domingo, 25 de julio de 2010

Jerónimo Junquera, arquitecto autor del proyecto del Palmeral de las Sorpresas en el muelle 2. (SUR)

25.07.2010 -
JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es
MÁLAGA.

Jerónimo Junquera, arquitecto autor del proyecto del Palmeral de las Sorpresas en el muelle 2: «Con la supresión de la verja no se soluciona el problema de unir la ciudad con el puerto»
Junquera es el autor del palmeral levantado en el muelle 2. :: A. SALAS
Para conocer los motivos por los que la Junta de Andalucía optó por mantener la antigua verja del puerto en la plataforma elevada del Palmeral de las Sorpresas, que construye en el muelle del paseo de los Curas, nada mejor que dirigirse al arquitecto autor de este proyecto, Jerónimo Junquera, que fue quien propuso su conservación como un elemento histórico de la ciudad. En declaraciones a SUR asegura que no tiene problema en derribarla, como así lo anunció el pasado viernes el Gobierno andaluz, porque esto no afecta en ni en positivo ni en negativo a la operación puerto-ciudad, ya que el verdadero problema por resolver es cómo salvar los cinco carriles de tráfico del eje del paseo de los Curas, al que califica de «foso de cocodrilos». Por ello, no es partidario de abrir entradas al palmeral desde ese paseo, como se ha planteado en los últimos días y estaba previsto inicialmente en el proyecto, porque supone exponer a los peatones al intenso tráfico de ese eje.
-A punto de vivir la apertura del muelle 2 a la ciudadanía, prevista para este próximo otoño, ¿cuáles son los puntos flacos que presenta todavía la operación para unir el puerto con la ciudad?

-El palmeral en sí no es más que una pieza de esa operación, un elemento más. Por lo tanto, por su existencia no resuelve el problema de unir la ciudad con sus muelles. La propuesta que hizo mi estudio de arquitectura, que fue la que ganó el concurso convocado al efecto, se basaba en la creación de lo que podríamos denominar como un gran salón o paseo que empieza en la plaza de la Constitución, sigue por Larios, la plaza de la Marina, el palmeral, el muelle 1 y la Farola. El problema es qué hacer con el vial que separa el puerto de la ciudad y que también existe en otras ciudades: suprimirlo, domesticarlo, enterrarlo... Génova lo elevó con una autopista que pasa a la altura de los techos de los edificios, Barcelona lo ha soterrado y Málaga... ¿qué hacemos con Málaga? ¿Qué hacemos con el paseo de los Curas? Ese es un problema clave, que es muy difícil, pero que está sin resolver.

-¿Por qué no se ha resuelto?
-Hay que hablar con el Ayuntamiento. Es difícil desde el punto de vista del tráfico, pero no imposible. Tendrán que elegir qué es mejor: que los coches sigan circulando rápido y esto se convierta en un foso de cocodrilos que es imposible atravesar, o aceptan que el tráfico va a ser más lento con medidas para calmarlo. El Ayuntamiento reclamó espacio para introducir un carril más en el sentido este, con lo que el paseo de los Curas se convertiría en una vía todavía más rápida, ruidosa, que hace muy difícil la convivencia entre el peatón y el vehículo. No obstante, con o sin ese carril de más, sigue siendo una vía de tráfico denso e infranqueable.

Meseta elevada
-¿Qué medidas planteó para unir el palmeral con la ciudad?
-En el proyecto del concurso se planteó una conexión peatonal muy potente en el paseo de los Curas que sería a la altura del auditorio Eduardo Ocón, situado en el paseo del Parque. Se trataba de concentrar todos los accesos al palmeral desde el Parque en una entrada de unos 30 metros de anchura que consistía en la creación de una meseta para frenar el tráfico. De este modo, el peatón domina al coche y podría haber funcionado casi sin semáforos. Eso es un tema que tiene que decidir el Ayuntamiento y se desestimó, como también sucedió con la rampa que se trazó para salvar el tráfico a la altura de la plaza de la Marina. Mientras no se resuelva esta frontera, la operación puerto-ciudad se quedará en inauguraciones parciales y perderá su sentido, porque su sentido es que se conecte con un espacio peatonal.

-¿Por qué decidió mantener la antigua verja del puerto para separar la plataforma del palmeral del paseo de los Curas?
-El palmeral se ha construido a la misma cota que el paseo del Parque, elevado sobre el paseo de los Curas, por si algún día se funden, para que puedan hacerlo a la misma altura. Además, dado que el paseo de los Curas se va a mantener con más o menos tráfico mucho tiempo, si no siempre, se consigue que el peatón esté por encima del coche. Hay un salto porque va a existir una vía de cinco o seis carriles a toda velocidad. Más que una valla, en su momento diseñamos una especie de ensortijado metálico de escasa altura que iba a crear un muro vegetal pequeñito y ancho para que los niños no se caigan. Tendría medio metro de altura para mantener la visión del horizonte desde el Parque. A la vista de que se posponía la conexión entre el puerto y la ciudad, analizando la verja, vimos que es un objeto que, sin ser de un exquisito diseño ni factura, es una forja irrepetible, apoyada en unas columnas de piedras calizas que no están mal, y que también tiene un cierto valor como memoria histórica. Entonces, decidimos conservarla en los puntos en los que entendemos que no tiene transcendencia alguna desde el punto de vista de la conexión puerto-ciudad. Es decir, la verja se quita por completo en la fachada del puerto a la plaza de la Marina, donde están las columnas, en la esquina con el muelle de la Farola, y se mantiene en el palmeral porque no es malo que las ciudades conserven algo de su pasado. Ya no tiene una función de cierre firme y queda casi como una escultura. Además, es transparente. Pero vamos, que se puede quitar. Destruir es rapidísimo. Esto no afecta en absoluto, ni para bien ni para mal, ni al palmeral ni a la conexión puerto-ciudad.

