle del Guadalhorce.De vuelta a la tierra, la comitiva se adentra en las entrañas de la terminal, al que los vehículos accederán a través de un túnel, con dos carriles por sentido y doble dirección. La próxima semana se completará la excavación del subterráneo, que asumirá el tráfico de la nueva terminal procedente del Sur. Los trabajos se realizan de noche para no perjudicar a la actividad del aeródromo.
Estación de autobuses
Los dos sentidos están separados por un muro, aunque con puntos de enlace entre ambos. Los tubos están tratados con un revestimiento contra el fuego, y el acceso estará prohibido para los materiales peligrosos. Desde el túnel se accede a la nueva estación de autobuses y microbuses, una extensión enorme, con columnas que le dan un aspecto de templo egipcio. Las dársenas de estacionamiento ya están preparadas para recibir los vehículos.El ruido de los camiones, las excavadoras y las radiales al cortar el hormigón es ensordecedor. No en vano, más de 800 obreros trabajan en simultáneo en la terminal para que las obras acaben cuanto antes. Más de un millar si se cuentan los de la segunda pista. Ya han pasado dos años desde que empezaron las obras y los trabajos van a un ritmo frenético.En el mismo subterráneo, pero en la cara interna, en el sótano del edificio se ubicarán los sistemas de tratamiento de equipajes. Ya se dibujan varias estancias para almacenes, oficinas y equipamiento. El edificio tendrá unos 250.000 metros cuadrados. Desde ese nivel se puede ver el lateral de la terminal Pablo Ruiz Picasso, de la que se ha derribado una parte para poder continuar los trabajos. Estarán comunicadas entre sí. Un nivel más arriba, un entramado de pasarelas y escaleras mecánicas dará acceso al edificio terminal, la estación del tren y la de autobuses. «Es el intercambiador de la terminal», apunta Ramón de Bustos. Desde allí, un usuario podrá ir a cualquier punto del aeropuerto: a salidas, a llegadas, a los transportes públicos y al aparcamiento. En algunos puntos ya se puede ver el panelado de granito que rematará las paredes.Cerca de allí se abre lo que los técnicos denominan el «atrio», una plaza pública y peatonal, de uso ciudadano, con zonas verdes, negocios y áreas de estar para tomar una caña al sol. Es el foro público de esta gran ciudad aeroportuaria.
Llega la cubierta
El remate de la actuación, la cubierta, se levantará antes de verano con la ayuda de enormes gatos hidráulicos. Se hará por tramos de 50 por 30 metros, y posteriormente, uno a uno, se colocarán los remates, que tienen forma de casetones. La zona más avanzada es lo que los técnicos llaman «el dique», esto es, la sala de embarque de la futura terminal, en la que ya están visibles varios de los puentes que contactarán con los 'finger' de los aparatos. A finales de año el edificio estará completamente acabado y los obreros dejarán paso a los técnicos para que hagan las pruebas necesarias. La apertura al público se producirá a mediados de 2009.
La segunda pista
En este punto, la comitiva se encamina a lo que los ingenieros llaman el campo de vuelos, la nueva pista, para los profanos, que se encuentra entre la terminal y el Guadalhorce. El cauce alto del río, el que ocuparía en caso de subir de caudal, es una gran pradera lineal, salpicada de colores, donde caballos y mulos pastan a sus anchas. Al otro lado del pequeño vial ya se dibuja la traza, de unos tres kilómetros de longitud.Los terrenos ya se han desbrozado y en la zona Norte se están llenando de tierra para asentarlo, lo que facilitará el trabajo tanto en superficie como en subterráneo: en septiembre se iniciará el túnel de la nueva línea del tren de Cercanías, que tendrá una parada bajo el nuevo edificio de pasajeros. Será la primera vez que se empleará una tuneladora en la capital malagueña. «Necesitamos unos 6 o 7 millones de metros cúbicos de tierra», indica De Bustos, y al tiempo señala a un montículo cercano: «Ahí tenemos acopiados 800.000 metros cúbicos». Desde esa posición, en el extremo Sur, la torre de control aparece como una pequeña columna que se ensancha en su parte superior. Aunque estará en servicio a mediados de 2010, los aviones ya pasan muy cerca de los gigantescos camiones 'dumper' cuando se aproximan a tierra. Dentro de apenas dos años esa será la primera estampa de Málaga para millones de viajeros.

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