Temen que la pérdida de beneficios reste recursos a las empresas para garantizar la seguridad de los trabajadores. Controlará polígonos industriales y maquinaria
La crisis inmobiliaria es un arma de doble filo. Por un lado, reduce la actividad en el sector de la construcción y, por tanto, las prisas por acabar las promociones que solían afectar a los obreros, obligados, muchas veces, a echar horas extras y trabajar en situaciones que no eran las más adecuadas. Pero, por otro lado, la pérdida de beneficios de las empresas que provoca el frenazo del ladrillo podría significar una reducción de gastos en la prevención de la siniestralidad laboral. No tiene por qué ocurrir, confía Mercedes Muñoz, la jefa de la Inspección de Trabajo de Málaga. Sin embargo, los funcionarios de este organismo fiscalizador redoblarán esfuerzos para evitar que la desaceleración económica tenga consecuencias negativas en la seguridad de los trabajadores.Muñoz explicó que el hecho de que haya menos obras también permitirá a los inspectores y subinspectores atender otros sectores empresariales. "No es que antes estuvieran desatendidos, pero este año nuestra previsión es llevar a cabo más visitas en otro tipo de centros de trabajo, como naves industriales y lugares donde exista maquinaria, donde a veces ocurren percances dolorosos", añade.Requerimientos. A veces, la irregularidad detectada por los inspectores es fragrante y, de inmediato, se firma un acta de infracción. En otras ocasiones, lo que hacen los funcionarios es solicitar información adicional para aclarar dudas, para que subsane el fallo detectado o para que liquide. Son los requerimientos. Pero la actividad de la Inspección de Trabajo no se limita a las visitas. "En muchas ocasiones, llamamos a los responsables de las empresas, para que aporten datos de su actividad, se comprueban documentos, se abren expedientes...", concluye Muñoz. En total, durante el pasado año 2007, la Inspección de Trabajo realizó 44.223 actuaciones, que afectaron a 17.180 empleados de la provincia.
La crisis inmobiliaria es un arma de doble filo. Por un lado, reduce la actividad en el sector de la construcción y, por tanto, las prisas por acabar las promociones que solían afectar a los obreros, obligados, muchas veces, a echar horas extras y trabajar en situaciones que no eran las más adecuadas. Pero, por otro lado, la pérdida de beneficios de las empresas que provoca el frenazo del ladrillo podría significar una reducción de gastos en la prevención de la siniestralidad laboral. No tiene por qué ocurrir, confía Mercedes Muñoz, la jefa de la Inspección de Trabajo de Málaga. Sin embargo, los funcionarios de este organismo fiscalizador redoblarán esfuerzos para evitar que la desaceleración económica tenga consecuencias negativas en la seguridad de los trabajadores.Muñoz explicó que el hecho de que haya menos obras también permitirá a los inspectores y subinspectores atender otros sectores empresariales. "No es que antes estuvieran desatendidos, pero este año nuestra previsión es llevar a cabo más visitas en otro tipo de centros de trabajo, como naves industriales y lugares donde exista maquinaria, donde a veces ocurren percances dolorosos", añade.Requerimientos. A veces, la irregularidad detectada por los inspectores es fragrante y, de inmediato, se firma un acta de infracción. En otras ocasiones, lo que hacen los funcionarios es solicitar información adicional para aclarar dudas, para que subsane el fallo detectado o para que liquide. Son los requerimientos. Pero la actividad de la Inspección de Trabajo no se limita a las visitas. "En muchas ocasiones, llamamos a los responsables de las empresas, para que aporten datos de su actividad, se comprueban documentos, se abren expedientes...", concluye Muñoz. En total, durante el pasado año 2007, la Inspección de Trabajo realizó 44.223 actuaciones, que afectaron a 17.180 empleados de la provincia.
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