-Aunque habrá entradas al palmeral desde el muelle de la Farola y desde la plaza de la Marina, el mantenimiento de la valla en el paseo de los Curas daba la imagen de que sigue existiendo una barrera infranqueable entre el puerto y la ciudad. ¿Entiende que esto haya generado un rechazo ciudadano por experimentar esa sensación de división?
-No sólo lo entiendo, sino que es algo que se ha repetido en todas partes. Al final es una lucha de la ciudad por recuperar los muelles que históricamente compartía. El ciudadano siempre ha querido asomarse a su puerto, al mar. Entonces, aparecen unos iconos que son referencia del derribo, de la conquista, de la guerra... Aquí es la verja. Lo entiendo perfectamente. Me parece bien como eslogan, porque es recurrente y directo. En el concepto 'vallas no, fusión sí' estamos totalmente de acuerdo. Yo diría: 'frontera no, fusión sí'. Por eso, conservar esta verja no puede a ser a costa de crear el más mínimo impedimento a que la ciudad se funda con su puerto. No puede ser frontera y donde la hemos conservado no lo es, porque es imposible atravesar el foso de cocodrilos que son los conductores en el paseo de los Curas. Creo que no afecta a nada. ¿Qué los ciudadanos no quieren la verja? Pues se tira, no pasa nada. Yo, desde luego, no voy a luchar ni un minuto más por ella. Si la ciudad y los políticos quieren tirarla, que la tiren. He cumplido con mi deber, que es recomendar que no se tire y que se mantenga como algo histórico en los espacios en los que no afecta a la fusión puerto-ciudad. Me parece fantástico que los ciudadanos vibren, que los intelectuales de esta ciudad se manifiesten, y que los políticos den sus opiniones aunque muchas veces son enfrentadas. Espero que esta entrevista sirva para que los ciudadanos tomen conciencia y se den cuenta de la poca trascendencia que tiene la verja frente a otros problemas de la conexión puerto-ciudad.

Opciones
-¿Qué elemento separador puede ponerse para sustituirla?
-Evidentemente, aunque quitemos la antigua verja, hay que poner otra para salvar el escalón entre la plataforma del palmeral y el paseo de los Curas. En estos momentos no sé cuál será el elemento de separación que se pondrá. Ya nos dirá la Junta qué protección hay que hacer y diseñaremos lo que mejor se nos ocurra. Vegetal, metálica... ya se verá. Se hará lo que mejor pueda quedar, pero sugeriría paciencia en todo esto. Debe quedar claro que con la supresión de la verja no se soluciona el problema de unir el puerto con la ciudad.

-Al margen de lo que ha comentado anteriormente de crear un paso peatonal desde el Parque elevado mediante una meseta, en el proyecto de obras del palmeral se recogieron en el proyecto dos accesos desde la acera sur del paseo de los Curas que tendrían que ir relacionados con sendos pasos de peatones. ¿Por qué no se han hecho?
-Están construidos los muros para realizarlos, pero decidí no hacerlos. Tal y como está el paseo de los Curas, bajo mi responsabilidad, he tapado esas escaleras. No voy a dejar de dormir pensando que un niño que está jugando en el palmeral se despista, baja por ellas y lo atropella un coche. Ni aunque pongan pasos de peatones y la acera que linda con el palmeral tenga al final tres metros de anchura si no se introduce un carril de tráfico más. Bajo mi responsabilidad no lo voy a permitir. Si alguien se hace responsable de abrirlas, el Ayuntamiento, el Puerto o la Junta, los muros están hechos. Es más, lo que estamos haciendo en el palmeral es un jardín muy cuidado, un lugar de estancia, para pasear y relajarse, lleno de niños, jóvenes y mayores... Cuando un jardín tan delicado convive con una calle tan incontrolada como el paseo de los Curas, desde la que se puede producir una afluencia de peatones que facilite el vandalismo, no viene mal poner un cierre, sea la verja o no.

-¿Cree que la Junta ha acertado con la decisión anunciada el pasado viernes de suprimir la verja?
-Pese a esa decisión, insisto en proponer a los ciudadanos y a los políticos paciencia con el tema de la verja. No cuesta nada quitarla, pero es mejor esperar a que el palmeral esté terminado. Entonces se verá que es un espacio en el que es necesario que sus usuarios estén protegidos de la vía rápida que es el paseo de los Curas. El problema no está en la verja, para lo que se debe reclamar urgencia es para resolver la conexión del puerto con la ciudad. La verja no tiene la más mínima trascendencia, quitándola no se soluciona. Mi recomendación sigue siendo conservarla como algo histórico en los puntos en que no afecta a la conexión puerto-ciudad. Además, esa paciencia debe ser para conocer algo que, aunque no será del todo satisfactorio, va a suponer toda una transformación de la entrada al puerto. Me refiero al proyecto que se va a empezar a ejecutar en breve para peatonalizar toda la fachada de las columnas. Todo ese acceso rodado se suprime, la entrada de vehículos se traslada a la puerta de la Alameda de Colón, todo el espacio se peatonaliza, y se quita la verja desde la zona de la estación de autobuses del muelle de Heredia, donde está el Instituto de Estudios Portuarios, hasta el palmeral.

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