domingo, 15 de febrero de 2009

Las empresas de construcción recurren a la obra pública para recuperar su actividad. Marbella (SUR)

Las pymes se vuelcan con los proyectos de los planes de empleo, en algunos casos con temor de que la falta de aval bancario les deje fuera

El tren ya está en marcha y nadie quiere quedarse en la estación. La maquinaria de los planes estatal y regional para fomentar el empleo, que dejarán en la ciudad 25,6 millones de euros para obras públicas con el fin último de arañar durante unos meses parados a las listas del desempleo, está más que engrasada y las constructoras están reaccionando como se esperaba. Las pequeñas y medianas empresas de la ciudad se afanan estos días en buscar asesoramiento, recopilar toda la documentación y presentar sus ofertas al medio centenar de concursos públicos abiertos por el Ayuntamiento para intentar recuperar su actividad, venida a menos por el parón del 'ladrillo'. Ya se sabe, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. La economía aprieta y el negocio hay que buscarlo allá donde esté, en este caso al calor de las administraciones locales.
El goteo de interesados en hacerse con alguna de las obras, que en algunos casos superan los dos millones de euros, es continuo. Dan fe en la Unidad de Contratación del Ayuntamiento, epicentro estos días de las gestiones de los 47 proyectos que se financiarán con cargo al Plan Estatal de Inversión Local del Gobierno central -conocido como 'Plan ZP- que dejará este año en Marbella 22,3 millones de euros, y los cuatro sufragados por el Programa de Transición al Empleo (Proteja) de la Junta de Andalucía, con una cuantía global de 3,2 millones de euros. «Teniendo en cuenta que son proyectos con presupuestos muy altos y que el plazo para presentar las ofertas es muy corto -al ser por la vía de urgencia se limita a diez días- el volumen de ofertas que se está recibiendo es enorme», confirman en el departamento.
Más demanda
Lo demuestra el hecho de que a las dos primeras actuaciones licitadas y con el plazo de recepción de propuestas concluido, caso de la remodelación de la avenida de Las Cumbres de Las Chapas y de la mejora en la red de pluviales de la supermanzana JKL de Nueva Andalucía, hayan concurrido siete y ocho ofertas respectivamente, cuando la media en situaciones normales ronda las tres empresas. Y eso sólo con las dos primeras. Aún restan 49 más.
La demanda de información, paso previo a postularse como adjudicatario, también es continua. No sólo a través de la propia Unidad de Contratación o de la página web del Ayuntamiento, donde se cuelgan todos los concursos de obra pública. Los colectivos de pymes y de constructores dan un toque de atención a sus asociados para que no dejen pasar la oportunidad de subirse al carro en una época donde el sector inmobiliario ha echado el freno.
«Estamos asesorando todo lo que podemos para orientarles sobre cómo deben acudir a la licitación», explica Violeta Aragón, gerente de la Asociación de Constructores y Promotores. No tiene duda del interés que despiertan ambos planes entre los constructores. «El sector está totalmente parado y la obra pública en la única oportunidad de trabajo. Lo ven como una salida temporal», añade. La misma actividad frenética viven estos días en la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Marbella y San Pedro Alcántara (Apymem). Su presidenta en funciones, África Pino, alude también al tirón de la fórmula de las uniones temporales de empresas. «Se están haciendo entre algunas para ver si las obras se pueden quedar aquí», apunta.
En el caso de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de San Pedro Alcántara (Apymespa), la acogida es más tibia, según señala su gerente, María José Fernández. Lo achaca quizá a que parte de sus más de 300 asociados no se asemejen al perfil para acometer las obras o a que no puedan concurrir por ser entidades modestas. También a que finalmente, recibida la información, hayan ofertado sin comunicárselo.
Dinero seguro
En lo que sí coinciden todos es en que es una oportunidad única que esperan no se vea truncada por el tira y afloja con los bancos. Algunas empresas ya han mostrado su temor a que la falta de avales les apee de los concursos. Desde la Asociación de Constructores y Promotores lo descartan. «Hemos hablado con algunos bancos y no habrá problemas porque es dinero seguro», añade Aragón.

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