martes, 8 de septiembre de 2009

La casa de la provincia. Málaga (SUR)

Hospital de campaña en la guerra con Marruecos, orfanato, colegio y punto de encuentro ciudadano. El Centro Cívico de la Diputación guarda entre sus paredes más de un siglo de historia.

El Centro Cívico, junto a la Diputación.

Al recorrer sus pasillos interiores, es difícil imaginarse que hace casi un siglo, a la hora del almuerzo, centenares de niños correteaban por ellos bajo la atenta mirada de una treintena de monjas que los organizaban para ir al comedor. Pero al mirar hacia arriba en una de las galerías de acceso, una campana centenaria traslada a aquellos años. Es la misma que las religiosas hacían sonar a la hora de la comida, de la misa o para avisar a la hermana superiora, sor Teresa Prat, de que venía el médico.
También testigo del paso del tiempo se mantiene el nogal en el que los niños y niñas jugaban y hacían travesuras. Está en uno de los patios del Centro Cívico de la Diputación Provincial, el mismo que desde hace más de veinte años funciona como punto de encuentro y de participación ciudadana en el desarrollo social, cultural y económico de la provincia de Málaga. Pero tras su emblemática fachada, las paredes y suelos de esta institución hablan de otros tiempos, de aquellos en los que sus más de 4.500 metros cuadrados acogieron a heridos de la guerra de Marruecos y después a miles de niños huérfanos, marginados, delincuentes o con problemas familiares que pasaron allí su infancia.
Guerra con Marruecos
Rodeado de cañas de azúcar y sobre unos terrenos de más de 30.000 metros cuadrados, a principios del siglo XX comienza la construcción del Hogar Provincial Nuestra Señora de la Victoria, un hospicio que se conocía popularmente como Casa de la Misericordia, término que dio nombre a la zona en la que se ubica. Con un presupuesto de 986.905 escudos -unos 15.000 euros de hoy-, el arquitecto jefe provincial Juan Nepomuceno Ávila se puso manos a la obra. Antes de que se inaugurara, el enfrentamiento bélico con Marruecos convirtió el edificio en un hospital de campaña para atender a los heridos de la guerra.
Tras estos acontecimientos, la Diputación Provincial recuperó el centro, que era administrado por la Junta Provincial de Beneficencia. Niños y niñas necesitados mayores de seis años de todos los municipios de Málaga -los más pequeños iban a la 'Gota de leche'- ingresaron en el orfanato, que posteriormente también tuvo una función educativa. Así, se crearon unidades escolares y los primeros talleres, donde los menores aprendían oficios como carpintería, pintura, albañilería o jardinería.
El taller de imprenta se encargaba de la publicación del Boletín Oficial de la Provincia (BOP), que hoy día también sale de allí, del Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (CEDMA), situado en un edificio anexo al principal. Allí también está el archivo provincial, donde se guardan los documentos oficiales de la Diputación.
Una treintena de monjas de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl se encargaban de velar por los niños, muchos de ellos hijos de fallecidos en la Guerra Civil. El hospicio era como una pequeña ciudad en la que no faltaba una lavandería, un enorme huerto, una vaquería, una zapatería y un campo de fútbol. Parte de estos terrenos se cedieron para construir el actual edificio de la Diputación.
La madre superiora, Sor Teresa Prat, gobernó el centro durante más de medio siglo, labor que le valió para que el Ayuntamiento de Málaga le diera su nombre a la avenida que desemboca en el actual Centro Cívico, también llamado Casa de la provincia, que inició su funcionamiento en los años 80.
Sus 29 salas, bautizadas con los nombres de diversos municipios malagueños, que hoy acogen actos culturales, sociales, encuentros ciudadanos, reuniones de comunidades de vecinos, actos de partidos políticos o sindicatos y exposiciones albergaban en aquellos años los dormitorios de los pequeños.
En la actualidad, en la segunda planta del edificio hay unos 70 dormitorios a disposición de malagueños, españoles y extranjeros que llegan a la capital para participar en alguna actividad social o cultural en colaboración con la Diputación o simplemente para pasar un día de playa o visitar un museo en excursiones que organizan los ayuntamientos de la provincia, principalmente los del interior. En 1989 sirvió de alojamiento para damnificados por las inundaciones y hace unos meses a víctimas del tornado.
Plantilla e instalaciones
Unas 130 personas trabajan en el Centro Cívico -algunas de ellas antiguos alumnos-, que cuenta con tres salones de actos, un comedor con capacidad para 254 comensales, una biblioteca con 6.200 volúmenes y una videoteca con más de 300 películas. Con un presupuesto anual de 2,2 millones de euros, tiene su futuro asegurado, según señala el diputado Luis Reina, aunque existe un proyecto «muy ambicioso» que contempla la construcción de otro edificio más moderno y vanguardista para acoger las dependencias que la Diputación tiene dispersas por la capital, pero que en ningún caso, según Reina, supondría la desaparición del actual, que estudian ampliar con una tercera planta.
MÁS INFORMACIÓN Imágenes antiguas cedidas por: ADPML LG 4609, Memoria General 1939 y ADPM L 4820 Memoria General 1931-1934.

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