domingo, 30 de agosto de 2009

Reválida en septiembre para los proyectos suspendidos. Málaga (LAOPINION)

Siete importantes asuntos de la capital están pendientes de resolver su futuro en los próximos meses mediante la negociación entre el Ayuntamiento, la Junta y el Estado.


MIGUEL FERRARY. MÁLAGA El paso por el colegio ha dejado una profunda huella en todos. Quizá por eso, al llegar el 1 de septiembre, todos tenemos una profunda sensación de comienzo, no de continuación del año. Más incluso que el 1 de enero. En el caso de Málaga está la peculiaridad de que las administraciones no echan a andar su maquinaria hasta el día 9 de septiembre, tras la festividad de la Virgen de la Victoria.

Será a partir de esa fecha cuando los políticos de las tres administraciones (Ayuntamiento de Málaga, Junta y Estado) saquen sus agendas para desbloquear proyectos que se han quedado en suspenso por distinto motivo y que requieren de un acuerdo para desbloquearlo. Hemos identificado siete fundamentales, aunque algunos están muy relacionados entre sí. Los temas a resolver son el PGOU de la ciudad, la protección de Arraijanal, el museo del transporte del Campamento Benítez, el Auditorio, el macrohospital, la semipeatonalización de la avenida Velázquez y el bulevar sobre las vías del tren soterradas.

1.Urbanismo
La ordenación urbana de la ciudad se ha convertido en un verdadero campo de batalla entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. La aprobación de la reforma del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ha desvelado las profundas diferencias entre las dos administraciones. Aunque públicamente las declaraciones son de colaboración y de interés por llegar a un acuerdo, lo cierto es que la administración andaluza se ha encargado de tumbar algunos de los proyectos más significativos de la reforma del PGOU, o por lo menos, en los que más apostaba el alcalde, como la construcción al norte de la Ronda Este o el desarrollo residencial de Arraijanal, además de otros asuntos de menos calado, como el traslado del colegio de los Maristas. Pero también se ha cuestionado, aunque en este caso con un informe de Aviación Civil, la conveniencia de los rascacielos en la Térmica y Repsol, para los que se ha exigido que se reduzcan la altura.
Las negociaciones entre los técnicos de ambas administraciones están en curso, aunque con dos mensajes claros y contrapuestos. La Junta insiste en que no dará marcha atrás a sus argumentos. Y el Ayuntamiento no renuncia a sus planteamientos. Habrá que ver si se opta por el acuerdo o la resignación.

2.Arraijanal
Otra de las polémicas calentitas para este otoño. La Junta insiste en reservar el suelo para un gran parque, al que compromete inversión y un proyecto. Asegura tener el acuerdo de los propietarios y sólo queda ver cómo se les compensa. El Ayuntamiento insiste en que se construya en la última zona virgen del litoral.

Lo peculiar del caso es que el Consistorio pone más interés y ardor que los propietarios. Las razones de tanto empeño se escapan de la lógica. O no. Porque los promotores de las 600 viviendas proyectadas en Arraijanal abonarían 28 millones de euros al Ayuntamiento, que no pasa por su mejor momento económico.

3.Infraestructuras
Concretar una inversión pública en la ciudad es un calvario. El desencuentro entre las administraciones es una rémora desesperante. Pero hay tres proyectos que, antes de final de año, deben despegar.

El más avanzado es el Auditorio en la plataforma de San Andrés. El proyecto de ejecución está redactado, aunque se han solicitado algunas modificaciones para ajustar su abultado presupuesto. Y en esto sí han insistido todas las administraciones. Todo hace pensar que podrá despegar antes de 2010.

El Museo del Transporte en el Benítez avanza pese a la desconfianza municipal. La última noticia es el Ministerio de Fomento presentará, entre septiembre y octubre, un calendario de obra por fases, para adelantar su puesta en marcha.

El macrohospital es, sin embargo, la cuadratura del círculo. La Junta pide imposibles para una idea que no cuenta ni con proyecto ni financiación, mientras el Ayuntamiento propone soluciones a otras necesidades. Es como si las dos administraciones se reuniesen para hablar de distintos temas en dos idiomas incomprensibles.

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