martes, 12 de agosto de 2008

Investigando la Atarazana (La Opinión)


Las catas arqueológicas bajo el mercado descubren la complejidad urbana de la ciudad, con restos que se entremezclan desde la época nazarí (siglo XIV) hasta el siglo XIX, cuando se construyó el actual edificio. Los operarios han desmontado la cristalera principal para su restauración
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El mercado de Atarazanas es ahora un esqueleto de metal que se ha liberado de añadidos y postizos. Sin embargo, los trabajos de rehabilitación de este edificio del siglo XIX no sólo se centran en recuperar todo lo que queda a la vista. También se ha hurgado en las entrañas del terreno. Bajo el suelo que durante siglos ha sido pisado por los malagueños. Excavando se han localizado numerosos restos arqueológicos que hablan de la historia de la ciudad. Aunque no siempre de forma clara.La responsable del departamento de Arqueología de la Gerencia de Urbanismo, Carmen Peral, reconoció que las catas realizadas han provocado más preguntas que respuestas sobre la historia de la ciudad. La riqueza de los restos encontrados ha sido notable, pero con la peculiaridad de que la zona de Atarazanas es como un resumen enmarañado de la ciudad entre los siglos XIV y XIX. Se superponen los distintos cimientos y las fechas de construcción. Los edificios se han ido reutilizando y reformando de forma sucesiva, lo que muestra la vitalidad e importancia de las antiguas Atarazanas de la ciudad, que han estado en uso permanente.Peral reconoce que la mezcla de tipos de materiales y de cimientos ha dificultado mucho los trabajos realizados por la empresa Taller Investigaciones Arqueológicas. De hecho, las conclusiones del informe no muestran ideas muy claras sobre esta zona. Sí que hay restos de la época nazarí, los más antiguos y que muestran trazas del primer edificio levantado en la zona para la construcción de barcos. Tomados con todo el cuidado que requiere la complejidad de este estudio, parece que datan del siglo XIV.La arqueóloga municipal señala que precisamente estos restos son los que despiertan más curiosidad, ya que no han sido construidos con la misma técnica que el coetáneo castillo de los Genoveses. Esta instalación militar de la época nazarí fue muy estudiada al descubrirse sus restos durante la construcción de la plaza de la Marina. El principal elemento que llamó la atención fue el uso de la madera "en los muros para el encofrado y los pilotes". Esto era propio de la misma época en la que fueron construidas las Atarazanas de la ciudad. Sin embargo, el uso de la madera aparece en algunos de los muros "pero no en los más antiguos".El principal problema de los investigadores es que se han ido mezclando los distintos materiales y cimientos con los originales. Una práctica que se aprecia desde el siglo XIV hasta el XIX, con la construcción del actual mercado de abastos en 1876, fruto de un proyecto de Joaquín de Roucoba. Realmente, el derribo del antiguo edificio de las Atarazanas para levantar el mercado, exceptuando el arco de mármol de la entrada principal, terminó con un inmueble con numerosos cambios y alteraciones desde la época nazarí, tal y como se ha podido apreciar en las catas.Carmen Peral no descarta que futuras excavaciones arqueológicas en los alrededores puedan aclarar un poco el desarrollo de esta zona de la ciudad, con tanta mezcla de usos y edificios. Además, cuentan con el problema de una notable ausencia de documentación de archivo que describa las actuaciones realizadas a lo largo del tiempo.Las catas se encuentran prácticamente terminadas, mientras que las obras de remodelación del mercado continúan con la instalación de las infraestructuras que darán servicio a los puestos. Durante los meses previos se ha procedido a eliminar los distintos postizos que se han ido añadiendo con el tiempo al inmueble, como la entreplanta, el techo de uralita y el aislamiento, que además era de un material contaminante.Restauración. Una de las últimas actuaciones en estos días ha sido la retirada de la gran cristalera que cubre la parte trasera del mercado de abastos. En abril recibió ya una primera limpieza y se comprobó el buen estado que presentaba, pese a la pérdida de algunos elementos. Los operarios de Sacyr, empresa encargada de la obra de rehabilitación, han desmontado una a una las distintas planchas de la cristalera para su restauración y conservación durante los trabajos en el interior.Los paneles, que son muy frágiles, se volverán a montar una vez que se esté terminando el arreglo de la estructura se volverá a montar la cristalera, tras consolidarla y reintegrar las piezas que faltan.La empresa Sacyr es la adjudicataria de este proyecto de rehabilitación, por un importe de 6,93 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses. Las obras comenzaron en enero y se están cumpliendo los plazos, de forma que el nuevo mercado estará para el verano de 2009, con los 260 puestos que tenían antes de los trabajos.

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