martes, 5 de agosto de 2008

El narcotráfico se camufla mejor donde el urbanismo crece sin mucho control (Málaga Hoy)

El magistrado José Godino dice que esta realidad, que trae de cabeza a las autoridades, afecta a muchas ciudades costeras
El blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico se encuentra con menos obstáculos en aquellas zonas donde el crecimiento urbanístico se ha saltado todos los controles que marca la ley. Esta es una de las ideas que ayer expuso el presidente de la Sala Primera de la Audiencia Provincial de Málaga, José Godino, durante su intervención en uno de los cursos de verano que la Universidad de Málaga (UMA) está impartiendo en el Palacio de Ferias y Congresos de Marbella.El magistrado, que participó en el curso La drogodependencia y el narcotráfico: presente y futuro de un grave problema social y jurídico, señaló que el dinero que obtienen las redes de narcotraficantes logra camuflarse con "mayor facilidad" en zonas de litoral como la Costa del Sol, Valencia o Alicante, donde se ha construido de una forma "desmesurada" por los distintos problemas urbanísticos. Godino, que quiso dejar claro que se trata de una realidad que afecta a la mayoría de ciudades costeras, apuntó que en estos lugares "se puede comprar determinados bienes inmuebles a un precio muy alto, sin que se investigue la procedencia de ese dinero".Por el contrario, el presidente de la Sala Primera no cree que la Costa del Sol se haya convertido en un refugio de narcotraficantes, ya que éstos se mueven con la misma facilidad que en otros puntos calientes del territorio español. En lo que está de acuerdo es que el delito de blanqueo de capitales ha cobrado especial relevancia en la zona debido a los casos de corrupción política que han quedado al descubierto en los últimos años.De todos modos, José Godino quiso aprovechar su intervención para poner el acento en otro problema que trae de cabeza a las autoridades policiales y judiciales en la Costa del Sol: los asaltos a viviendas por parte de bandas extranjeras "muy peligrosas".En su opinión, se trata de un fenómeno que provoca bastante temor porque sus miembros, procedentes de grupos paramilitares, emplean "una fuerza física inusual hasta ahora en España". "Antes estábamos acostumbrados a nuestros carteristas, hoy día ni los agentes policiales, ni los órganos jurisdiccionales estamos preparados para esta violencia inusitada que tiene lugar en nuestras casas", continuó el juez.

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