Antonio Morcuende ha ejecutado cuatro desahucios de inquilinos que no le pagaban. Ha perdido 26.000 euros
En los últimos meses ha tenido que forzar el desahucio de cuatro inquilinos diferentes que dejaron de pagarle las cuotas acordadas. Antonio Morcuende, un transportista jubilado de Extremadura pero que reside en Alhaurín de la Torre desde hace más de 30 años, ha sufrido y está sufriendo las consecuencias de la crisis económica desde el lado opuesto: no del que tiene que pagar por mantener el techo, sino del que no cobra las mensualidades acordadas."Lo que tengo lo conseguí cuando trabajaba, echando muchas horas, pagando muchas letras, dejando sola a mi mujer con mis hijas pequeñas para irme a Navarra, a Huelva... Y ahora me encuentro con inquilinos que no pagan. Ya he perdido más de 26.000 euros y no confío en recuperar más que una pequeña parte, aunque al menos he conseguido que se vayan", asegura Antonio, inmerso en procesos judiciales diversos.El caso más curioso es el de una de sus vivendas, en Alhaurín de la Torre, cuyos dos morosos son hermanos: "Le arrendé la casa al primero, que me dejó seis meses a deber antes de irse porque había comprado un piso en propiedad", relata. Después entró su hermano, que estuvo un año sin abonar las cuotas antes de que el juez ordenara su desalojo forzoso. Antonio lamenta su error al alquilar la vivienda a una persona cuyo hermano había dejado de pagar y sólo alberga esperanzas de recuperar lo perdido en el caso del primero, "que tiene propiedades que pueden ser embargadas". Del otro se olvida.Algo parecido le ocurre con otra propiedad en Cártama Estación, aunque en este caso con un solo inquilino. Dos años alojado y más de uno sin abonar la mensualidad. Antonio ya conocía la manera de proceder en esta situación, acudió al juzgado y logró el desahucio. Pero de cobrar, nada. Lo mismo que ocurrió en otra casa en su pueblo, Villanueva de la Vera, en Extremadura. Antonio está indignado con la Justicia por lo que considera indefensión del arrendador. Por eso, a partir de ahora sólo alquilará sus propiedades con la mediación de la Junta de Andalucía o el Gobierno, que garantizan los cobros. Las viviendas que tiene vacías ya las ha puesto en manos de las agencias públicas de alquiler porque no quiere pasar por lo mismo.Antonio se ha gastado más de 4.500 euros en minutas de abogados y ha dejado de cobrar 21.500 euros en cuotas, y eso sin contar los gastos añadidos de las viviendas. Por eso, ahora, que tiene a otro inquilino que le ha dejado de abonar tres pagos, ha decidido darle un ultimátum: o se va ya, o forzará su desahucio.
En los últimos meses ha tenido que forzar el desahucio de cuatro inquilinos diferentes que dejaron de pagarle las cuotas acordadas. Antonio Morcuende, un transportista jubilado de Extremadura pero que reside en Alhaurín de la Torre desde hace más de 30 años, ha sufrido y está sufriendo las consecuencias de la crisis económica desde el lado opuesto: no del que tiene que pagar por mantener el techo, sino del que no cobra las mensualidades acordadas."Lo que tengo lo conseguí cuando trabajaba, echando muchas horas, pagando muchas letras, dejando sola a mi mujer con mis hijas pequeñas para irme a Navarra, a Huelva... Y ahora me encuentro con inquilinos que no pagan. Ya he perdido más de 26.000 euros y no confío en recuperar más que una pequeña parte, aunque al menos he conseguido que se vayan", asegura Antonio, inmerso en procesos judiciales diversos.El caso más curioso es el de una de sus vivendas, en Alhaurín de la Torre, cuyos dos morosos son hermanos: "Le arrendé la casa al primero, que me dejó seis meses a deber antes de irse porque había comprado un piso en propiedad", relata. Después entró su hermano, que estuvo un año sin abonar las cuotas antes de que el juez ordenara su desalojo forzoso. Antonio lamenta su error al alquilar la vivienda a una persona cuyo hermano había dejado de pagar y sólo alberga esperanzas de recuperar lo perdido en el caso del primero, "que tiene propiedades que pueden ser embargadas". Del otro se olvida.Algo parecido le ocurre con otra propiedad en Cártama Estación, aunque en este caso con un solo inquilino. Dos años alojado y más de uno sin abonar la mensualidad. Antonio ya conocía la manera de proceder en esta situación, acudió al juzgado y logró el desahucio. Pero de cobrar, nada. Lo mismo que ocurrió en otra casa en su pueblo, Villanueva de la Vera, en Extremadura. Antonio está indignado con la Justicia por lo que considera indefensión del arrendador. Por eso, a partir de ahora sólo alquilará sus propiedades con la mediación de la Junta de Andalucía o el Gobierno, que garantizan los cobros. Las viviendas que tiene vacías ya las ha puesto en manos de las agencias públicas de alquiler porque no quiere pasar por lo mismo.Antonio se ha gastado más de 4.500 euros en minutas de abogados y ha dejado de cobrar 21.500 euros en cuotas, y eso sin contar los gastos añadidos de las viviendas. Por eso, ahora, que tiene a otro inquilino que le ha dejado de abonar tres pagos, ha decidido darle un ultimátum: o se va ya, o forzará su desahucio.
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